Algo pasa en la góndola local. Algo que sacude al paladar argentino, acostumbrado a la carnosidad y gordura de los tintos locales. Algo, que recién comienza y promete revolucionar los estilos locales. Desde las alturas más extremas a los vinos del océano, pasando por nuevas técnicas de elaboración y riesgos estilísticos, el vino argentino hoy ofrece un costado más curiosos y renovado; son los vinos extremos.

Para los amantes de las emociones, los bebedores de novedades y los curiosos de paladar, los vinos que recomendamos a continuación forman en ABC de flamantes tendencias locales. Pasen y lean. Y sobre todo, beban.

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Alto, más alto
El efecto altura parece no tener techo. Durante la última década varios proyectos desafiaron a la montaña en busca de nuevos estilos y calidad. Bodegas como Tacuil y Colomé habían demostrado que era posible elaborar grandes vinos por encima de los 2000 metros y hoy los resultados sorprenden cosecha tras cosecha. En este sentido hay dos novedades para buscar.

Por un lado, RD Sauvignon Blanc 2014, un blanco que lleva ni más ni menos que la etiqueta icónica de la bodega de Raúl Dávalos, Tacuil. Con viñedos emplazados a 2600 metros de altura en Molinos, Salta, el Blanc plantea un nuevo desafío debido al clima riguroso, muy caluroso de día y muy fresco de noche. El vino combina la identidad de la altura con la tipicidad varietal de forma singular. A diferencia de otros Sauvignon, es robusto, con una acidez filosa que lo hace refrescante y largo. Un estilo sin comparación en el mercado, que le gustará a bebedores de tintos.

Por otro lado, un nuevo vino de la misma zona llega a la góndola. Propiedad del ingeniero Alejandro Martorell, amigo de los Dávalos, está elaborado con uvas propias cultivadas en Tacuil. Su vino, Altupalka Malbec Extremo 2011, tiene una crianza de 12 meses en roble –a diferencia de los Dávalos, que no usan madera- que no alteran la expresión de este terroir que se impone a todo. Brioso, rústico y complejo imprime tanto en nariz como en boca las características especias de la altura junto a tonos herbales y balsámicos. Una rareza que el paladar celebra.

De cara al mar
La búsqueda del clima marítimo se convirtió en una obsesión para la vitivinicultura local. Hace una semana nomás, se presentó Mar&Pampa, la nueva bodega de Trapiche en Chapadmalal, Mar del Plata, mientras que trascendió que Catena Zapata, Nieto Senetiner y otras casas también están experimentando en la región.

La historia de los vinos del mar, sin embargo, arranca en otro lugar. En 1998, los hermanos Juan y Jorge Lescano decidieron plantar un viñedo a solo 6 kilómetros del océano en Viedma, provincia de Río Negro. Así nació Bodega Océano y con ella los primeros vinos marítimos argentinos. Con un amplio porfolio la bodega destaca Océano Gran Reserva 2008, un blend de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot de estilo singular, que por momentos hace pensar en tintos franceses. Ofrece una aromática compleja con paladar equilibrado de buena acidez, principal descriptor de los vinos de estas regiones marítimas.

Volviendo a Mar&Pampa, su viñedo cubre unas once hectáreas, que llegarán a 25 para el año entrante. La apuesta está en Riesling, Gewürztraminer, Sauvignon Blanc y Pinot Noir. El clima fresco, brumoso y los suelos de tosca calcárea son ideales para la elaboración de vinos ligeros de acidez vibrante. Así es Mar&Pampa Riesling 2014, el mejor ejemplo de la nueva búsqueda. Híper fresco, con una aromática austera pero de mucha mineralidad y paladar dócil. Un clave es la graduación alcohólica que apenas llega a los 11 grados.

Métodos curiosos
Hasta hace muy poco no se concebía la enología sin el acero inoxidable, la micro oxigenación y el roble como protagonista. Sin embargo la cosa parece haber cambiado y muchos enólogos eligieron volver al concreto para las fermentaciones, realizar mínimas intervenciones y en lo posible dejar el roble de lado.

Con estos cambios llegaron al mercado etiquetas curiosas con sabores y aromas extremos, que sin duda divierten tantos a los consumidores como a sus hacedores. Si estás entre los que tiene curiosidad por este tipo de etiqueta el Cara Sur Bonarda 2013 es de los que debes buscar. Elaborado en la región sanjuanina de Barreal a partir de un viñedo de mas de 70 años este vino es una expresión pura de la segunda cepa más cultivada en el país elaborado de forma rustica y criado en barricas usadas a fin de no alterar su personalidad. Su estilo frutal, fresco y jugoso lo hace muy fácil de beber.

En esa línea, el clan Michelini merece especial atención. Conformado por Matías, Juan Pablo y Gerardo son usina a la hora de pensar en vinos raros. Y si bien trabajan codo a codo en Zorzal Wines, cada uno encarna un proyecto personal. Matías lanzó Passionate Wines, en donde realiza microvinifcaciones que dan lugar a ediciones limitadas de vinos de culto. Su Vía Revolucionaria Torrontés Brutal 2013 es uno de ellos. Elaborado con el proceso que da lugar a los vinos naranjos, ofrece un color naranja leve y aromática de frutas pasas con tonos de piel de naranja, en paladar tiene el volumen de un rosado o tinto ligero, curiosidades si las hay. Un border wine que despierta discusiones.

Por su parte Juan Pablo elabora en Zorzal Wines la línea Eggo, vinos fermentados y criados en huevos de concreto (sin epoxi) y sin paso por barrica.  De ellos destaca especialmente su Sauvignon Blanc, que recibe el nombre de Eggo Blanc de Cal 2013 por su marcada personalidad mineral,  atribuida a los suelos calizos.

Por ultimo, Gerardo cuenta con proyecto propio junto a su esposa Andrea Mufatto. El concepto de sus vinos son las co-fermentaciones, es decir, la fermentación dos cepas al mismo tiempo buscando que cada una saque lo mejor de la otra. El más curioso es Ji Ji Ji 2014, un tinto de Malbec y Pinot Noir que ofrece un estilos ligero, frutal y chispeante ideal para aperitivos y picadas.
Alejandro Iglesias

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Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.