La industria del vino tiene una asignatura pendiente con los blancos: empardar el éxito que logra con cualquier vino de color. Aunque los años pasan y la enología local cosecha cada vez más elogios parece una misión imposible posicionar los blancos a la altura de los tintos. Se hizo la prueba con los de Torrontés y también con las cepas más refinadas del viejo mundo pero aun cuesta encontrarle la vuelta.
Sin embargo las cosas parecen encaminarse de la mano de los blancos de corte, que ahora el mercado llama white blends. Vale la pena el cambio de denominación ya que estas etiquetas proponen estilos y mezclas que dan cuenta de una nueva realidad en el gusto. Descubrí cuáles marcan la cancha y dan mucho que hablar.
Imago White Blend (2015, $85). Con su espíritu moderno, esta etiqueta de Trapiche busca captar la atención de los paladares más jóvenes con su imagen novedosa y un corte vivaz de Sauvignon Blanc y Semillón. Amarillo verdoso brillante, ofrece una aromática cítrica intensa y notas herbales. Ataque fresco y dócil. En medio de paladar logra sabores francos y firmes. Un blanco todoterreno.
Circus Juno White Blend (2014, $100). Este nuevo integrante de la línea Circus es una apuesta fuerte para el segmento más competitivo y codiciado del mercado. Enfocado en los paladares jóvenes o recién iniciados, Juno resulta expresivo, como la deidad romana del amor y el éxtasis que lleva en su etiqueta. El corte es de Chardonnay y Viognier y se expresa floral con tonos de frutos tropicales y cítricos. En segundo plano se aprecian dejos de hierba fresca y lemon grass. Aborda el paladar con mucha frescura y fluye seco al centro de boca. Es expresivo y logra inundar el paladar de buen sabor frutal. Buena opción para tapeos y picadas.
Aguijón de Abeja Chardonnay Semillón (2015, $135). La bodega de los hermanos Durigutti ha crecido a fuerza de tintos modernos y sus blancos muchas veces pasan desapercibidos. Sin embargo, vale la pena echarle mano a este corte. Propone una relación calidad-precio para aprovechar además de una fórmula singular. Amarillo de tonos verdosos, nariz fragante con perfil floral y frutos blancos con dejos cítricos y melosos. En su ataque es amplio y de frescura moderada, de modo que fluye graso son sabor franco. Un plan de vino blanco ideal para la hora del aperitivo y arroces.
Chakana Nuna White Blend (2015, $150). El porfolio de la bodega fundada por la familia Pelizzati en 2002 cuenta con este blanco tenso y ligero elaborado con uvas orgánicas de Agrelo. El corte implica uvas de Sauvignon Blanc, Chardonnay y Viognier que dan lugar a una importante amplitud de paladar que se compensa con buen nervio y frescura. Fluye graso, con sabores de frutos de carozo y blancos maduros. Final largo y regusto herbal.
Bacán Clásico Blanco (2015, $215). Giuseppe Franceschini es uno de los enólogos más prolíferos de la blanca escena local. Son varias bodegas las que lo buscan por su destreza a la hora de elaborarlos. Este blend, para el que utiliza uvas de Chardonnay, Sauvignon Blanc y Torrontés, pertenece a su porfolio personal. Resulta cristalino con tonos verdosos y ofrece una aromática austera y equilibrada de perfil netamente frutal. En boca su ataque es refrescante mientras que en medio de boca logra buena textura y sabor. Un vino ideal para acompañar pastas con cremas, frutos de mar y también pizas.
Mosquita Muerta Blend de Blancas (2014, $250). El spin off alta gama de Bodega Los Toneles propone vinos originales. En este caso apuesta a un estilo deluxe y transgresor para lo que acuden a un corte de Chardonnay, Viognier, Moscatel de Alejandría y Sauvignon Blanc procedentes de zonas frías de Mendoza. Así consiguen que los aromas de frutos blancos, uvas frescas y flores definan un expresión novedosa que repite en boca junto a un fluir de textura envolvente e importante frescura. Un blanco para seguir de cerca.
Blanchard & Lurton Grand Vin (2014, $380). Andrés Blanchard y François Lurton se unieron para lanzar una bodega exclusiva para vinos blancos con el objetivo de elaborar blends sorprendentes. Algo que lograron en el primer intento. La fórmula es 60% Tocai, 20% Viognier, 10% Pinot Gris y 10% Chardonnay procedentes Gualtallary y Chacayes. A la vista es cristalino con tonos acerados. En nariz es complejo, con notas florales, manzanilla y tilo. Paladar seco y refrescante, fluye untuoso mientras afirma sabores. Un vino para lucirse por su equilibrio y elegancia.
Zenith Nadir (2014, $400). Mariana Onofri es sommelier y oriunda del este mendocino. Luego de años de colaborar con diferentes proyectos vitivinícolas decidió presentar su propio proyecto enológico –con la elaboración de Giuseppe Franceschini– que hasta el momento cuenta con un varietal muy sabroso de Pedro Ximénez y este sofisticado blend. Las uvas utilizadas son Chardonnay, Sauvignon Blanc y Fiano, que tras una crianza en barricas de diferentes usos permiten disfrutar de notas frutales y florales tanto en boca como en nariz. En medio de boca es tirante y graso. Ideal para sorprender a conocedores.
Gala 3 (2014, $460). Pionero del segmento white blend de alta gama, lleva ocho cosechas consecutivas con el mismo corte de Viognier, Chardonnay y Riesling, una curiosidad para la góndola local. Esta nueva cosecha despliega aromas de hierba fresca, durazno blanco, tonos tropicales y fondo mineral. En paladar es tirante y da cuenta de una acidez más firme que sus cosechas anteriores. Refinado y con buen sabor frutal. Un blanco para lucirse en ocasiones especiales y buen compañero de frutos de mar y aperitivos.
Susana Balbo Signature White Blend (2015, $520). Con este blanco Susana Balbo decidió ir más allá de los clásicos. Junto a Edgardo Del Poppolo y Gustavo Bertagna, agrónomo y enólogo respectivamente, diseñaron esta “mezcla de blancas” con partes iguales de Semillón, Sauvignon Blanc y Torrontés. Una rareza es su origen, Altamira, un terruño famoso por sus tintos. Con cuatro meses de paso por barrica logran un vino complejo y original que da protagonismo al Semillón en nariz y paladar. Un vino para sorprender.