Se viene el fin de año. Es época de balance, de ver qué nos salió bien, qué mal y qué mejor ni evaluarlo. Pero como tal vez te dé fiaca andar haciendo memoria y autocrítica, te llevamos a visitar algunos de los más desopilantes, curiosos y enfermos récord Guinness vinculados al morfi que fueron proezas de otros. Record de comidas más extremas que ya están hechos.

Veamos. Varios son técnicos, otros implican osadías y destrezas individuales y están también los que involucran a comunidades enteras. Argentina tiene dignos representantes en el célebre registro y encima, como era de esperar, la competencia con los hermanos-rivales sudamericanos y con los ingleses suele a ser a cara de perro y minuto a minuto. 

Así que mientras juntás ganas para completar tu DEBE-HABER mental del 2021, maratoneá a full con estas bizarreces extremas de los demás.

record de comidas más extremas
¿Cuántas bochas tiene este helado?

Record de comidas más extremas: capos de la pizza, la empanada y el vino

La pizza es una parte constitutiva de la identidad argentina en general, y porteña en particular. Se asocia con la inmigración, los sabores italianos y españoles reconfigurados a partir de las versiones a la piedra, media masa o al molde. De hecho, durante años se llevó a cabo “Muzza 5k-Maratón de la Pizza” un recorrido por las pizzerías más tradicionales de la ciudad, concentradas especialmente a lo largo de la Av. Corrientes. 

Pues bien, en 2018, al pie del Obelisco, un equipo de pizzeros nacionales elaboró 11.728 pizzas en 12 horas, desbancando a Italia que, un año antes, había hecho apenas 10.000 en medio día. ¡Otro memorable siamo fuori! Además, Argentina conquistó el récord de “mayor cantidad de empanadas servidas en 8 horas”: 11.427 (952 docenas y pico). Los albicelestes reyes del repulgue.

La empanada es una especie de institución latinoamericana. Pero siempre hay pica con Inglaterra, y la empanada no saca los pies del plato. En 2016, la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (Appyce) le dio forma (a beneficio de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina) a «la empanada más grande de Buenos Aires», con impactantes 82 metros que sin embargo no fueron certificados por Guinness. 

Poco después, en 2017, los británicos hicieron una samosa (empanada triangular, frita y crujiente muy común en mercados callejeros) de 153 kilos, osadía que también prepararon a beneficio. En este caso, de la fundación en ayuda a la comunidad musulmana “Muslim AID UK”.

¿Y cómo se riegan manjares semejantes? ¡Con mucho vino, como corresponde! Venimos medalla de bronce dado que el récord de consumo de vino per cápita lo tiene París con 5,3 millones de hectolitros de vino consumidos en 2017 (equivalentes a 709 millones de botellas ¡Unos verdaderos Vinómanos!). 

El segundo puesto lo ostenta la aglomeración urbana de la Ruhr (Essen, Dortmund), cuyo consumo ese mismo año fue de 4 millones de hectolitros (537 millones de botellas). Buenos Aires está un par de copas detrás, con 3,6 millones de hectolitros.

Poniendo huevo

Así como sucedió en la semifinal del Mundial del ´86 y en los cuartos de final de 2014, Argentina –teniendo a Bariloche como representante– había superado a Bélgica en 2012, presentando el huevo de Pascua más grande del mundo: demandó 7500 kilos de chocolate y confites para lograr una altura de 8,5 metros. Es decir, un edificio de tres pisos. 

Esta obra fantástica que parecía salida de un cuento de Julio Cortázar (precisamente, argentino nacido en Bélgica) tuvo sucesores fabulosos: en 2019, Miramar realizó colectivamente un huevo de 10,5 metros de alto, 6 de diámetro y 4100 kilos de chocolate. ¡Tremendo huevón!

Record de comidas más extremasSi bien rompió el récord que habían alcanzado los italianos de Lombardía (10,3 metros de alto), el logro no pudo ser registrado dado que la institución certificante pedía 20 mil dólares y ya sabemos cómo venimos con los verdes.

Sin embargo, los que sí pudieron certificar sus proezas fueron nuestros eternos multi rivales brasileños que se mandaron “o ovo mais grande do mondo” en la ciudad de Pomerode, Santa Catarina. La monstruosidad chocolatosa contó con 15 metros de alto, 8,72 de diámetro y demandó 48 días de preparación y decoración.

