Cuando el viñedo Altura Máxima fue plantado en Payogasta, Salta, hacia 2003, todo en torno a él era una incógnita. ¿Cómo crecerían las uvas bajo el sol intenso de los 3111 metros de altura? ¿Cómo llegarían a la madurez las tres variedades allí plantadas, Malbec, Sauvignon Blanc y Pinot Noir? Se trataba de un primer ensayo y de una apuesta sin precedentes en el mundo del vino.

Una década y media más tarde, el primer vino vio la luz. Aquel Malbec 2012 –lanzado en 2015– había dado buenos frutos y, para sorpresa de todos, ofrecía un estilo único, tanto como el lugar del que provenía. Nacía así una leyenda: la del vino y el viñedo más alto, el que había roto los esquemas, Colomé Altura Máxima Malbec.

Diez años más adelante, la misma singularidad se expresa en dos vinos nuevos: Colomé Altura Máxima Pinot Noir 2020 y Colomé Altura Máxima Sauvignon Blanc 2021, recientemente presentados. 

Para conseguirlos, el equipo técnico de Colomé liderado por el francés Thibaut Delmotte, trabajó en la identificación de los lotes. “Seleccionamos las hileras y bajamos rendimientos para conseguir que madure la uva en este clima frío. Y tomamos la acertada decisión de cosechar tempranamente”, afirman. Así, logran expresar el espíritu extremo del lugar. 

Los amantes de Colomé reconocerán el espíritu que los llevó a la cima y volverán a saborear la sorpresa y el descubrimiento que supuso probarlos a lo largo de los años.

Colomé Altura MáximaColomé Altura Máxima, el viñedo

Altura Máxima es el sueño hecho realidad de Donald Hess, fundador de Colomé. Amante de los vinos de altura, Hess ambicionaba elaborarlos en una nueva zona de frontera: los 3000 metros y más. Por aquellos años, sonaba a una locura desmedida. 

Pero Hess no les ponía límites a sus sueños. Buena muestra de ello es Estancia Colomé y Altura Máxima. Así es que amplió el ensayo de 2003 a unas 11 hectáreas en 2007 sobre la ladera oeste del cerro Cumbre del Obispo, en las afueras de Payogasta. Puesto en perspectiva, era algo así como buscar el lugar más inaccesible y con las mejores condiciones de frío, luminosidad y pendiente para escaparle a las heladas.

Las plantas sufrieron mucho al comienzo. El contraste para el Pinot Noir no podía ser más extraño: oriundo de la Borgoña, una zona fría, con sol moderado y suelos arcillosos o calcáreos, tenía que adaptarse a un clima extremo, entre frío y con un sol tan intenso que quemaba las hojas. 

Hasta ese momento se sabía muy poco de los efectos de la radiación UV, más allá de que acentuaba el color de los vinos tintos. Hoy la ciencia puede explicar qué sucede: la radiación es un factor de estrés que dispara en la planta el trabajo de una hormona, el ácido abscísico, y regula el crecimiento; achica así las hojas y los tallos, y las plantas quedan en su mínima expresión. 

El dato es que, a 3000 metros de altura, hay mayor radiación, comparativamente un 36% más que a nivel del mar.

Eso, sumado a las temperaturas bajas que genera la altura y la bajísima humedad relativa de los Valles Calchaquíes, genera un estrés ambiental fuerte. El Malbec está más adaptado al sol, no así el Sauvignon Blanc y el Pinot Noir. Eso explica el orden de lanzamiento de los vinos.

Colomé Altura MáximaPero los desafíos del estrés requieren de un manejo preciso. En estos años, el equipo de Colomé aprendió a lidiar con ellos para alcanzar el punto de excelencia. “Pinot Noir y Sauvignon Blanc son uvas sensibles al sol, por lo que tenemos que dejar los racimos sombreados, con una hoja visera, como le llamamos nosotros”, dice Delmotte. 

Al mismo tiempo, las plantas son susceptibles a los hongos por lo que, con las escasas lluvias de diciembre y enero, deben “deshojarlas para generar ventilación, ya que trabajamos de forma sustentable”, explica.

Con todo, el desafío más difícil lo tiene el Pinot Noir. Brota temprano y las heladas suelen castigarlo, pero también madura primero y ofrece frutos con azúcar a principios de enero, cuando en el monte no hay otra cosa. 

“Tenemos que poner una tela para evitar que loros y pájaros se coman la uva”, detalla el enólogo.

Los nuevos vinos

En estos 20 años, la finca llegó a completar las 25 hectáreas plantadas –18 de Malbec, 5 de Pinot Noir, 2 de Sauvignon Blanc– y Colomé ensayó las variedades en una línea llamada Lote Especial, lanzada en 2015. El Sauvignon Blanc, herbal, recuerda a lima y jalapeño, con mucho cuerpo; el Pinot, en tanto, tiene fruta roja precisa y frescura elevada, con cierto twist licoroso. Esa es la génesis de los nuevos Altura Máxima que hoy llegan al mercado. 

“El trabajo que hicimos de detalle y cosecha nos permitió adquirir más frescura, menor graduación alcohólica, y obtener así vinos elegantes que expresarán las características típicas de su varietal. Convencidos de los resultados obtenidos, hoy el Pinot Noir y el Sauvignon Blanc se suman a la Altura Máxima”, se enorgullece Delmotte.

Luego de 10 años de investigación, el Sauvignon Blanc y el Pinot Noir llegan entonces a “Altura Máxima”, que los recibe con nueva etiqueta y un largo camino de exploración de los viñedos de altitud. 

De este modo, la línea se amplía y la marca se fortalece para expresar mejor las características del viñedo único del que provienen sus uvas y las condiciones extremas en las que se elaboran estos vinos. 

Colomé Altura Máxima Pinot Noir 2020 y Altura Máxima Sauvignon Blanc 2021 se consiguen en vinotecas exclusivas a un precio de $4500 y $3500, respectivamente.