Francia es al Vinómano lo que Disneylandia a cualquier niño: cada región es un parque de diversiones para el bebedor y no importa de que rincón francés sea el vino que se descorche siempre se acercará la copa con cara de ilusión.

La explicación es simple: los vinos de Francia son una dosis de conocimiento, ya que en los últimos quinientos años sus productores se ocuparon de definir el perfil de cada varietal, buscar la región donde mejor elaborarlo y crear y desarrollar el mundo del vino tal y como lo conocemos hoy. Precisamente por ello, aprenderlo es emprender un largo camino.

Los vinos de Francia cubren unas 800 mil hectáreas de viñedos (Argentina tiene 250 mil) clasificadas en más de 300 apelaciones de origen calificadas (AOC), el equivalente a las denominaciones de origen españolas o italianas. La AOC aplica la lógica de “general a particular”, es decir, existen calificaciones regionales y otras más pequeñas que identifican a los viñedos o productores más reputados de cada región. Un sistema que permite, a los menos conocedores, emprender un viaje por los vinos de Francia sin riesgo de naufragar, y a la que hay que sumarle algunos productores emblemáticos y sub apelaciones que los argentinos debemos comenzar a manejar con pericia, ya que en nuestro mercado se ofrecen cerca de un centenar de etiquetas francesas desde 250 pesos hasta 50 mil.
Recorramos, entonces, la geografía de los vinos de Francia para descubrir cuáles son las etiquetas que vale la pena aprovechar.

La elite de los vinos de Francia: Bordeaux

La ciudad que se impone a la vera del río Garonne, Bordeaux, es el epicentro de la aristocracia vitícola francesa. En sus más de 115.000 hectáreas de viñedos custodiados por imponentes châteaux (castillos), produce algunos de los vinos más exclusivos y costosos del planeta.
Dividido en 32 apelaciones, sus áreas más reconocidas son Médoc y Graves, en la margen izquierda del río Garonne, y Saint-Émilion y Pomerol en la derecha. Clasificados por un intrincado sistema vigente desde 1855, los tintos de Médoc son elaborados con Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Pertit Verdot, y los productores más destacados, los Premier Cru Classé, resultan Lafite Rothschild, Latour, Margaux y Mouton Rothschild.

En Graves, más al sur, se encuentra el quinto premier cru, Haut Brion, y se elaboran también los Sauternes meca de los vinos dulces botrytizados. Saint-Émilion y Pomerol, por su parte, tienen otra clasificación, y las principales uvas son Merlot y Cabernet Franc, algunos los château más prestigiosos son Pétrus, Cheval Blanc y L’Evangile.

El chiste es entender bien un detalle: los vinos que combinan áreas como Graves y Médoc, se venden bajo el genérico título de Bordeaux; los que provienen de un área puntual, dirán Graves, Pomerol o Médoc; y los que provengan de una sub apelación más prestigiosa, por ejemplo, Saint Julien o Pauillac, destacarán esa región por sobre las demás. ¿Un dato extra? Entre ellas son muy diferentes en sabor, aunque manda un estilo general de buena frescura en tintos.

En nuestro mercado algunas etiquetas genéricas representan la puerta de ingreso a los sabores bordeleses, por ejemplo, Châteaux Barrail Laussac (2013, $300), Marquis de Bordeaux Rouge (2012, $380) y Légend Médoc (2012, $650). Ahora, afinar el paladar demandará una mayor inversión.

Como sucede en cualquier rincón del mundo, interpretar el efecto del terroir sobre estas comunas es una experiencia costosa que hoy puede comenzar desde Haut-Médoc con Châteaux Catemerle (2006, $2496) un sabor clásico y tradicional donde domina el Cabernet, continuar con Châteaux Giscours (2003, $3360) de la AOC Margaux, es más sutil y elgantón, mientras que Châteaux Haut-Batailley de Paulliac (2006, $2688) da cuenta que carácter y fineza pueden ir de la mano.

Del otro lado del río Châteaux Gazin (2006, $4384) es un típico tinto, mayoritariamente Merlot, de Pomerol.
Volviendo a los vinos terrenales, Bordeaux ofrece blancos excepcionales que combinan Sauvignon Blanc con Semillón y resultan refrescantes y elegantes como Légende Bordeaux Blanc (2014, $365).

Vinos de Francia, Mapa
El origen del terroir: Bourgogne


A diferencia de Burdeaux, Borgoña es origen de vinos delicados y austeros como sus bodegas y productores. Aquí no importan las dimensiones del châteaux sino lograr fineza para los tintos de Pinot Noir e intensidad para los blancos de Chardonnay.

Como en todas las regiones francesas existe un sistema que categoriza los viñedos. La denominación genérica es Bourgogne, que combina varios orígenes, y de la que se puede conseguir Louis Max Beaucharme Pinot Noir (2013, $550), un vino de carácter terroso y frutal fiel a la expresión borgoñona. Algunos más exclusivos se consiguen en locales especializados pero hay que multiplicar por diez el precio del genérico. No olvidemos que de una de sus AOC proviene ni más no menos que Romaneé Conti, el vino más caro del mundo.

