Hoy se celebra el Día Internacional del Café y bien vale la pena analizar el boom de consumo que sucede en nuestro país, incluso coronavirus mediante. “En esta cuarentena estamos todos en el mismo océano, pero en diferentes barcos”. La frase, una de las que más circuló por las redes sociales durante esta pandemia, también aplica al mundo de las bebidas. Mientras que algunas tuvieron que enfrentar las olas en una balsa, al café le tocó un yate: creció el consumo hogareño y las cafeterías son los negocios gastronómicos que más rápido se recuperaron con la venta al paso.
La tienda Modo Barista da cuenta del fenómeno: “Multiplicamos la venta de café por cuarto desde el comienzo de la cuarentena. La experiencia de preparar y degustar un café en los hogares tomó mayor importancia en los tiempos que vivimos. Además, sumamos alrededor de 8 mil seguidores nuevos en nuestras redes sociales, el 30% del interior del país”, cuenta Carolina Baudracco, una de las socias.
En este coffee shop se consigue de todo: desde cafeteras (máquinas para espressos, para filtrados y otras), hasta tazas, molinillos, café en granos y accesorios.
Que nunca falte
Al comienzo de la cuarentena, los amantes del café de especialidad se quedaron sin su “fetiche” de un día para el otro; nadie estaba stockeado -porque siempre se sugiere consumir el café lo más fresco posible- y comprar era casi una misión imposible. Alejandro Castagnolo, vivió la abstinencia en carne propia y así decidió abrir la tienda online “Muy bueno”.
“Vivimos lejos de Capital, al punto de que para ir a un supermercado necesitás hacer 10 kilómetros. Entonces pensé que a otros les debía pasar lo mismo que a mí y si yo pudiese conseguir café, por qué no ofrecerlo”, indica.
En el barrio funcionaba un grupo de Whatsapp donde la gente ofrecía desde tortas caseras hasta huevos, fiambres, verduras y así, Alejandro y Cecilia Chapela, su mujer y socia en este proyecto, cayeron con el café de especialidad.
Su emprendimiento deja en claro que para que las cosas funcionen se necesita más que la voluntad de una parte. Es que mientras que los coffee lovers no podían beber café de especialidad, los tostadores (encargados de importar los granos, tostarlos y distribuirlos) se quedaron de un día para el otro sin el grueso de sus clientes, ya que trabajan con cafeterías de especialidad.
“Ellos no solían vender café en cuartos porque eso no les movía la aguja. Les vendían a cafeterías que compraban unos 20 kilos o más por semana. Es muy probable que, en otra circunstancia, nuestra propuesta no les hubiera interesado porque había exigencias de compra mínima, pero eso se flexibilizó gracias al contexto”, explica Chapela.
Hoy en su tienda se consiguen cafés de tostadores de diferentes puntos del país: Delirante, de Bariloche; Capitanes, de Bahía Blanca; Llama, de La Plata, y los porteñísimos Lab y Penguin Coffee Roasters, entre otros.
La góndola se vuelve cool
De a poco, la góndola se va sofisticando. Donde antes solo se exhibía café torrado, hoy hay granos 100% arábica, y también más opciones para los que quieren salir del clásico café batido o en granos, como las cápsulas.
“Hoy vemos una ´premiunización´ del consumidor argentino, que está tratando de replicar en su casa, la experiencia que vive fuera del hogar, apostando por la calidad del café”, señala Valeria Rodríguez Pardal, directora del negocio de café en Nestlé Argentina.
De hecho, en plena pandemia, la marca apostó a más. En mayo lanzó un Nescafé premium para filtrar y se alió con Starbucks para llevar sus cafés a los supermercados, tanto en granos como en cápsulas para las cafeteras Nescafé Dolce Gusto. Así, hoy es posible disfrutar en ese formato clásicos de la cadena estadounidense, como el Caramel Macchiato.
“El desarrollo y crecimiento del café en cápsulas fue exponencial en los últimos años. El consumidor que eligió este sistema de preparación valora la calidad del café y el hecho de poder tener su propio coffee shop en casa”, cuenta.
