Desde fines de agosto pasado Vistalba, es una de las nuevas indicaciones geográficas argentinas. En pocas palabras, uno de los distritos más famosos en la elaboración de Malbec, perteneciente a Luján de Cuyo, Mendoza, con una larga historia en la producción de vinos, fue finalmente reconocido como un origen oficial. Desde entonces puede figurar con toda claridad en las etiquetas.

En los últimos dos años, otras IGs fueron también aprobadas, en rincones insospechados del país: Balcarce en provincia de Buenos Aires y Victoria en Entre Ríos. Con ellas, a la fecha la Argentina tiene 106 orígenes de vino registrados para usar en sus etiquetas, muchas de los cuales fueron aprobadas de oficio en 2002.

Las nuevas indicaciones geográficas argentinas se inscriben en medio de un proceso largo en el que Argentina y los productores de vino buscan proteger y promover aquellos terruños que ofrecen cualidades distintivas y reconocibles para sus vinos. 

Es, para decirlo llanamente, darle un estatus especial, tanto para que ganen distinción en las etiquetas como para protegerlas de usos indebidos. Desde 2002 hasta ahora, algunas fueron muy discutidas, otras aprobadas sin más y un puñado incluso siguen en disputa. 

En todo caso, una cosa es segura: en la medida en que los vinos tienen un sabor atribuible a un lugar determinado, es importante darle validez. Eso es exactamente lo que está sucediendo con estas nuevas indicaciones geográficas argentinas.

Las IGs definen un área geográfica donde se produce vid cuyo sabor está indisociablemente vinculado a la geografía del lugar. Son el paso previo a las Denominaciones de Origen (DOC), que combina las condiciones propias de un origen con las de un estilo determinado, y que se somete a un comité que juzga la cualidad o pertinencia de un tipo de vino a lo que dicta la norma.

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La esperada Vistalba

El caso de la flamante IG Vistalba es ilustrativo del valor que supone una Indicación Geográfica. Vistalba es un distrito político donde a lo largo de los siglos XIX y XX se establecieron algunos de los viñedos más prestigiosos de Malbec y Cabernet. 

En el pasado, el lugar específico del que provenía un vino era menos importante y a ninguna bodega se le ocurrió registrarlo como marca.

Sin embargo, en 2003 se lanzó la bodega Vistalba, quienes registraron a su vez la marca comercial. En los años que siguieron, muchos de los viñedos ubicados en ese rincón alto, con suelos aluviales de Luján, no podían tener otra identificación que los genéricos Luján de Cuyo o Mendoza.

Sin embargo, fue la propia Bodega Vistalba la que decidió inscribir su marca como IG y liberarla para el uso común. El trámite se inició en mayo de este año y desde el 26 de agosto pasado se convirtió en una denominación que compartirán los viñedos que aún quedan en la zona. 

Los Malbec son particularmente vistosos en Vistalba: maduros y con buen cuerpo, con taninos voluminosos y finos, ofrecen una nota de ciruela y pimienta blanca.

El dato final es que, ahora que la Denominación de Origen Luján de Cuyo se relanza al mercado, Vistalba es finalmente un distrito que los productores pueden usar. En el corto plazo veremos Malbec Vistalba en las etiquetas.

Balcarce, Buenos Aires

Distinto es el caso de otra de las nuevas indicaciones geográficas argentinas ubicada en el corazón bonaerense, tramitada por la bodega Puerta del Abra. Enclavada en las serranías del sistema de Tandilia, desde 2013 cultivan unas 12 hectáreas plantadas, entre otras variedades, con Pinot Noir, Chardonnay, Albariño y Riesling. 

Son vinos que embotellan y comercializan a cuentagotas, y los blancos son muy interesantes.

Como no es una zona en donde nadie hubiese operado uvas antes, pero la marca Balcarce ya estaba registrada en otros rubros, desde un comienzo decidieron establecerla como una Indicación Geográfica. La IG fue reconocida en marzo de este año.

Victoria, Entre Ríos

El año pasado fue aprobada Victoria, en Entre Ríos. Por raro que parezca a los ojos de hoy, Entre Ríos fue una zona vitícola de relativa importancia hasta 1930, cuando se prohibió la plantación de vides fuera de las áreas del oeste. 

Así, la provincia languideció como una zona vitícola hasta que, derogada la prohibición, algunos productores volvieron a la elaboración de vinos. 

En 2021, la bodega Borderío solicitó la inscripción de la IG. Promulgada en mayo del año pasado, protege finalmente todo el departamento de Victoria, donde está ubicada la bodega. Los vinos tintos, con Malbec, Syrah y Merlot a la cabeza, son potentes y sabrosos.

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).