No podemos saltearnos la merienda. Y precisamente unos de los protagonistas de ese rubro, los alfajores, también nos dieron otro récord. El más grande del mundo pesa 556 kilos y fue elaborado en la ciudad argentina de Mar del Plata (¿dónde si no?) en 2011.

Ese alfajor superó al uruguayo que hasta entonces era considerado el mayor, con 464 kilos. El marplatense fue obra del pastelero Ariel Seggeser. Para su elaboración se utilizaron 560 huevos, 250 kilos de dulce de leche, 100 kilos de harina, 40 kilos de fécula de maíz y 5,6 de cacao amargo. ¡Nos vemos, Uruguay! ¡Traé alfajores! 

La verdad de la milanesa

Pasemos a los principales. Tal como te contamos, Tucumán es el Reino Universal del sánguche de milanga. Tal es así que en 2011 la capital provincial se quedó con el curioso y prestigioso título de ser cuna (o fuente) del más grande del mundo: Víctor Tirado preparó uno de 2,6 metros de largo (una habitación), 54 centímetros de ancho y 12 kilos de milanesas en la famosa Expo Milanga. ¡Poné los fideos!

Record de comidas más extremasY si de pasta se trata, los tallarines más largos del mundo son cordobeses y santiagueños a la vez. En la calle principal de la ciudad de Oncativo, Córdoba, en 2011, una familia de santiagueños amasó los tallarines más largos de la historia, que recorrieron 280 metros de largo, más de dos cuadras. 

Se necesitaron 1.200 huevos, cerca de 180 kilos de harina y el trabajo de 500 personas durante 8 horas. No fueron los únicos exagerados del rubro: en China, en 2017, hicieron unos fideos “noodle” -más alargados y redondeados- de… ¡más de 3 km de largo! Por suerte, no competían directamente con los nuestros.

Record de comidas más extremasAhora bien, acá la Banda Oriental tuvo revancha, y nos duele en el medio del alma. Supimos tener el asado más grande del mundo en 2011 pero en 2017 el paisito se quedó con el premio. 

Sí, en Minas asaron 16.510 kilos de carne vacuna y se quemaron unos 60 mil kilos de leña. Como dato adicional, hubo 4 toneladas de ensalada rusa a modo de guarnición. ¡Más anticuerpos que la Sputnik!

Récords mundiales bizarros

Peter Czerwinski es un canadiense de 36 años que ostenta varios récords Guinness vinculados a la polémica categoría “speed eater”. Como era de esperar es un famosísimo youtuber conocido bajo su nombre artístico: Furious Pete (te lo imploramos: ¡no hagas el chiste!). 

Entre otras hazañas, pasará a la posteridad por ser: el hombre que comió más hamburguesas en un minuto, el que marcó el tiempo récord en liquidar tres eclairs, el hombre en engullir más rápido una pizza y el que más velozmente se bajó 15 Ferrero Rocher. ¡Otra que Bruce enfrentando al pastel de chocolate en Matilda!

Record de comidas más extremas
Peter Czerwinski, el Youtuber conocido como Furious Pete, famoso por sus records Guinness.

A contramano total del concepto boutique de “carta reducida”, en 2017, en la Provincia de Surat Thani de Tailandia se batió el récord de platos servidos: un buffet con 5829 opciones diferentes. Habían presentado 1034 extra pero no fueron considerados distintos más allá de cuestiones estéticas. Igual eran un montón.

En un conocido sketch del programa de culto Todo x 2 pesos protagonizado por Diego Capusotto y Fabio Alberti, un mozo llamado David Lennón en su tema Coman –paródico del original Woman–  repasa los platos del día. La desopilante escena culmina con “y de postre/ les puedo ofrecer/ helado… de cucurucho”. Esta pieza nos lleva a finalizar nuestro racconto con el récord de bochas de helado servidas en ese envase: fueron 121 a cargo del heladero italiano Dimitri Panciera, en 2017. 

El tano batió su propio récord de 109 bochas. La regla era sencilla: una vez montadas las bochas, debían mantenerse todas juntas sin caerse por lo menos diez segundos.

Malabaristas, fanáticos, exagerados, estos buscadores de récords son atletas olímpicos (con sus más rápido, más alto, más fuerte) en la disciplina Hornalla. ¡Aplausos para los que llegaron al podio!