Desde que Mendoza se convirtió en la principal región vitivinícola argentina, Maipú es tierra de Syrah, en especial sus viñedos de Barrancas. Y Pascual Toso, uno de los pioneros de la vitivinicultura mendocina de calidad, supo notarlo a tiempo y por eso apostó a esta región para ampliar los viñedos de su bodega a comienzos del siglo XX.
Como resultado, actualmente Pascual Toso es uno de las bodegas más tradicionales y emblemáticas de esta prestigiosa región vitícola. Sus vinos triunfan en el mundo, como acaba de suceder con su Pascual Toso Alta Syrah 2020, en uno de los concursos más importantes de Francia.
Pascual Toso Alta Syrah tiene cuna en Barrancas, el oasis vitícola
Inaugurada en 1890, la bodega de Pascual Toso siempre impulsó la elaboración de vinos de calidad para los mercados más exigentes, a partir de uvas europeas. Gracias al éxito de sus primeras etiquetas, su fundador adquirió un predio de 400 hectáreas en Maipú, en cercanías de las barrancas del Río Mendoza. La región fue bautizada luego con ese nombre, Barrancas, que alude al paisaje que el curso de agua trazó sobre la geografía mendocina.
Desde entonces, este viñedo no solo es un emblema de la bodega sino también un patrimonio invaluable de la viticultura mendocina.
“Nuestro viñedo Las Barrancas cuenta con 300 hectáreas, en un terroir privilegiado para la vitivinicultura”, explica Rodrigo Romero, winemaker de Pascual Toso. “Además del clima desértico, que nos asegura la sanidad de las uvas, en esta finca podemos encontrar tres diferentes perfiles de suelos: pedregoso al norte, el franco arenoso en la zona central y el más arenoso y profundo al sur. Ahí es donde tenemos nuestras mejores cepas de Syrah, cultivadas a pie franco desde hace cuarenta años”, agrega.
A 720 metros sobre el nivel del mar, este sector se destaca por sus suelos arenosos de origen aluvial –parte del lecho del rio Mendoza– cuya estructura básica son canto rodados que se ubican entre 1 a 1,5 metros de profundidad.
Un aspecto clave de este sector es la proximidad del Río Mendoza, que colabora con la moderación de las temperaturas propias del clima desértico al aportar un suave flujo de aire frío que desciende de la Cordillera. A esto se suma una marcada amplitud térmica que ayuda a mantener frescura en las uvas y concentrar la expresión aromática frutal y refinada del Syrah.
Por todo esto, Romero selecciona aquí las uvas del Pascual Toso Alta Syrah, vino que ya es una de las especialidades de la bodega.
La creación de un ícono de Barrancas
Desde 2000, el sector sur del viñedo Las Barrancas es origen de las uvas del mejor Syrah de Argentina, tal como lo aseguran los resultados de la última edición del concurso Syrah du Monde, llevado a cabo en mayo pasado en el norte de Valle del Ródano (Chateau D’Ámpuis), Francia.
“Este vino nace en la cosecha 2007 de una forma muy especial”, recuerda Romero. “Habíamos decidido sumar un Syrah a la línea Reserva de la bodega, ya que el de nuestra línea Estate era súper demandado en diferentes mercados. Sin embargo, cuando lo degustamos con Paul Hobbs –asesor de Pascual Toso desde 2000– todos acordamos que la calidad superaba nuestras expectativas”.
Fue entonces que, de manera unánime, en la bodega decidieron que debían sumarlo a la línea Pascual Toso Alta, que ya contaba con un Malbec, un Cabernet Sauvignon y un Chardonnay.
Desde entonces, Pascual Toso Alta Syrah es elaborado con las mejores uvas obtenidas en Las Barrancas, donde se realiza una cosecha manual y las uvas son sometidas a los más estrictos controles de calidad y selección.
“Este sector del viñedo es muy equilibrado gracias a la edad de las cepas, aunque la Syrah es siempre la más despeinada de todas las variedades y nos exige trabajar la poda con mucha precisión. Lo mismo sucede con el riego, ya que la Syrah tiene una piel sensible y si se hincha por el agua se corren riegos de roturas de las bayas”, detalla el winemaker. El experto también asegura que “el punto de cosecha es otra instancia que nos tiene siempre muy atentos”.
Una vez cosechados, los racimos se despalillan y se realiza una maceración en frío de 48 horas antes de iniciar la fermentación, que puede tomar unos veinte días durante los cuales se realizan remontajes abiertos y solo tres delestages.
La crianza del vino es realizada en barricas de roble americano de primer uso por un período de 14 meses y luego se estiba por seis meses en botella, en la cava de la bodega.
“Particularmente, la cosecha 2020 de nuestro Pascual Toso Alta Syrah fue sin dudas una de las mejores que logramos, aunque se trató de un año desafiante para la vitivinicultura mendocina. Las lluvias de finales de cosecha se presentaron como un peligro en muchas zonas, pero gracias a los suelos arenosos de Maipú las precipitaciones a nosotros nos beneficiaron para lograr una expresión más sutil del Syrah”, precisa Romero, en alusión al vino con el que la bodega obtuvo una Medalla de Oro de parte del jurado de Syrah Du Monde.
“El jurado de este certamen está conformado por especialistas en Syrah, y que otorguen tal reconocimiento a nuestro Alta es una inmensa alegría y un orgullo”, añadió.
En cuanto a por qué piensa que el jurado destacó al Pascual Toso Alta Syrah 2020, el winemaker opta por describir sus características. “Se trata de un tinto de color rojo profundo con reflejos violáceos brillantes, y en nariz presenta varias capas de aromas donde encontramos moras, especias, grafito – como mina de lápiz- y algunos tonos cárnicos. En boca, nos recuerda a grosellas negras, higos, ciruelas, chocolate amargo, canela y pan tostado. Es un vino de taninos finos consistente, de final aterciopelado y con un interesante potencial de añejamiento”, puntualizó.
