Están quiénes lo recuerdan como el joven cocinero que descendía por una escalera en Chateau Brascó y los que admiran su cocina actual en Sucre. Están los que se enamoran de sus recetas simples, como huevo y morcilla, y los que lo admiran desde Llers, su primer mítico restaurante al filo de los noventas. Y están, también, los que sueñan con ser un dandy como él y los que piensan que su estética de leñador urbano es una pose bien cuidada. Cualquiera sea la razón por la que el cocinero Fernando Trocca ocupe un lugar en nuestra vida, una cosas es segura: siempre deja huella.
Y ahora llega su primer libro a las bateas. Mezcla elegante de autobiografía de éxitos y fracasos con recetario y libro de fotografías, “Trocca, Cocinero” hallará la misma amplitud de lectores que de admiradores tiene. ¿La razón? La misma fibra auténtica, que lo lleva a repasar sus primeros pasos perdidos, cuando a los 18 años descubrió que quería cocinar por inspiración de su abuela, y de todos los intentos que supone, mezcla de talento y suerte, llegar a algún lugar en la vida.
Por ejemplo, el primer restaurante que abrió: Llers, en De María y Sinclair, donde tuvo de socio empresarios a los hermanos Bagó (un debut en las grandes ligas), luego de girar por Las Leñas, el restaurante del Gato Dumas y rodar por algunas cocinas emblemáticas de los ochenta. Por ejemplo: la amistad con algunos locos del Parakultural en la postdictadura, de donde conseguiría unos primeros y alocados mozos, como el eterno Humberto Tortonese.
Con el hilo de una biografía a los saltos, de Buenos Aires a Nueva York, Guadalajara, Londres, Trocca enhebra sus recetas según las épocas, las técnicas y los productos, a lo largo de 30 años de oficio. Dos curiosidades. Una, la cantidad de lugares por los que ha viajado, de los que tiene algún detalle –Beirut y su cocina; las barberías que frecuenta; su pasión por el horno de barro, cuya construcción muestra el libro–. Dos, que Trocca escribe de una forma sencilla y cercana sobre sus experiencias. En eso, la el texto que semblantea sus primeros pasos es un espejo para quien haya dado tumbos al comienzo de una vida profesional.