
En su sitio web, Nocheluna Sotol se define como “el tesoro escondido de México”. Su nombre, de hecho, se inspiró en una de las canciones más tradicionales del país.
Ricardo Pico, su socio fundador, fue quien bautizó a la marca mientras buscaba las palabras más apropiadas que representaran a su espíritu. Justo en ese momento, escuchó la letra de “El corrido de Chihuahua” que dice: “Lindas las noches de luna alegradas con sotol”.
Desde el corazón del desierto, Pico, economista y actual Global Sotol Educator, cuenta que pasó de trabajar como consultor de una marca industrial a ser un experto en la categoría. Ya como principal embajador de esta bebida en su nación, tomó una decisión.
Así, antes de la pandemia, emprendió un camino de búsqueda que comenzó en las zonas más recónditas del desierto de Chihuahua y llegó hasta el glamour de Hollywood de la mano de Lenny Kravitz.

Un hallazgo en el desierto
Nocheluna Sotol existe casi como producto de una casualidad. En su travesía por el desierto de Chihuahua, Pico buscaba productores locales y, sin éxito, decidió volver a la ciudad.
Sin embargo, en la carretera de regreso, se detuvo en una despensa y, con la última esperanza, preguntó si conocían a alguien que vendiese sotol. La respuesta fue una botella de plástico de más de un litro con una bebida que define como “una explosión de sabores”.
“Fue como si alguien hubiese concentrado 10 de las botellas que yo vendía en mi antiguo empleo en un solo producto”, describe.
Según su conocimiento de experto, aquella bebida estaba alta en grados, con más precisión a 62, que es lo que se denomina el “corazón de la destilación”. Los aromas dejaban notas de minerales y hierbas que se sumaban al sabor del cacao, todo muy bien especiado.

Las hojas delgadas y fibrosas del agave se cuecen en hornos cónicos bajo tierra para convertir sus almidones en azúcares. Después se pasa a la etapa de molienda.
En ese punto se desmenuza la materia prima con el propósito de deshacerla en fibras, para luego mezclarlas con el agua y obtener el fermento.
En tinas redondas de 1800 litros comienza el proceso a la intemperie, hasta obtener la levadura. Después de 4 o 5 días en pleno verano la levadura transforma los azucares en alcohol y se realizan dos destilaciones.
La primera se llama vino, entre 28 y 32 grados. La segunda destilación para obtener sotol se denomina resaque y, ahí, hay un ajuste de la riqueza alcohólica hasta los 62 a 65 grados.
Soteleros y pioneros
A partir de su experiencia en la despensa, Pico comenzó la misión de conseguir el contacto de sus productores. Para esto, el primer paso era ganar la confianza de las personas del lugar.

