Nos encantan los vinos argentinos. Pero como sucede con todos los amantes del vino, saber que el mundo es más ancho y complejo que lo que conocemos, nos tienta a viajar para conocer. La buena noticia es que, al menos ahora, si no nos da para los pasajes y la estadía, podemos beber algunos vinos del mundo sin tener que armar una cadena de favores.
En ese plan, largamos con una primera recorrida por vinos italianos. ¿Por qué? Porque nos piace empezar por uno de los países más fascinantes y al mismo tiempo menos conocido en materia de vinos por los argentinos, del que ahora se consiguen muy buenas botellas en nuestro mercado: desde precios lógicos a algunos estratosféricos. Así es que conviene aprovecharlas. Y para eso, nada mejor que hacer un recorrido por las regiones más clásicas y las menos conocidas.
ABC de vinos italianos
Italia, el principal productor de vinos del mundo, es también el país vitivinícola más complejo. Comprender sus vinos demanda conocer su complejo sistema de denominaciones de origen y clasificaciones, pero también las cepas, que son nativas de las que muchas solo se cultivan en la península. Sin embargo, todas las regiones y productores tiene un factor común: el vino se elabora para acompañar las comidas (como lo cuenta muy bien este libro), algo que se aprecia en la frescura e intensidad de sabor de la mayoría de blancos y tintos italianos.
Las regiones más representativas son Piamonte y Toscana, con vinos muy diferentes y diversos entre sí. Pero hay otras, en el sur, igualmente interesantes. E incluso vinos fuera de las denominaciones, que vale la pena probar.
Si Piamonte es Nebbiolo…
En Piamonte, al noroeste, casi límite con Francia, la vedette es la cepa tinta Nebbiolo cuyos vinos demandan añejamiento para desarrollar un perfil sutil y sabroso que gustan a los amantes de tintos de buen paladar.
Las denominaciones piamontesas emblemáticas, y más exclusivas, son Barbaresco y Barolo, distantes una de otra poco menos de diez kilómetros. De ambas, Bodega Vicentín importa al país vinos para su colección Los Originales, que rinde tributo a los primeros miembros de la familia que llegaron a Argentina desde Italia. El Barbaresco Azienda Pietro Rinaldi (2011, $1500 la botella) ofrece un perfil de frutos negros maduros, hongos y rosas con paladar sutil y fresco. Por su parte, el Barolo Azienda Pietro Rinaldi (2011, $1500) ofrece aromas terrosos, de trufa y rosas mientras que en paladar es firme con textura de tiza y acidez vivaz. Otro disponible es el Ca’Bianca Barolo (2011, $1700) de expresión típica aunque algo más intenso y jugoso.
…Toscana es Sangiovese
La Toscana, en cambio, ocupa el centro norte del país y es el reino del Sangiovese. Es una región montañosa y compleja, con muchos vinos y estilos, pero para empezar conviene probar diferentes versiones de Chianti, la denominación más famosa y representativa de Italia: es un tinto seco, ligero y a la vez brioso, con buen tanino y acidez alta, híper gastronomico. En nuestro país ahora se consigue Melini San Lorenzo (2014, $415), que propone una aromática frutal con tonos de cerezas y guindas sobre fondo de especias, paladar ligero y tenso. En un escalón más arriba se puede aprovechar Dievole Chianti Classico Riserva (2012, $1300, importando por Bodega Argento desde su propia casa en Toscana).
Otra denominación exquisita y sofisticada, léase también más cara, es Brunello di Montalcino cuyos vinos, también en base de Sangiovese, son más carnosos, briosos y de marcado perfil frutal. Buen ejemplo es Podere Brizio Brunello di Montalcino (2009, $1980, también importado por Bodega Argento) o Col D’Orcia Brunello di Montalcino (2008, $1024).
Súper Toscanos
Así como las denominaciones tradicionales son claves, en Toscana tuvo lugar un fenómeno con vinos fuera de las denominaciones, genéricamente conocido como Super Tuscan. Las bodegas que formaron esta movida en torno a Bolgheri y alrededores, son las responsables de haber renovado la imagen de la vitivinicultura italiana durante la década de 1980 cuando algunos productores decidieron probar suerte con cepas francesas. Hoy elaboran algunos de los más prestigiosos tintos italianos.
En nuestro país se consiguen algunas etiquetas que pueden aprovecharse como Le Volte de Tenuta dell´Ornellaia (2013, $768) corte de Merlot, Sangiovese y Cabernet de estilo frutal y elegante con tonos balsámicos y de especias, un perfil que también se puede apreciar en Lucente de Frescobaldi (2006, $1792) elaborado a partir del mismo corte y bendecido con una evolución compleja que refina su carácter.
Sur de Italia
Entre las curiosidades de los vinos italianos, un sabor singular es el la Puglia, a sureste de la península, justo en el taco de la bota. Vale la pena descorchar Sessanttani Primitivo di Manduria (2012, $825) de bodega San Marzano. Mientras que desde Sicilia, la gran isla al sur y región en pleno auge por sus vinos simples y sabroso, están disponibles en nuestro mercado un Pinot Grigio y un Nero D’Avola, ambos Barone Montalto (2015, $208).
Burbujas frescas
Los tanos también son grandes productores de espumosos en diferentes regiones de su geografía. El ícono, sin dudas, son los Prosecco, vinos italianos que hoy conquista mercados en el mundo. Ya sea solos o en cocteles estas burbujas cumplen con el ABC de los vinos italianos, se beben con facilidad. En nuestro país hay tres etiquetas disponibles, Zardetto Brut ($395), Prosecco Giallo Extra Dry ($490) y el glamoroso Bottega Prosecco Gold ($1375), todos oriundos del Véneto, al noreste, y elaborados con la cepa Glera. Burbujas vivaces y frutales para días calurosos o citas especiales.