Tras un trabajo minucioso en sus parcelas seleccionadas, acaban de salir al mercado dos etiquetas de la flamante Casa Boher Línea Fincas, que ofrecen una interesante alternativa a los vinos ya consagrados que propone la bodega mendocina.
La familia de Rosell Boher se enriquece así con dos vinos modernos y expresivos, que reflejan la esencia profunda de cada varietal elegido: un Malbec San Pablo 2019 y un Viognier Alto Agrelo 2021.
Casa Boher Línea Fincas, de Rosell Boher
El Malbec 2019 ( 1600) proviene del corazón de la IG San Pablo, cuyas vides implantadas en 1993 fueron pioneras en esta zona, allí donde nada había. A 1250 metros sobre el nivel del mar, el clima frío y el agua de deshielo le suman a este terroir algunas características que lo hacen único.
El resultado es un vino salvaje y de refrescante acidez, del que sólo se produjeron 16.000 botellas de un rojo oscuro por su gran concentración, y con lágrimas bien definidas.
En nariz presenta una mezcla de aromas a frutas rojas y especias, que lo hace fresco y muy interesante. En boca tiene una entrada dulce con mucho volumen, donde resaltan las frutas. Sus taninos amables y su riqueza alcohólica hacen que el vino permanezca en el paladar e invite a ser bebido.
Por su parte, el Viognier Alto Agrelo 2021 ($1500) proviene del viñedo que rodea Rosell Boher Lodge al pie de los Andes. Fue implantado en 2009, a 1100 metros sobre el nivel del mar.
Ese terruño depara un vino que destaca su tipicidad, y que además incorpora el varietal a la bodega con esta primera añada de 13.800 botellas.
A la vista se presenta de color amarillo intenso con reflejos verdosos. En nariz aparecen flores y frutas blancas y tropicales, que lo hacen delicado y fresco. En boca es un vino redondo, untuoso y de largo final.
Los terruños de Rosell Boher
La bodega cuenta con dos fincas en donde cultiva sus vides en Mendoza: Alto Agrelo y San Pablo. Los de este segundo terruño son los que se ven reflejados ahora en esta nueva Casa Boher Línea Fincas.
“Nuestra finca más antigua, llamada Los Árboles, dentro de la más reciente Indicación Geográfica San Pablo, está al pie de la cordillera frontal de Los Andes, en el departamento de Tunuyán, Valle de Uco. Se encuentra a una altitud que va desde los 1190 hasta los 1250 msnm, lo que origina una gran pendiente en el terreno orientada hacia el sureste”, describe Federico Martínez Biaiñ, Ing. Agrónomo de Rosell Boher.

Allí, los suelos son aluvionales, formados sobre el abanico del río Las Tunas. Su profundidad va desde los 20 a 70 cm, con una textura de franco arenosa a arenosa, presencia de cantos rodados, tanto en la superficie como en profundidad, y cantidades variables de depósitos calcáreos.
Son suelos pobres en materia orgánica y con poca retención de agua y elementos minerales para la vida de las plantas, lo que lleva, dice el experto, a que año tras año “se deban realizar análisis a las vides para brindarles un medio equilibrado y sustentable para su crecimiento”.
Con respecto a las características climáticas, debido a la altitud y cercanía a la cordillera, las temperaturas diarias durante el ciclo vegetativo de la vid son más frescas que en zonas con menor altura, con una amplitud térmica marcada también gracias a la brisa que baja desde la montaña durante las tardes y noches.
Las precipitaciones, a su vez, son levemente mayores que en otras zonas. Biaiñ sostiene que esto hace que la madurez de las uvas “sea más lenta y la concentración de taninos y polifenoles sea mayor. También origina que los mostos tengan una acidez natural más elevada”.
En la finca Los Árboles se cultivan las variedades Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. La superficie es de 90 hectáreas y el riego se realiza a través de un sistema presurizado por goteo.

Interacción de todas las variables
Por su parte, la finca Alto Agrelo, la más joven de la bodega, se encuentra en el distrito Agrelo en el departamento de Luján de Cuyo. A diferencia de la finca de San Pablo, los viñedos se encuentran al pie de Los Cerrillos de Tupungato, que forman una barrera que se antepone a la cordillera frontal.
Se encuentra en una altitud que va desde los 1050 a 1100 msnm, con una pendiente importante de orientación Este. Los suelos son aluviales, con profundidades que van desde los 40 a los 90 cm.
La textura es franco-arenosa a limosa, con presencia de piedras de distintos tamaños a partir de los 30 cm de profundidad, lo que los hace un poco más pesados que los de la finca de San Pablo.

Estos suelos son pobres en materia orgánica y con un poco más de disponibilidad de elementos minerales para las plantas. “Al tener un mayor porcentaje de limo, la retención de agua y nutrientes es superior”, dice el ingeniero agrónomo de la bodega.
Con respecto a las características climáticas, esta zona tiene temperaturas mayores a San Pablo, con una amplitud térmica marcada entre el día y la noche y con un buen drenaje de aire debido a la pendiente del terreno. La madurez de las uvas se adelanta comparada con San Pablo en aproximadamente 15 a 20 días para la misma variedad de uva.
En la finca Alto Agrelo se cultivan las variedades Chardonnay, Viognier, Pinot Noir, Malbec y Cabernet Franc. La superficie es de 26 ha y se riega a través de un sistema presurizado por goteo. La fuente de agua, a diferencia de San Pablo, es subterránea, con pozos en profundidades mayores a 250 m.
“En Rosell Boher estudiamos constantemente las distintas variables que caracterizan al terruño (suelo, clima, agua, uvas, trabajo del hombre) para lograr vinos únicos y de excelente calidad”, define Biaiñ. Esa interacción es la que queda plasmada, ahora, también en la nueva Casa Boher Línea Fincas de la bodega.