Seguro alguna vez compraste una botella que prometía todo y resultó ser un perno. Si bien es raro que un vino esté malo, puede pasar si no se toman ciertos recaudos. Por eso, la próxima vez, tené en cuenta algunos de estos 10 tips para minimizar el margen de error o evitar que te vendan gato por liebre.

Nunca la botella de la vidriera

Pasa lo mismo que cuando se compra ropa: si te dan la que ha estado expuesta al sol o la luz, se corre con más chances de clavarse, porque el vino se oxida y arruina bajo estas condiciones. Siempre es mejor que lo saquen de la caja o una cava climatizada, antes que llevarse la botella más linda que brilla bajo unas dicroicas en la estantería.

Revisar el corcho al comprar botellas viejas

Es un clásico de las etiquetas añosas, que a simple vista parecen estar perfectas, pero que al beberlas son un vinagre en toda ley. Para evitar este mal trago, es importante sacarle el capuchón y revisar que el corcho no esté filtrado. Te vas a dar cuenta porque está pegajoso o porque está teñido por dentro. Y sino, obsérvalo a través del cuello de vidrio: si el líquido ascendió por sus paredes hasta la superficie, mejor olvidarse de esa botella.

La botella recalentada

Al momento de comprar conviene tocar la botella y tener una sensación térmica de su estado. Si está caliente -puede pasar incluso en lugares con aire acondicionado- lo más probable es que no esté en óptimas condiciones. Más aún si la base del capuchón está pegajosa.

Observar bien la etiqueta.

Está claro que lo importante de una botella es el contenido y no la pinta. Pero así como la imagen habla de la gente, en el vino una etiqueta habla de su historia: si esté dañada o corrida podés intuir un mal trato que puede redundar en un mal producto; pero si está chorreada o descolorida, tené por seguro que fue expuesta al calor o a la luz del sol y no puede estar en buenas condiciones.

Que no tenga polvo en los hombros 

Teóricamente, una botella debe permanecer acostada para que el corcho no se reseque. En ese caso, el polvo se ubica en algún punto de su cuerpo cilíndrico; pero si está en los hombros es porque lleva mucho tiempo de pie. Y si así fuera, es muy  posible que el vino esté avinagrado.

Buscar en el fondo de la góndola

Puede ser un buen consejo, ya que ahí suelen estar las botellas menos expuestas y también las mejor conservadas. En ese caso, una vez que la tengas entre tus manos revisá todo lo que se ha dicho hasta aquí, con un punto más: la cosecha.

La cosecha

En un mercado como el nuestro, que los vinos se venden jóvenes, no tenemos cultura de observar la añada en la etiqueta. Pero al comprar una botella es importante prestarle atención. Primero, porque vos podés elegir una y el vendedor sacarse de encima otra; y segundo, porque si se trata de una botella más vieja que el resto, puede llevar mucho tiempo expuesta en la góndola. Y con el tiempo y la mala guarda aumentan las posibilidades de clavarse. En cualquier caso, siempre es mejor comprar una cosecha más nueva.

No asumir que más caro es mejor

Suele suceder que los vinos más caros se presumen como mejores. Hay que saber, sin embargo, que no todo lo que brilla es oro y que en materia de botellas esto se cumple muy especialmente. Mejor es buscar data sobre el productor y la región antes de hacer una compra salada. Cuanta mayor sea la información con la que cuentes, habrá menos riesgo de comprar un clavo.

Usar Internet

Parece una perogrullada, pero rara vez un comprador de vino chequea en la web lo que se dice sobre cierta etiqueta. Si se hace un buen research previo –especialmente al comprar una etiqueta cara- puede salvarse de cometer un error impulsivo, o bien ayudarte a decidir una buena compra.

No comprar en sitios de internet de remates

Por regla general, a este tipo de sitios va a parar todo lo que no se puede vender en otro lado. Y lo que es más grave, no se puede comprobar las condiciones del producto. Si se navega un poco verá que hay muchas ofertas demoledoras, pero cuando te claves, no digas que no te lo advertimos.

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).