A comienzos del 2000, el Valle de Uco era muy diferente al que conocemos. Aún no había despegado y se ofrecía como una promesa que reclamaba grandes esfuerzos. Desde desarrollar terroirs nuevos a conocerlos, desde hacer caminos y construir las bodegas a embotellar flamantes vinos.

Para ponerlo en números: a principios de siglo el Valle cubría unas 10.000 hectáreas de viñedos y hoy asciende casi a 30.000. En ese período corto de tiempo vivió toda una revolución, la que lo llevó de ser un rincón en un remoto país a una región vitivinícola de clase mundial.

Flechas de los Andes
Flechas de los Andes fue pionera en Valle de Uco. Gracias a sus grandes vinos y el respeto por el lugar, esta bodega de capitales franceses se convirtió en referente internacional de la nueva vitivinicultura argentina.

Entre los que tuvieron el coraje para apostar por los terruños de Uco, Flechas de los Andes es uno de los pioneros. Y en los mismos años que le tomó al Valle llegar a ocupar el mapa global, la bodega logró convertirse en un clásico de la región. Gracias a sus grandes vinos y el respeto por el lugar, esta bodega de capitales franceses se convirtió también en referente internacional de la nueva vitivinicultura argentina. A 20 años de sus primeros pasos, el equipo enológico y agronómico devela las claves de su éxito. 

Flechas de los Andes: visón y coraje 

Desde 2003, Pablo Richardi es enólogo y Director de Flechas de los Andes y quien mejor puede explicar la filosofía del proyecto. “Flechas nació de la mano de Benjamin de Rothschild y Laurent Dassault, provenientes de dos reconocidas familias francesas que descubrieron Mendoza gracias a Michel Rolland y no dudaron en venir para crear un nuevo vino. Desde los comienzos la consigna fue clara: si bien ambos tenían un amplio conocimiento en la elaboración de grandes vinos, supieron que debían adaptarse a un nuevo terroir y al Malbec, una variedad casi desconocida para los dos”, asegura. 

Flechas de los Andes
Pablo Richardi es enólogo y Director de Flechas de los Andes.

Pero el desafío no los amedrentó. Al cabo de dos décadas de trabajo, Flechas de los Andes es materia de orgullo para ambas familias, que tienen claro que lograron superar sus propias expectativas con vinos de calidad que actualmente comercializan en los principales mercados del mundo. 

“Nuestro objetivo –sostiene Richardi– siempre fue ofrecer vinos que resalten las características del terroir, en sintonía con los grandes vinos del mundo. Haberlo logrado junto a una de las familias más importantes de la vitivinicultura nos llena de entusiasmo para seguir adelante, con la excelencia y la elegancia como nuestras principales referencias”. 

Terroir, la clave del estilo de Flechas de los Andes

Al tratarse de dos familias de origen bordelés, queda claro que el respeto por el origen fue la piedra fundamental de Flechas de los Andes. Por esto mismo, desde un principio Marcelo Canatela, uno de los ingenieros agrónomos más renombrados de Mendoza, se ocupa de los viñedos de Flechas de los Andes junto a Lucas Gamundi, encargado del desarrollo sustentable de la viña y del día a día de cada una de las hileras. 

“Los viñedos de Flechas de los Andes se encuentran al pie de la cordillera de los Andes, a 1100 metros sobre el nivel del mar, en el Campo Los Andes (Tunuyán, Valle de Uco). Aquí el clima es continental, templado y con escasas precipitaciones, condiciones ideales para el desarrollo sustentable del viñedo. Los suelos franco limosos de origen aluvional con alta proporción de gravas en todo el perfil presentan un bajo porcentaje de materia orgánica y buen drenaje”, explica Gamundi.

Flechas de los Andes
Lucas Gamundi, encargado del desarrollo sustentable de la viña y del día a día de cada una de las hileras.

Actualmente, las prácticas agronómicas de Gamundi tienden al manejo orgánico y sustentable. Se respeta el trabajo que sobre los suelos realiza la flora autóctona, totalmente adaptada al ambiente, para competir naturalmente con las malezas propias de los cultivos con sistemas de riego. A la vez se ha disminuido el uso de herbicidas reemplazándolos de forma gradual por laboreo mecánico.

Paralelamente, las aplicaciones fitosanitarias convencionales fueron sustituidas por productos banda verde o propios de la agricultura orgánica, que permiten controlar enfermedades y plagas del viñedo sin alterar la biodiversidad.

Flechas de los Andes
Marcelo Canatela, uno de los ingenieros agrónomos más renombrados de Mendoza, se ocupa de los viñedos de la bodega.

En estas condiciones, Flechas de los Andes cultiva Malbec a partir de selecciones masales autóctonas de viñedos antiguos que, por su adaptabilidad al entorno de montaña, resultan los indicados para la elaboración de vinos de clase mundial como los de la bodega. 

Además, en los viñedos que rodean a la bodega se cuenta con vides de Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot, Tannat y Syrah para cuya plantación se seleccionaron solo clones franceses de alta calidad enológica, utilizados para los tintos de corte y el original Punta de Flechas Rosé.

Nobleza y creatividad

Junto a Richardi, Agustín Alcoleas es el enólogo encargado de llevar adelante los viñedos que rodean a la bodega en los vinos Punta de Flechas, Flechas de los Andes Gran Malbec y Flechas de los Andes Gran Corte.

“En Flechas de los Andes elaboramos vinos cuya identidad se mantiene año a año. Solo trabajamos con uvas de viñedos propios (concepto de Wine Estate) y esto nos permite conocer cada parcela, cosechar las uvas en su punto exacto y vinificarlas individualmente para alcanzar el máximo potencial del viñedo. Nuestra misión es lograr vinos elegantes y equilibrados con sentido de lugar y que expresen determinación, orgullo y compromiso”, afirma.

Sin embargo, bregar por un estilo clásico no quita que la bodega haya implementado cambios. A fin de cuentas, uno de los principales valores de la familia Rothschild siempre ha sido la innovación y la creatividad. 

Flechas de los Andes
Agustín Alcoleas es el enólogo encargado de llevar adelante los viñedos que rodean a la bodega en los vinos Punta de Flechas, Flechas de los Andes Gran Malbec y Flechas de los Andes Gran Corte.

“Desde hace unos años implementamos pequeñas modificaciones, principalmente en el añejamiento de los vinos. Buscamos vinificaciones simples, con mínima intervención. Incorporamos foudres, barricas de distintos tamaños y huevos de concreto buscando vinos más complejos para nuestra gama Flechas de los Los Andes, y vinos más frescos y modernos en la línea Punta de Flechas”.

Y agrega: “realizamos co-fermentaciones en diferentes porcentajes, vinificamos parcelas particulares y ensayamos con diferentes tiempos de añejamiento para tener variedad de componentes y lograr una mayor precisión a la hora de hacer los cortes finales. Siempre vamos a tratar de mantener nuestro estilo –dice Alcoleas– buscando hacer vinos con frescura y jugosidad, con taninos que sumen personalidad y textura mientras la madera aporta complejidad. Pero, ante todo, conservando la elegancia que nos caracteriza”. 

En línea con los principales valores de la familia Rothschild (audacia, coraje, convicción, nobleza, estilo, visión y creatividad), Flechas de Los Andes entra en su tercera década de vida con un promisorio futuro.