Hay vinos que sólo ves en el perfil de instagram de algún periodista o sommelier. Otros que tenés de oídas, porque alguien lo probó una vez, te dijo que se partía de lo bueno y sin embargo llevás meses pateando vinotecas detrás de la quimera. Y algunos, pocos, los ves en algún listado que te llega por mail pero no sabés bien qué son.
Es que en el mercado hay lugares para productores que trabajan en miniatura su negocio y sin embargo hacen grandes vinos. Si te tienta probar algunos de esa etiquetas off road, leé lo que sigue y tomá nota de dónde conseguirlos. Y ya sabés: no le digas a nadie si querés seguir consiguiéndolos.

Paso a Paso. Norberto Páez y Sebastián Bisole se recibieron de agrónomos y elaboraron cientos de microvinificaciones para la cátedra de enología de la UNC. En 2014 alquilaron un garage, acondicionaron unas barricas viejas y elaboraron dos vinos caseros. El resultado fue bueno y esto los convirtió winemakers de garage. Tienen dos datos clave: un viñedo en El Cepillo, a 1400 metros de altura en Valle de Uco, de donde sale su Bonarda, y otro en Cordón del Plata, Tunuyán, de donde viene el Malbec. Con una curiosa etiqueta infográfica, los vinos de la cosecha 2015 ($190) son vibrantes, debido a una mínima intervención y al clima frío de montaña, que les permite lograr una Bonarda de solo 12,7% de alcohol y 13 para el Malbec. Querés probarlos, contactalos vía twitter en @PasoaPasoWines.

Tres cosas que no sabías del Malbec.

Pala Corazón. Lucas Niven pertenece a una familia de tradición enológica mendocina. Sin embargo, su carrera comenzó en bodegas de peso como Catena y Escorihuela. Al regreso de unas cosechas en Estados Unidos se instaló en Los Toneles hasta que en 2014 se sumó a la bodega familiar, Niven Wines. Junto a su padre lanzó Pala Corazón Malbec, un tinto que pateó el tablero del mercado local a fines de 2015 con un estilo ligero para el varietal que le granjeó puntajes. Hoy sus botellas son buscadas por los más curiosos enófilos, quienes lo compran directamente de bodega con entrega a domicilio. La vía de contacto son las redes sociales del tal Lucas.

Y la nave va. Gabriel Dvoskin es periodista y trabajó por casi veinte años para importantes medios internacionales y agencias de noticias. Devenido en productor de uva de calidad en El Cepillo, Valle de Uco, hoy recorre el mundo con el vino como principal motivación. Así construyó un red de contactos con algunos de los winemakers, chefs y sommeliers más importantes del globo y desarrolló un agudo paladar. En 2014, con la ayuda de Giuseppe Franceschini, elaboró su primer vino: Y la nave va (2014, $460) “Malbec del frío”, como dice la etiqueta. A pesar de no tener aún distribución formal, quienes lo probaron lo contactan vía twitter para hacerse de alguna de las pocas botellas disponibles. Un Malbec de nicho, que pronto tendrá un Pinot Noir ladero.

Revólver. Leo Erazo Lynch, encargado de la enología de Alto Las Hormigas desde 2012, acaba de presentar su proyecto personal. Dos vinos que suelen volarle la cabeza a quién los prueba. Elaborados con uvas de Gualtallary, tienen como objetivo experimentar el efecto de los suelos calcáreos de Tupungato en Pinot Noir y Chardonnay. Son filosos y tensos, originales y expresivos. En ese sentido hacen escuela. En Buenos Aires se consiguen en Soil Vinoteca por $280 la botella. Si querés probarlos, conviene no dejarse estar: apenas son 5000 botellas.

10 claves para beber mejores vinos.

Mugrón. Los responsables de este nuevo vino son cinco enólogos: Paco Puga, Mariano Quiroga, Claudio Maza, Alejandro Nesman y Rafael Domingo. Cinco profesionales con ganas de divertirse que decidieron elaborar un vino a diez manos. La primera cosecha (2013, $350) acaba de salir al mercado. Un blend de uvas y viñedos calchaquíes del que hay sólo 3546 botellas. Una aclaración: el nombre se debe al origen cuyano de cuatro de los integrantes de este quinteto enológico con impronta calchaquí, ya que “mugrón” se le llama al brazo de la vid que es enterrado para dar una planta nueva junto a la original. Durante el último mes comenzó a verse en algunas vinotecas. Para más, visitá el Facebook.

Traslapiedra. Germán Cohen, Juanfa Suárez, Santiago Garrida, Rodrigo Santamaría y Javier Azserman son cinco amigos que se juntaron para elaborar vinos en Paraje Altamira. Como guardianes de esta IG buscan que sus vinos sean una fiel expresión del terroir de altura. Convencidos que este rincón de Uco fue alguna vez lecho marino presentan su tinto como un vino de desierto marino (2015, $250). Desde hace meses la etiqueta circula en las redes, lo que despertó el interés de muchos curiosos que, para comprarlo, se contactan directamente con ellos. Tanto en la web como a su mail: [email protected]

Veteris Conventus. Roberto Vittori elabora vinos muy curiosos para el mercado local. Los produce con uvas de un viñedo familiar de 1890 considerado el más antiguo de Luján de Cuyo y declarado patrimonio provincial. Su filosofía de elaboración es de viejo mundo al igual que su expresión. Por ejemplo, la crianza en roble puede alcanzar los 30 meses y ninguno sale al mercado con menos de 3 años de estiba. Las cepas que utiliza también son una curiosidad para la zona, Tannat (2008, $1250), Tempranillo (2008, $950) y Malbeck (2011, $870), sí, con “ck”, a la vieja usanza. Si bien no es una bodega nueva sus vinos comenzaron a distribuirse en Buenos Aires recién en 2015 Soil Vinoteca.

Nuevos vinos extremos llegan a la góndola.

Puramun. José “Pepe” Galante es el enólogo más influyente de la vitivinicultura argentina, según críticos como Tim Atkin o sus propios colegas, citando sólo a Mariano Di Paola o Paul Hobbs. Este año se decidió a presentar un secreto guardado bajo siete llaves: el primer vino que elaboró para su proyecto familiar. Es un Malbec (2013, $250) que reúne uvas de La Consulta, Eugenio Bustos y Chacayes, Valle de Uco. Resulta elegante y jugoso y quienes quieran descubrirlo tendrán que visitar www.puramun.com desde donde realizan venta directa.

Alejandro Iglesias | @AleIglesiasWine

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.