La elaboración de destilados fue muy perseguida en México y hace solo un par de décadas que el sotol dejó de ser un consumo clandestino. En este contexto, Pico ofreció un número de teléfono, se retiró y esperó.
Para entender la esencia del sotol hay que remontarse 10.000 años. En la zona que hoy compone el norte de México y sur de Estados Unidos había pobladores que recolectaban agaves, la planta con la cual se produce, como alimento alternativo a la caza.
Proviene de la misma familia de plantas con las cuales se producen el tequila y el mezcal.
“Para hacer tequila necesitas un agave con unos 6 años de vida. Para el mezcal, 12 a 15 años, lo mismo que tarda en madurar si se busca elaborar sotol. Estamos haciendo los primeros esfuerzos por cultivar, pero por el momento producimos con plantas silvestres del desierto”, asegura Pico.
Cuenta la leyenda que un vinatero, como se les llama a los productores destiladores, dejó algunas de estas plantas a la intemperie. Luego de varios días, vio un oso borracho y dormido que había ingerido cabezas de agaves fermentadas.
Con esta impronta, el sotol fue siempre una bebida asociada a las clases obreras y a la cultura cowboy. Las autoridades, durante décadas, hostigaron a los productores y confiscaron sus herramientas de trabajo.
Esta estigmatización la vivió en primera persona Don Lalo Arrieta, mejor maestro sotolero y miembro de una familia pionera, quien respondió al mensaje que Ricardo dejó en la ruta. Así, Don Lalo se convirtió en socio creador de Nocheluna Sotol.
El día que el Sotol llegó a Hollywood
Luego de algún tiempo de trabajo entre Ricardo y Don Lalo llegó un momento clave. Según Pico cuenta, tomó contacto con Iván Saldaña, científico e ingeniero químico especializado en agaves.
“Es el titular de la firma Casa Lumbre y creador de las marcas de mezcal Montelobos y de una línea de chile ancho llamado Ancho Reyes, las cuales fueron compradas en un 51% por Campari”, precisa. Al conocer sobre el proyecto, Saldaña viajó de inmediato al desierto.
En 2019 se reunieron en Chihuahua Iván, Don Lalo y Ricardo. El visitante probó el sotol y la propuesta llegó de inmediato.
Pico recuerda que le comunicó a Don Lalo, su primer socio: “Nos están invitando a hacer una colaboración para que este producto que hoy está malvendido sea una marca global y, para eso, necesitamos capacidad de producción y cumplir todas las normativas”.
De inmediato, Don Lalo, a sus 70 y tantos, dijo “vamos para adelante”.
A partir de ese momento comenzó el proceso de construir la identidad de la marca, a imagen y semejanza de la cultura mexicana. Primero surgió el nombre y luego la impronta visual.
Mientras nacía Nocheluna, llegó otra llamada, esta vez totalmente inesperada. Iván Saldaña confirmaba el ingreso del nuevo Director Creativo de la marca: Lenny Kravitz, consagradísimo compositor y cantante que dará shows en la Argentina en noviembre próximo.
Un tiempo antes, desde Casa Lumbre habían enviado una botella a Kravitz como una invitación a conocer el lanzamiento. El destino quiso que el músico estuviese, desde hacía algún tiempo, interesado en participar de un proyecto de destilados mexicanos que no fuese ni tequila ni mezcal.
“Lenny quería algo único y especial. La botella se la enviaron a República Dominicana, la abrió en el set en el compartía filmación con Jennifer López y todos quedaron fascinados”, revela Pico.
A su regreso, el compositor se interiorizó sobre el origen de Nocheluna Sotol y quiso viajar a Chihuahua a conocer a sus productores para involucrarse de lleno.
Muy pronto todo el equipo se encontró en el desierto. Allí se hizo la producción de fotos durante días y noches, la cual estuvo a cargo del prestigioso Mark Selinger, fotógrafo histórico e íntimo amigo de Lenny.
El futuro de Nocheluna Sotol
Consultado sobre qué aportó una estrella como Kravitz a una marca como Nocheluna Sotol, Pico no duda: “Muchísima proyección. Y también nos hace soñar porque si una figura global se fija en lo que hacemos significa que vamos bien”.
Pico relata la visita del rockero a Chihuahua como un plan súper secreto. Nadie en toda la región supo de su estadía hasta que se fue.

Cuando Kravitz subió a su avión privado de regreso hacia las islas Bahamas, publicó en sus redes sociales una de las fotos de la producción exclusiva para Nocheluna Sotol.
Al momento, la marca tuvo tres lanzamientos. El primero fue en Brooklyn, el segundo en Ciudad de México y el tercero en París.
A propósito, Pico remarca que le parece muy bien cómo habla Kravitz del proyecto: “Dice que no se trata de sí mismo sino de poner la categoría sotol y a la herencia cultural de Don Lalo y su familia en el mapa. Sentimos que es alguien que verdaderamente vino para sumar”.
Nocheluna Sotol mantiene el concepto de Chihuahua para el mundo, desde el contenido y su excéntrico e intenso sabor hasta el empaque. En este sentido el empresario comenta que la idea general es que “cada botella transmita lo que siente un chihuahuense cuando la compra, la regala o la lleva a una fiesta”.
En relación al futuro, Ricardo Pico confirma que Sudamérica está en el radar del equipo. “Lo que se viene es seguir picando piedras porque aún es difícil que alguien pida un sotol en una barra, así que hay que seguir trabajando para posicionar la categoría en la región”.
En materia de ventas, el sotol está todavía muy lejos del tequila, pero creciendo. Nocheluna vende unos 400 millones de litros al año de tequila, frente a unos 500.000 litros de sotol.
“Hoy estamos en México, Estados Unidos y en Europa en 20 países. Además, ya tenemos algo cerrado para el Caribe y me encantaría llegar a Argentina que, para mí, por sus hábitos de consumo, es uno de los mercados más atractivos”, adelantó, lleno de ilusión.
A los fans argentinos de los destilados que quieran descubrir el sotol, Pico les dice Believe in me. Como canta Lenny.