Desde Nespresso convalidan el buen momento que vive el café en cápsulas: “El mercado local de café muestra un crecimiento previo a la cuarentena, que se incrementó en los meses siguientes a marzo. Hasta fines de junio, el crecimiento para todo el mercado se muestra por encima del 6%”, cuenta Romina Fontana, directora de Marketing de Nespresso Argentina.
Por supuesto, con las boutiques cerradas -solo funciona Recoleta desde hace poco-, el e-commerce fue un boom. Y no solo eso, también los consumidores muestran un cambio de comportamiento: los clientes dejan pasar más tiempo entre compra y compra, pero cuando lo hacen el volumen de lo que se llevan es mayor al de las tiendas físicas.
¿El dólar acabará con el filtrado?
En Argentina el café es sinónimo de dólares, no importa de qué calidad sea o en qué formato se comercialice. Al no ser un país productor, los granos son importados. Y esa es solo la punta del iceberg, porque muchos métodos de filtrado requieren de filtros que también provienen del exterior.
“Tres meses atrás una bolsa de 100 unidades de filtros rondaban los $1200 en promedio y hoy la cifra se fue a $2000. Entonces un tercio de tu costo del café es del filtro”, cuenta la reconocida barista Agustina Román, quien acaba de abrir junto a sus socios Citadino, un restaurant con foco en el café de especialidad.
Aunque el margen de ganancia es menor al que da un espresso, Román destaca que descubre un nuevo mundo, ya que quienes prueban un filtrado después quieren replicar la experiencia en su casa y eso hace que compren café por cuartos.
En Modo Barista le encontraron una vuelta: filtros reutilizables de tela y metal. “El costo es menor y encima son sustentables. Se usan sobre todo para la Chemex y la V60. Son muy consumidos porque además de ser más baratos hay demoras en las importaciones y los originales no llegan”, explica Baudracco.
En Muy Bueno también ofrecen filtros de tela, que se lavan y si se cuidan bien rinden cien usos.
Las empresas de electrodomésticos están atentas a este boom del café en granos. Tal es así que Atma acaba de lanzar un molinillo, el paso clave para lograr una taza perfecta. Ya lo saben los nerds del café de especialidad: cuando se consume, se muele.
“Al reducirse la posibilidad de salir a causa de la pandemia, este molinillo da respuesta a la tendencia de disfrutar cafés deliciosos en los hogares. Y también porque vemos que el consumo de café en granos crece de forma ininterrumpida desde hace años”, indica Fernando Ferrari, responsable de la categoría Pequeños Electrodoméstico de Atma, quien anticipa que por esa misma razón habrá más lanzamientos en 2021.
Barista experto en casa
Para los baristas amateurs, tiendas como Muy Bueno y Modo Barista tienen todos los productos necesarios para armar un kit inicial.
Según indica Baudracco, “el molino es esencial para una buena preparación. Después, todo va en gustos y presupuestos. De las cafeteras manuales la más elegida de nuestro e-shop es la prensa francesa por practicidad de uso y porque no lleva filtros. También la Mokka. Los que se animan a más van por la Chemex o Aeropress”.
Los que aman la expresividad elegante que ofrece una Chemex, pero no pueden invertir tanto dinero o prefieren probar algo similar hasta manejar bien la técnica, pueden optar por “un dripper de plástico. Es un embudo cónico que lleva el filtro de papel más básico”, sugiere Castagnolo. En su e-shop también hay un “Kit de iniciación en el filtrado”.
Por último, la cuarentena también tuvo su café estrella en las redes. Se trata de un café llamado Dalgona, oriundo de Corea del Sur, que hizo furor en Instagram y TikTok, por lo cual es fácil adivinar que el acento no está en la calidad -de hecho, se prepara con café instantáneo- sino en la estética.
Se bebe frío, servido en vasos de vidrio, para apreciar su buen aspecto: blanco por la leche y terminado con una capa gruesa de espuma amarronada.
Queda claro: hoy es el Día Internacional del Café, pero a esta bebida se la celebra todos los días, y cada vez más.