Karas: sorprendete con los vinos armenios que llegan a la Argentina

La familia Eurnekian presentó en el país los vinos de la bodega que inauguraron en 2004 en Armenia. Un proyecto que combina historia y un fuerte orgullo por su tierra. 

vinos armenios

Si nunca probaste vinos armenios, ahora tenés la oportunidad de hacerlo en el mercado local con la llegada de Karas. 

Lo más probable es que jamás hayas escuchado hablar del legendario pasado armenio en materia de vinos. La razón de este silencio histórico a pesar de su importancia hay que buscarla en el mismo paso de los siglos.

El vino acompaña al hombre desde hace miles de años y al parecer fueron los armenios los primeros en hacerlo. Al menos eso quedó demostrado en 2007 tras el hallazgo de una bodega de 6200 años en la Cueva de Areni, en el Valle de Ararat.

 

Pero quizás no hacía falta este descubrimiento para saber que Armenia fue famosa durante siglos por sus vinos que, como el mismo pueblo, resistieron los embates de numerosos acontecimientos que casi logran borrar todo vestigio de su pasado vínico. Invasiones en la antigüedad, el genocidio por parte de los turcos en 1915 y los años de opresión soviética que terminaron en 1989 no solo obligaron a gran parte de este pueblo a abandonar su tierra, sino que fueron episodios que afectaron su legado cultural.

Sin embargo, en 1991, año en que Armenia recuperó su independencia, las cosas cambiaron. Con el apoyo de millones de exiliados, los armenios que aún permanecían en el país iniciaron un proceso de reconstrucción en el que la industria del vino hoy cumple un rol muy importante. 

 

viñedo armenia
Viñedos de Karas en la región de Armavir, Armenia.

Entre las familias armenias dispersas por el mundo, una muy vinculada con su reconstrucción y con la recuperación del patrimonio vitivinícola es la de Eduardo Eurnekian. “Desde que Armenia recuperó su independencia mi familia está muy comprometida con volver a darle vida a esa nación”, cuenta Juliana Del Águila Eurnekian, presidente en Argentina de Bodega del Fin del Mundo y de Karas, proyecto que su familia inició en 2004 en Armavir, Valle de Ararat, y cuyos vinos acaban de presentarse en el país.

 

El renacer de los vinos armenios 

 

Uno de los principales problemas con los que tuvieron que lidiar quienes se comprometieron con la recuperación del vino armenio fue la falta de experiencia y de mano de obra calificada. “Como consecuencia de los años bajo el yugo soviético, el habito de consumir vino, así como la costumbre de elaborarlo, casi desaparecen, al igual que las uvas nativas”, explica Juliana Del Águila Eurnekian. “Por eso nuestro proyecto tiene una finalidad social y se enfoca en la producción de grandes vinos con mano de obra local, para sumar empleo de calidad en la región”.

A pesar de los desafíos que supone la vitivinicultura en este país –los crudos inviernos del Cáucaso, la falta de experiencia reciente–, numerosas inversiones de familias que regresan a su tierra lograron activar más de 30 bodegas y Armenia ya cuenta con 16.700 hectáreas de viñedos. 

Un rasgo a destacar es que en el país se practica la vitivinicultura de altura, con viñedos plantados 2100 metros sobre el nivel del mar, en una latitud norte equivalente a Río Negro en la Argentina. Esto imprime una importante amplitud térmica y climas extremos, en los que el invierno puede llegar con temperaturas de hasta -30°C.

Como variedades nativas de los vinos armenios se destacan Areni, Siren, Voskehat y Kangun, mientras que muchos intentan recuperar otras casi extinguidas y hay quienes apuestan a cepas internacionales. 

El vino de hoy vuelve al barro de los tiempos

Karas, los vinos del fuego

 

El origen de la vitivinicultura armenia está documentado en la Biblia. Noé fue quien plantó las primeras vides cuando llegó al Valle de Ararat, e incluso se embriagó con sus propios vinos”, explica Juliana al dar el primer sorbo de historia en la presentación de Karas, la bodega de su familia.

 

Vasijas armenias
Karas es el nombre que los armenios dan a las vasijas de arcilla utilizadas para la elaboración de sus vinos desde hace 6200 años.

El nombre elegido para este proyecto es el mismo utilizado por los locales para identificar a las antiguas vasijas de arcilla halladas en la Cueva de Areni, aún utilizadas en las bodegas armenias. 

La bodega de la familia Eurnekian está ubicada en Armavir, una región entre los 900 y 1300 metros de altitud en el Valle de Ararat, famoso por la elaboración del brandy favorito de Wiston Churchill, que lleva el nombre de este volcán con dos conos.

Aquí, sobre suelos volcánicos con altos niveles de carbonato de calcio, piedra caliza, basalto y tuff (roca volcánica típica de la región), Karas cuenta con 400 hectáreas de viñedos. “En 2004 se consiguieron las tierras, que se cultivaron entre 2006 y 2007 con las cepas autóctonas Areni, Sereni, Voskehat y Kangun, junto a cepas francesas”, afirma Gabriel Rogel, enólogo mendocino radicado desde 2012 en Armavir y responsable de los vinos de la bodega.

La zona se destaca por su clima continental seco y una importante influencia del viento. Las estaciones son bien definidas con veranos muy calurosos e inviernos helados, que demandan enterrar las vides durante sus primeros años para evitar el congelamiento. 

Puesta del sol en Armavir, Valle de Ararat.
Puesta del sol en Armavir, Valle de Ararat.

Karas cuenta con dos líneas de vinos, la que lleva el nombre de la bodega y se compone de once diferentes etiquetas, y A Tale of Two Mountains, una línea de vinos jóvenes con imagen moderna. De la línea Karas, en Argentina ya se pueden conseguir un Classic White Blend de Kagun, Chardonnay, Viognier y un Classic Red Blend de Syrah, Cot, Cabernet Franc y Tannat ya disponibles en este link.

Muy pronto llegará un blend de las cepas nativas Areni–Khndoghni y Karas Reserve, un assembalge de Syrah, Petit Verdot, Montepulciano y Cabernet Franc, para ampliar la oferta de vinos armenios en Argentina. 

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.