El 11 de octubre se celebra Día Internacional del Dulce de leche y la consigna fue clara, o más bien amarronada: buscar entre todos los dulces de leche que se puedan encontrar en supermercados, chinos, kioscos y bolichines de barrio y determinar cuáles son los 12 mejores. Nada deluxe, nada light o diet, nada saborizado o con nueces o esas cosas: solo el buen viejo dulce de leche, el clásico, el que le gusta a la gente. Nuestro equipo de cata se reunió para degustar y analizar a ciegas aspectos, aromas, consistencias y sabores y estos son los resultados, de menor a mayor: pasen, lean, prueben y nos cuentan.
12. SANCOR
Supo conocer mejores épocas. Hoy la calidad claramente no es la misma: tono marrón clarito, aroma escaso, textura blanda, resulta igualmente ligero en la boca, incluso menos dulce de lo esperado, sin mayores sorpresas. Es admisible, no vayan a creer, pero tiene menos gracia que el jueves, como dirían en España.
Recomendado para: bañar budines o helados de sabor suave, calentito, tipo salsa.
11. MANFREY
Ya el color, más claro que el resto, anticipa que no vamos a vivir lo que se dice una montaña rusa de emociones en el paladar. Esto lo confirman su consistencia (suave), su aroma (tenue, con algún chispazo de vainilla) y su sabor, que dura poco en la boca. El conjunto es como un partido promedio del Nacional B: pasable, pero no da para el recuerdo.
Recomendado para: tostadas o galletitas en un desayuno a la carrera.
10. ARMONIA
De alegre etiqueta y falta de tilde en la “i”, esta segunda marca de Mastellone (que produce La Serenísima) muestra un aroma vainillesco que tarda en aparecer, sabor levemente ácido y una textura que resulta igualmente tímida en boca y hace recordar a Palito Ortega cantando “¿para cuándo, joven?”. Buenas intenciones aunque le faltan cinco pa´l peso.
Recomendado para: una divertida merienda con tostadas, manteca, queso crema, vainillas, leche chocolatada y todos los chicos que haya en la familia.
9. COTO
Exhibiendo una consistencia aceptable, aroma más marcado a vainilla (hay incluso alguna llamativa notita de avellanas) y mayor permanencia en boca, muestra incluso un toque de miel en el retrogusto que llama la atención. No obstante, si bien aceptable, el conjunto no parece estar para las grandes ligas y quizá no justifique su precio, más bien alto.
Recomendado para: una chocotorta sencilla, sin florituras ni floripondios.
8. DIA
De tono más oscuro y destacado brillo, su consistencia es robusta y su aroma, escaso. ¿Y qué pasa en boca, preguntarán ustedes? El sabor es agradable aunque menos dulce que el resto y la consistencia, untuosa. Su mayor mérito es ser un producto de supermercado que supera el preconcepto de escasa calidad que suele tener esta categoría y que, en el conjunto, le saca una luz –mínima, pero luz al fin– a varios de sus pares.
Recomendado para: llevarlo de camping y disfrutarlo sin culpa en desayunos o meriendas.
Para saber más sobre el Día internacional del dulce de leche, seguí este link
7. VACALIN
Con un bonito envase que recuerda al cuero de la vaca, su aspecto es más oscuro y su consistencia más estructurada. Podríamos pensar en un dulce de sabor más marcado, pero su aroma es leve, su textura untuosa y su recuerdo, breve. Amaga estar para más pero se limita a cumplir, como tanto empleado público.
Recomendado para: escoltar decentemente a una banana cortada en rodajas.
6. LA SERENISIMA – CLÁSICO
Llama la atención tanto lo corredizo de su consistencia (parece derretirse en el plato), como la intensidad de su color; en la boca se desplaza con facilidad y presenta una acidez marcada pero no desagradable. Parece el primer experimento no-tan-logrado-que-digamos de los otros dos dulces de la marca: no falla pero definitivamente está por debajo.
Recomendado para: baño de helados, flanes, tortas, budines, etc. por ser casi líquido.
5. MILKAUT
Acá vamos subiendo el nivel. Color marrón más claro, con reflejos teja, casi naranjas, convincente consistencia, aroma definido a vainilla con notas de leche y chocolate, resulta más suave de lo previsto en boca y tiene un retrogusto –perceptible pero de difícil identificación– que no convence del todo. Aún así, las virtudes se imponen a los defectos y lo hacen aceptable.
Recomendado para: atreverse, quizá, a rellenar unos merenguitos caseros.
4. EL PUENTE TRADICIONAL
Una de las sorpresas de la cata a ciegas, mostró una buena consistencia (se la re-banca en la cuchara, desafiando a la ley de gravedad sin dramas), color intermedio y aroma suave, vainilloso sin caer en exageraciones (como sí lo hace su colega repostero). En el debe, el sabor no dura mucho en boca; con todo, resulta agradable en el balance y cumple, que es lo que cuenta.
Recomendado para: uso diario, en cualquier circunstancia y/o emergencia.
3. SAN IGNACIO
Consistencia musculosa, tono marrón oscuro con breves destellos anaranjados: su aspecto promete redondez y estructura, y cumple. El aroma se percibe sin problemas, mostrando notas a chocolate blanco, leche y vainilla que invitan a probarlo. En boca tampoco defrauda: bien dulce, bien untuoso, eficaz. Convence.
Recomendado para: cobertura o relleno de bizcochuelo, pero casi casi es un todoterreno.
2. LA SERENISIMA COLONIAL
Su consistencia no parece sólida pero las apariencias engañan: lo es, al igual que su aspecto y su aroma, no tan potente como podría esperarse. El resto es pura felicidad: agradable textura en su paso por boca, con una acidez presente pero muy bien equilibrada (a diferencia de su colega Clásico) que vuelve distintivo y placentero su sabor. Deja un lindo recuerdo y dan ganas de ir por más.
Recomendado para: entrarle a cucharada limpia y refocilarse en la tentación; por lo demás, va bien con cualquier cosa.
1. LA SERENISIMA TRADICIÓN ARGENTINA
Un escalón más arriba del Colonial, este TA justifica su primer lugar en el podio a base de equilibrio: impacta con el conjunto de su consistencia, su aroma elegante (el chocolate con leche dice presente, al igual que la infaltable vainilla e incluso algún dejo pasajero a café), su untuosidad, su notable retrogusto, todo logrando un balance convincente. Es más bien tirando a caro, pero justifica el precio y contentará a los paladares más exigentes.
Recomendado para: los clásicos panqueques, alfajores de hojaldre, torta Rogel y todo aquello que el deseo dicte, la imaginación proponga… y la realidad permita.
¡Feliz Día Internacional del Dulce de leche!