
Si las mañanas te cuestan y no podés entablar una conversación hasta haber tomado una buena taza de café, estas cafeteras quizás ayuden a levantarte el ánimo.
Tina Bobbe es una diseñadora que suele trabajar con herramientas de inteligencia artificial, aunque algunas veces lleva sus creaciones a la vida real, como esta máquina de expresso futurista (¿o plomeril?) enmarcada con caños coloridos. Se vende en su página web y cuesta más de tres mil euros. No es una ganga, pero si pintó capricho y la billetera te da, entrale.

Puestos a fantasear un poco, nos gustaría que vendiera otro de sus diseños -que por ahora es tan solo una realidad virtual- hecho con mármol de colores. ¡Alguna marca que se ponga las pilas!

Una infusión brutalista
Esto no es mármol ni está lleno de colores. Es prácticamente todo lo contrario: una cafetera brutalista, inspirada en el estilo arquitectónico que surgió a mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, nada más oportuno: la monumental película The Brutalist -protagonizada por Adrien Brody y dirigida por Brady Corbet- es candidata a 10 premios Oscar este año, y cuenta la historia (de ficción) de un arquitecto, inmigrante húngaro, a partir de su llegada a EE.UU.

Este diseño está hecho a mano con cemento y detalles en porcelana, y se convirtió en una pieza de autor. Con esta máquina, seguro que el café está fuerte. Se vende en la página web de Anza. Ahora se agotó, pero prometen reponer.
Café con olor a hogar
En un estilo completamente opuesto al cemento brutalista, encontramos este conjunto de cafetera y taza hogareñas que nos dan muchas ganas de estar viendo una película con una manta que nos cubra hasta la nariz mientras llueve de fondo.
Hay elementos de bazar que gritan “hogar” a los cuatro vientos y esta taza… es bastante literal con el concepto. La ventana y la puerta pintadas sobre la cerámica recuerdan a los primeros dibujos que te animaste a hacer en el colegio: una casa de dos pisos, el techo a dos aguas y una puerta de puntas redondeadas.

Esta taza –comercializada por El Corte Inglés– tiene techo removible, que no solo es un detalle decorativo adorable sino que también ayuda a que la bebida no se enfríe tan rápido. Hecha para los colgados a los que nos gusta estirar el desayuno con algo rico y lo máximo posible.
Una taza para escalar bien alto
Si de tazas particulares se trata, encontramos una que no vas a querer soltar: la taza para escaladores.
Hecha a mano por artesanos de la región donde se encuentran las cerámicas más antiguas de Inglaterra, estas tazas están inspiradas en las paredes para escalar y son el regalo perfecto para quienes practican este deporte.

Pero también son inmejorables para ese compañero de trabajo que te cae pésimo, porque la ergonomía de esta taza obliga a ejercitar la motricidad para que no se te caiga el café encima.
Sus fabricantes dicen que no hace falta tener la mano entrenada para sostenerla, pero admiten que “requiere un buen pellizco” y un poco de fuerza, así que ¡precaución!
Estamos invitados a tomar el té
Mucho se ha hablado del café en esta nota, pero ¿qué pasa con los amantes del té? No desesperen, también tenemos alguna boludez para ustedes.
Antes de siquiera elegir el tipo de té, hay que calentar el agua. Y para eso tenemos la tetera ideal: roja, redonda y con un pequeño tallo. Simula un tomate porque es para toma(r)té. ¿No?

Y si con esta simpática tetera no te parece suficiente, también tenemos el infusor más tierno del barrio: un hipopótamo de silicona que apoya sus brazos sobre el borde de la taza mientras tu bebida se prepara.
Elegís el té en hebras que más te gusta, ponés un poco adentro del hipo y lo mandás a darse un relajante baño de agua caliente en tu taza favorita.
En Amazon se venden estos infusores con múltiples formas de animalitos. Y en Mercado Libre hay otros de figuras humanas.

Con todas estas bolucompras seguro que pudiste armar lista de regalos para San Valentín o traerte de viaje, y tal vez hasta pusiste la alarma un poco más temprano para disfrutar a fondo del desayuno.