Es un tema bastante winenerd. Porque se trata de una sutil disquisición en el mundo del vino. Pero si vale la pena escribir sobre este asunto es porque en las copas hacen una diferencia gustativa que el consumidor puede reconocer y disfrutar. Hablamos de qué son los vinos sin sulfitos agregados, lo que nos obliga a hacer un pequeño rodeo antes de llegar al asunto en cuestión. 

Qué son los vinos sin sulfitos

Según documentaron, los primeros en reconocer la utilidad del azufre en la conservación de los vinos fueron los griegos. Desde entonces y hasta que la industria química encontró la forma de proveerlo en gas o sales, a los vinos de todo el mundo y todos los precios se les incorporaba alguna cuota de azufre: en la antigüedad quemándolo en los recipientes que conservaban el vino (hoy se sigue usando de forma artesanal), luego en forma de metabisulfitos de potasio o anhídrido sulfuroso gaseoso.

Lo que los griegos no sabían y luego la química enológica estudió de forma exhaustiva, es que ese azufre agregado, mediante un proceso de asimilación, queda incorporado al vino en una proporción aurea: 2/3 se vinculan con otras moléculas mientras que 1/3 queda en estado “libre”, aunque esa proporción final depende del tipo de vino.

Esa parte libre opera como un protector en el vino. Si es atacado por bacterias, se vincula con ellas y las liquida; si se oxigena de más, se metaboliza con ese oxígeno, lo captura y protege al vino de las oxidaciones. En eso es un defensor más sólido que Mascherano.

Pero la parte que se combina, los otros 2/3, en una dosis grande apaga el vino. Le resta sabor. Eso, sin hablar del otro efecto del anhídrido libre: también se combina dentro del hígado y da los agudos dolores de cabeza que todo bebedor conoce. El efecto depende de la cantidad de sulfitos libres y ese volumen depende a su vez de la higiene, la sanidad y el estilo del vino: si es dulce, necesita más protección para que no refermente; si la madera en la que se cría no está impecable, necesita otro poco más. Y así.

Contracultura sulfito

En los últimos años apareció entre consumidores y bodegas una conciencia respecto del uso responsable de este protector. Y en un mundo que busca la autenticidad y las experiencias menos industriales, el interés por saber con exactitud qué son los vinos sin sulfitos fue ganando fuerza. En Europa son toda una categoría que va desde productores de elite a hippies. En la Argentina viene en ascenso.

En el mercado hoy se pueden probar al menos dos docenas de vinos buenos (atentos al adjetivo) elaborados sin sulfitos agregados. Y decimos vinos buenos porque trabajar sin sulfitos es enfocar la pureza, por un lado, pero también, por otro, correr el riesgo de que el vino se desvíe de su plan y presente defectos. 

Puede ocurrir en la comercialización, en el transporte ultramarino o dentro de la bodega incluso. Al fin y al cabo, no tienen los sulfitos protectores.

Desde el punto de vista del bebedor, un vino sin sulfitos agregados propone mayor expresión de aromas, más prístinos también, y paladares suaves en el caso de los tintos cuyos taninos son potentes. 

La razón es simple: no están compartiendo botella con los sulfitos, que capturan en su parte combinada algunas de esas moléculas y les restan valor en la ecuación de gusto. 

En la góndola actual es posible beber vinos sin sulfitos realmente primarios y puros, que sorprenden por la claridad de sus aromas y sabores. Pero también algunos que, en nombre de trabajar sin sulfitos o proclamarse vinos naturales, resultan un tren fantasma de defectos vínicos. 

Por eso, después de haber repasado qué son los vinos sin sulfitos, te damos esta lista con 8 de los mejores:

1) Krontiras Malbec 2020, con uvas de Maipú, fruta negra pura y paladar suelto. Rico.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 1

2) Alpamanta Breva Blend 2020, intenso en sabor, pura fruta y hierbas, con paladar jugoso.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 2

3) L’Spirit de los Chacayes 2020, recuerda a mora y hierbas, con boca jugosa y caudalosa.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 3

4) Chakana Ayni Malbec 2019, criado en foudres, es una proeza de sabor frutal y frescura delicada.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 4

5) Thibaut Delmotte Natural Malbec 2019, con uva de Payogasta, Salta, ofrece fruta negra y especias, con un paladar suelto y lleno de sabor.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 5

6) Le Petit Voyage Malbec 2020 de Los Chacayes, propone fruta fresca y hierbas, con una boca jugosa y caudalosa.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 6

7) Bousquet Virgen Malbec 2020, maduro, recuerda a mora, con un paladar intenso y de volumen.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 7

8) Santa Julia El Burro 2019, frutas frescas, ciruela y guinda, con una frescura jugosa en paladar.

Vinos sin sulfitos agregados: qué son, por qué cada vez hay más y cuáles elegir 8

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).