Donde quiera que uno pregunte, el panorama es malo. Hay zonas donde se estiman pérdidas totales y otras en las que la helada tardía de la semana pasada casi no dejó huellas, pero sí secuelas. Los optimistas ponderan una baja del 10%, los alarmistas hablan de una pérdida de la mitad de la producción argentina, según vean el mapa completo o estén en una zona muy afectada.

Mientras, los gobiernos provinciales se aprestan a dar paliativos para lo que se asoma como una crisis de la que pocos tienen memoria.

Lejos de ser un fenómeno aislado, las heladas en viñedos argentinos en primavera suelen ser una guadaña que sega los volúmenes de producción cada año. Lo atípico de la helada del 31 de octubre y del 1 de noviembre pasados es el alcance.

Heladas en viñedos argentinos
Las heladas en viñedos argentinos que se reportaron la semana pasada perjudica a gran parte del sector.

Heladas en viñedos argentinos

Debidamente pronosticada, los productores ya sabían de ese riesgo con al menos 10 días de anticipación. Lo que ninguno pudo prever, a juzgar por lo que dicen, fue la longitud y el alcance geográfico.

En la reunión de Bodegas de Argentina el viernes pasado, los viñateros y productores dieron cuenta de un panorama duro para la vendimia 2023, de pérdidas generalizadas pero variables.

Al respecto dice Martín Kaiser, agrónomo de Doña Paula: “Es difícil estimar las pérdidas, más allá de que hay pocas regiones que pudieron escapar de la helada”. Marcelo Belmonte, director de producción de Peñaflor, abona la idea: “Hay mucha variabilidad, según el estado de las plantas en cada lugar; la diferencia fuerte se da si la helada estuvo acompañada de aire frío en movimiento o no. En el primer caso, como en Patagonia y San Rafael, los daños son mayores”.

Tanto en Mendoza como en Río Negro, a la fecha los gobiernos provinciales están lanzando líneas de apoyo a los productores que reporten pérdidas totales o superiores al 80% por las últimas heladas en viñedos argentinos. Declarada la emergencia, el subsidio por pérdidas en Cuyo puede ascender a $72.000 por hectárea.

Heladas en viñedos argentinosEl frente y la helada

Con la entrada de un frente polar de alta presión típico del mes de agosto, pero dos meses más tarde, las condiciones de temperatura en la tarde del 30 de octubre, con una atmósfera muy seca, cayeron abruptamente desde la Patagonia hasta los Valles Calchaquíes.

La helada que sobrevino los días posteriores quemó los brotes de un año que venía bastante productivo, a juzgar por los viñateros.

En el este de Mendoza, por ejemplo, donde los brotes ya tenían 20 centímetros y las inflorescencias prometían buena carga de uva, la noche del 31 arrojó hasta seis horas de temperaturas bajo cero, con picos de hasta -6C. “La helada hizo un desastre”, reporta Lucas Niven desde Junín.

El mismo panorama pegó en las zonas bajas de Valle de Uco y Luján de Cuyo y en Patagonia en general, donde el efecto fue devastador.

Estuvieron los que hicieron defensas activas y quemaron esa noche cantidad de combustible y quienes tenían defensas pasivas bien trabajadas, como capacidad de riego y corredores para que el aire frío escurra y no se acumule.

“Nunca había visto una helada como esta”, describe Pablo Severino, desde Bodega Casarena, ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo.

Con todo, aquellos viñedos que están en pendientes fuertes y que no presentan embanques de aire, pudieron escapar. “Esta semana fue muy complicada, pero a nosotros no nos impactó”, casi suspira Gustavo Matocq desde el viñedo Pyros en Pedernal.

Heladas en viñedos argentinosPor su parte, Leonardo Puppato, al frente de Schroeder, dice: “Pegó muy duro en las zonas bajas, pero lo que está sobre la barda está impecable”. Su visión es compatible con la de los vecinos de la zona.

En Río Negro, sin embargo, el golpe fue más duro. “Nadie se salva de la helada negra”, reporta Hans Vinding Diers desde Noemía. Desde Cafayate, en la antípoda de San Patricio del Chañar, Alejandro Nesman, enólogo de Piattelli, reporta: “Al sur, hacia Catamarca, fue muy duro; en Cafayate, en la ruta al Este, también; hacia los cerros nos salvó la pendiente”. Su descripción coincide con la de otros productores.

El hervidero del Este

La helada sucede cuando se enfría el suelo por la noche. Si el aire y el suelo están secos, el calor acumulado se disipa muy rápido y en cuestión de horas se alcanzan temperaturas bajo cero.

Ese es hoy el centro de un conflicto que promete escalar. A los productores del Este (concentra el 46% del vino de Mendoza) esta helada los encontró con hasta 40 días sin riego, en condiciones de suelo muy secas y sin margen para combates pasivos.

Con el pronóstico del frente frío ya declarado, presionaron para que Irrigación liberara el agua de riego a los canales. El organismo, según los productores, se negó. Y lo que fue una política de austeridad en medio de una crisis hídrica, se convierte ahora en centro del problema.

Los productores de uva que perdieron todo apuntan contra el organismo. “Soy Mario Reyes –declara uno en un audio de whatsapp que le contesta al inspector de Irrigación– y si tenés dudas de que el agua combate la helada, vení acá que te muestro cómo donde pude regar con el pozo tengo la viña sana y cómo perdí todo en el resto”.

Heladas en viñedos argentinosEl suyo es un reclamo que engloba muchas voces. Y connota una bronca que está circulando entre los productores del Este.

Con o sin riego, con o sin defensa activa con quemadores, la helada del 31 de octubre y 1 de noviembre dejará una huella difícil de borrar. Ahora sólo falta esperar el rebrote, que alguna uva traerá.

Esta helada, sumada a la temprana del 30 de marzo pasado, deja a las plantas en cierta situación de debilidad. Son todas malas noticias. Pero quizás el verano traiga algunas buenas. Por ahora sólo resta esperar.

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).