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Entre los blancos, Chablis es sinónimos de Chardonnay para cualquier consumidor de a pie. En esta apelación la lógica de general a particular funciona igual y para recorrerla se puede buscar los vinos de William Favre como su Chablis (2015, $736), su Premier Cru Vaillons (2014, $1440) o un Grand Cru como Bougros (2013, $2480). Sería, salvando las evidentes distancias, el equivalente a beber Tupungato, Gualtallary y un viñedo puntual y prestigioso de Gualtallary, respectivamente.
Borgoña
Otros vinos de Francia

Si bien las regiones anteriores suelen robarse la atención de los enófilos, Francia cuenta con más de 300 apelaciones de origen cuyos vinos siempre vale la pena conocer. No solo para tener una imagen completa del país galo sino por que muchas veces los vinos de apelaciones menos reconocidas ofrecen precios mejor acomodados al bolsillo.
Por ejemplo, el Ródano es una zona de vinos prestigiosos cuya expresión la definen un clima cálido y los viñedos escarpados a la margen del río que da nombre a la región. De aquí sirve aprovechar etiquetas genéricas como Cotes-Du-Rhone Rouge, blends de Syrah, Grenache y Carignan, de las que se encuentran disponibles los de Barton & Guestier (2012, $285) y Delas Frères (2014, $368).
Un up grade de calidad para las denominaciones del Ródano ofrecen los tintos de Chatenauf Du Pape, una de las AOC más renombradas por sus vinos intensos, cárnicos y jugosos como Delas Freres Chatenauf du Pape (2010, $1360).
En cuanto a los vinos de Francia blancos siempre es bueno un recorrido por el Valle del Loire donde se lucen los de Sauvignon Blanc, Chenin o Mouscadet.
Entre los primeros el Henri Bourgeois AOC Sancerre (2011, $960) de sabores herbales, cítricos y minerales y acidez tensa es una referencia mundial para el Blanc mientras que Lacheteau AOC Taurine (2014, $300) ofrece una expresión más delicada y ligera para el mismo Sauvignon Blanc a pesar de ser apelaciones cercanas.
Para comprender el mundo de los Muscadet, blancos con buen volumen y sabor, se puede encontrar el Barton & Guestier Muscadet Sevre Maine (2014, $300).
Otros blancos para aprovechar por calidad, singularidad y precio son los Riesling alsacianos del productor Hugel. Solo disponibles en vinotecas especializadas en vinos importados, estas botellas son evidencia de la frescura y complejidad que destaca a este varietal cuando se lo produce en climas fríos.
Un recorrido ideal por sus sabores debe comenzar con Hugel Gentil (2015, $320) y continuar con Hugel Classic Hugel (2014, $620) y Hugel Jubilee  (2009, $1350) una vez que se tiene claro el perfil de esto vinos admirados por los más exigentes.

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Otra AOC poco conocida pero con vinos exquisitos y siglos de historia es Corbières, en el sudeste francés, en el Área de Languedoc Roussillon. Aquí por el clima mediterráneo los tintos, elaborados con Mourvedre, Carignan y Grenache, son intensos y jugosos, Blason D’Aussieres (2014, $485) mientras que los blancos ofrecen una expresión singular para el chardonnay, más untuosos e intensos, como Aussiers Blanc Pays d’Oc Chardonnay (2015, $287).
Champagne
Todas las burbujas: Champagne

Los amantes de los espumosos más famosos del planeta no pueden quejarse si buscan en los vinos de Francia. Es difícil determinar cuándo fue la última vez que hubo tanta variedad de estos vinos en cuanto a estilos y marcas en nuestro mercado. No sólo se ven los clásicos de siempre en las vinotecas vernáculas, también hay rarezas y especialidades para paladares formados.
Quienes no son expertos en estos vinos pero quieren descubrir qué los hace tan especiales lo mejor es comenzar con etiquetas genéricas, es decir, en su mayoría Brut.
Estos assamblages de Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, elaborados por el método tradicional –de fermentación en botella– y criados sobre sus levaduras por un mínimo de quince meses, ofrecen la expresión más característica del Champagne. Entre los disponibles se destacan Moët & Chandon Brut Imperial ($1350), Veuve Clicquot Ponsardin ($1450), Taittinger Brut Reserve ($1500), Delamotte Brut ($1600) y Billecart-Salmon Brut Reserve ($1680).
Ahora los que más conocen de estos vinos saben que la máxima expresión son sus Cuveé Prestige, assamblages elaborados únicamente en las grandes añadas, motivo por el cual son los únicos que ostentan la cosecha o vintage. Además la AOC establece un mínimo de tres años de crianza en botella aunque por lo general no salen de las cavas antes de los diez años.
Un proceso meticulosamente custodiado que los convierte en los más sofisticados de Champagne. Entre estos el más emblemático sin dudas es Dom Perignon (2006, $4400) del cual también se consigue la Dom Pirignon Rosé (2004, $7800). Otros preciados exponentes de la categoría son Taittinger Comtes de Champagne Blanc de Blancs (2006, $4500), varietal de Chardonnay, y Salon Le Mesnil Blanc de Blancs (2004, $9900), considerado por muchos como uno de los frutos más sofisticados de los viñedos más septentrionales de Francia. A estos también se suman etiquetas de otras maisons como Gosset, Louis Roederer y Bollinger.

Dónde encontrarlos

Lentamente en Buenos Aires varias vinotecas van incorporando estos vinos a sus estantes. Entre las que se destacan por la oferta de importados están Soil, Terroir y Grand Cru mientras que en el canal on line las que más diversidad ofrecen son Ozono Drinks y Siete Spirits.
También se consigue en Vionteca Barricas, La Cava de Don Juan, Vinoteca Mundo, The Pick Market, Distribuye y vende Domaines Barons de Rothschild Lafite, Casa Pirque.
Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.