Llega fin de año y llegan también las ofertas fuera de serie. Los comerciantes inescrupulosos saben que es tiempo de río revuelto y que, como bien dice el dicho, es el momento propicio para sacarse de encima malas botellas, stocks decrépitos y hasta para colar vinos falsos en la góndola. De modo que, de cara a las compras de fin de año, en esta guía simple ofrecemos trucos para no clavarse en el intento de sacarle el jugo a las fiestas. Tomá nota.
La oferta jugosa. Por mail, por Facebook o sencillamente anunciadas en comercios las ofertas realmente increíbles llenan la escena del vino en esta época. Están los 5×1, el 4×2 o las 6+1 o 2 botellas. Es verdad, cualquiera es absolutamente tentadora. Pero conviene revisarlas: en general son ofertas cuyo material puede no ser atractivo, más allá del precio, o bien puede tratarse de un desagote de stocks. Si los vinos son de cosechas nuevas y se los compra en un canal medianamente razonable –una vinoteca, un supermercado- no hay razón para desconfiar. Es más, ahora mismo hay en varios sitios, como Tonel Privado, Espacio Vino o Bonvivir, con ofertas así de jugosas y con buenos vinos.
¿Qué observar? Pero si todo se compra en buena ley y además el precio ofrece un fuerte descuento, aún queda una cosa que revisar: el capuchón no tiene que estar pegoteado, ni la etiqueta ofrecer algún trazo de vino ni estar decolorada. En los primeros dos casos, casi con seguridad el vino filtró a través del corcho –porque fue sometida a altas temperaturas- y el vino está por lo menos picado o en proceso. En el caso de la etiqueta decolorada, con toda seguridad fue expuesta al sol o a la luz y basta para sospechar que el vino no está en plena forma. Así que cuidado: una oferta jugosa puede ofrecer también una trampa.
Truchos y falsificados. Existe una movida de grande vinos falsificados en el mundo y que la Argentina no es ajena. En general responden a marcas sofisticadas y caras, que funcionan como objetos de deseo: Cobos, Catena Zapata, Rutini, Trumpeter, Chandon, Alta Vista son marcas que todos los años tienen conflictos con botellas falsas. ¿Cómo detectarlas? El precio suele ser un índice. Como con los Rolex truchos, cuestan bastante menos de las oficiales. Pero al mismo tiempo ninguna de las botellas falsas ofrecen etiquetas con papeles especiales, ni casi nunca emplean la botella original y, para más datos, suelen venderse por canales alternativos, donde las bodegas no tienen control alguno. Desde Internet a venta directa. Si no querés clavarte con una botella lujosa a la hora de hacer un regalo, pagá lo que cuestan. Todo plan alternativo es (casi con toda seguridad) falso. Y en el vino, falso equivale a beber mal y desilusionarse.
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Los chinos y el precio bajo. En términos de compras cotidianas, los supermercados chinos ofrecen ofertas increíbles. Es un asunto comercial. Como en general pagan cash lo que compran a sus proveedores ninguno puede exigir precios de referencia. Así, descuentan fuerte en los vinos para que uno vaya a comprar lo que desea y se lleve, además, lo que necesita a precio inflado. Si una botella de vino tiene hasta descuentos del 30%, el queso o el papel higiénico, pueden pagarse hasta un 30% arriba. Es cuestión de poner bien el ojo. Y no comprarles botellas que, por prestigio y precio, no correspondan a esa góndola. Para vinos cotidianos, son imbatibles.
Cosechas viejas. Es un clásico de las listas de fin de año que ofrecen vinos con fuertes descuentos, y que, a la hora de comprarlas, no son truchos ni malos vinos. Sólo son botellas viejas. En general sucede en vinos blancos cuyo cuarto de hora pasó o con algunas marcas de precio medio, que encuentran de esta manera desemboque. Así, uno puede encontrar Caracassonne, Carrascal o Norton Clásico a precio de saldo, pero de cosechas 2008 o 2010, cuyos vinos están pinchados. Son ejemplos que hemos visto. O bien blancos cuyo color es entre ocre y caramelo, de pasados que están. En ambos casos, el sabor del vino no es el que uno espera. Y por ahorrarse unos pesos o asumir una oferta especial, al final se compra lo que no quería o no sirve. Mirar bien es un buen consejo.
Joaquín Hidalgo
Una versión de esta nota fue publicada en La Mañana de Neuquén el domingo 29 de noviembre de 2015.