El país se encuentra dividido: mientras la mitad de los argentinos esperan que Messi vuelva, el resto se engancha con documentales que conmemora los 30 años de la copa el mundo que Maradona conquistó en México y se le pianta un lagrimón. Los primeros aseguran que la pulga es el mejor jugador de la historia, y les duele que deje la selección, los otros se niegan a creer que algún día alguien juegue mejor que el diez o que tenga más sangre en las venas.

Una rivalidad que nos muestra a los argentinos tal cual somos: pasionales, fundamentalistas y absolutos. Sin grises.

Y este rasgo tan visceral hace unos años se instaló en el mundo enológico, una atmósfera donde el Malbec es nuestro “barrilete cósmico” y el Cabernet Franc el nuevo talento que por momentos parece eclipsar al rey. Pero, mientras que en materia futbolística es imposible que los mayores astros se batan a duelo en el césped, en el ámbito vínico los dos tintos se enfrentan a diario en la góndola y cada día juegan mejor. Veamos por qué esta dupla es la que más pasiones despierta entre los vinómanos argentos.

Malbec

Si algo aprendimos del Malbec es que nos queda mucho por aprender de sus vinos (en esta nota encontrá una guía definitiva). Cuando creíamos haber probado los mejores aparecieron nuevas expresiones que le permite revalidar el título de rey de la vitivinicultura argentina al mejor estilo maradoniano, con gambetas, creatividad y pasión. Ya no solo etiquetas for export de perfil carnoso y mullido hay en la góndola, sino que hasta los clásicos se animaron a aligerarse y bajar el perfil en busca de elegancia y austeridad. La fruta madura y confitada hoy cede lugar a los frutos rojos y de bosque, flores y hasta a la polémica mineralidad. Vale decir que hay un Malbec para cada paladar así como también están los que se ajustan a todos los gustos. Una evolución se atribuye a una mayor presencia del terroir por sobre la bodega.

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Los amantes de los clásicos pueden comprobarlo en etiquetas como Casa Boher Malbec (2014, $175), Luigi Bosca D.O.C. (2013, $300), o Saint Felicien Malbec (2014, $220), íconos de la góndola que hoy muestran un perfil fresco y dócil. Para los buscadores de tendencia el camino lo marcan etiquetas como  Tinto Negro Limestone Block Malbec (2013, $160), Pala Corazón (2013, $200) o Giramundo (2014, $220).

Ahora bien, los que se interesan por la complejidad sabrán aprovechar las diversas colecciones que algunas bodegas lanzan al mercado para ofrecer sabores de origen. Por ejemplo, para comprender la expresión de las zonas más tradicionales de Mendoza, Norton cuenta con su línea Lote (2010, $400) compuesta por tres varietales, uno de Finca Agrelo, otro Finca Lulunta y un tercero de Finca La Colonia. Para explorar el Valle de Uco la propuesta Polígonos de Zuccardi (2013, $450) ofrece exponentes de San Pablo, Vista Flores y La Consulta, mientras que Colomé Especial (2013, $265) con tres versiones de Malbec salteño elaborados a diferentes alturas de los Valles Calchaquíes, lo orígenes son Cafayate, Molinos y Arenal.

Cabernet Franc

Si hay un fenómeno comparable con Messi en la vitivinicultura argentina es el auge de este varietal. Por años destinado a tintos de corte y a algún que otro varietal, el entusiasmo que despertó el los paladares de los expertos internacionales lo llevó a las primeras planas. Y lógicamente muchos le auguraron un futuro similar o más auspicioso que al Malbec incluso y presionaron para que demuestre su pasta de campeón. Por suerte, al igual que la Pulga, estuvo a la altura del desafío aunque a algunos les suene a pecho frío. así, se ganó el corazón de los enófilos con su sabor singular y novedoso mientras que sirvió a los enólogos para experimentar con nuevo parámetros y estilos.

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La cancha que le queda más cómoda son los viñedos de clima fresco, es decir, la altura de Mendoza y la estepa patagónica. Incluso da cuenta de diferentes matices de acuerdo donde se lo cultiva. En general es su estilo enérgico y refinado de perfil especiado y balsámico lo que más gusta.

Los más conservadores prefieren etiquetas como Lamadrid Cabernet Franc (2013, $190), Marcus Gran Reserva Cabernet Franc (2012, $330), Siesta Cabernet Franc (2013, $350) y Angélica Zapata Alta Cabernet Franc (2011, $513) Mientras tanto los fanáticos que persiguen cada botella del franc aseguran que los imperdibles son Númina Cabernet Franc (2014, $300), Zaha Cabernet Franc (2012, $440) y El Gran Enemigo Gualtallary Single Vineyard Cabernet Franc (2011, $1000), tres exponentes capaces de desafiar a cualquier gran tinto del mundo. Pero la lista de etiquetas con ambiciones de grandeza sigue y se acerca a la centena con vinos que merecen ser descorchados como Casarena Laurens Vineyard Agrelo (2011, $276), FIN Single Vineyard (2010, $330) y Pulenta Estate Gran Cabernet Fanc (2012, $495).

Malbec + Cabernet Franc, la dupla ideal

Si hay un sueño de todos los argentino es el de ver a Maradona y Messi juntos con la camiseta de la selección nacional. Ya no podrá ser. Aunque eso no impide soñar con una fórmula imparable en cualquier estadio y situación pero solo viable en algún juego de la Play. Ahora bien, en materia vínica esta fórmula existe y la componen las dos cepas que protagonizan las recomendaciones de hoy. Así es, cada día más bodegas recurren a esta dupla ofensiva para dar origen a vinos complejos y exitosos que parecen escribir el futuro de los grandes vinos argentinos. Basta con degustar algunos ya clásicos como Trapiche Iscay ($545) y Luigi Bosca Gala 4 (2013, $378) o los más novedosos Octava Alta (2011, $415), Alpasión Private Selección (2012, $440), Entrevero Green Moustache (2013, $510). En todos los casos nuevos íconos de la góndola que invitan a dejar de lado las rivalidades y comprender que en equipo las casas siempre salen mejor.

Alejandro Iglesias | @AleIglesiasWine

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.