Semillón

¿Por qué ahora el Semillón enamora a los especialistas?

El blanco más clásico del país se proyecta como revelación luego de ser premiado por los AWA 2016. Conoce nuestros recomendados y enterate por qué.

Notas de vinos, Novedades

En la última edición de los Argentina Wine Awards, Riccitelli Old Vines Semillón 2015 ganó el Trophy Regional para los vinos patagónicos. Lo curioso no es que el ganador de la región sea un vino blanco sino que sea un Semillón: un blanco poco conocido por el gran público que, sin embargo, es un secreto a voces entre los especialistas, a los que enamora.

Cultivada en el país desde el siglo XIX, la cepa blanca ícono de Burdeos y Sauternes es un tesoro oculto, del que aparecieron en los últimos años al menos una decena de ejemplares fuera de serie. Utilizado desde siempre para blancos genéricos y espumosos, la historia cuenta que fue el blanco argentino por excelencia durante la primera mitad del siglo pasado. Testimonio de esto son los viñedos centenarios que se pueden encontrar principalmente en Luján de Cuyo y Valle de Uco. Pero ahora las cosas empiezan a cambiar para el Semillón.

A la fecha ofrece un blanco de aromas etéreos y paladar voluminoso, que se adapta a un amplio abanico de platos y gastronomías. Especialmente en Francia y Australia, referentes indiscutidos a la hora de hablar del varietal. A los que ahora se suma Argentina. Se diferencia fácilemnte del Chardonnay, generalmente más maduro y goloso, y del Torrontés, demasiado chillón para el gusto de los paladares europeos. Por lo tanto, es su austeridad y frescura lo que seduce a los especialistas, quienes prefieren blancos secos y delicados.

¿Cuáles probar para descubrirlo? Anotá:

Casona López Semillón (2015, $90). No debería sorprender a nadie que una de las bodegas más tradicionales del país sea referente de este varietal. A fin de cuentas con esta cepa también elaboran el blanco clásico de la casa. En su línea varietal, este Semillón brinda un estilo sobrio y expresivo, con aromas florales y de frutos blancos con fondo apenas cítrico. Un blanco versátil ideal para carnes blancas por su buen volumen de paladar aunque también acompaña tablas de quesos maduros y fiambres.

Humberto Canale Estate Semillón (2015, $100). La bodega más antigua de Patagonia lanzó el primer Semillón varietal local en 1976. Desde entonces esta cepa ocupa un lugar muy importante para sus etiquetas, como es el caso de Intimo Blanco, blend de Sauvignon Blanc y Semillón. Per en cuanto al varietal cabe destacar que logra un estilo elegante y complejo, de esos blancos untuosos que llenan la boca y exigen platos grasos como pesca de río, algún salteado de cerdo y vegetales o bien para abrir el apetito junto a unos frutos de mar.

Miras Jovem Semillón (2014, $125). En su proyecto familiar, Marcelo Miras, uno de los enólogos más prolíferos de Patagonia, transforma uvas de diferentes rincones de Río Negro en vinos vibrantes y sabrosos. Este Semillón es uno de sus productos mejor logrados. La clave de su buen sabor y tensión es evitar la fermentación maloláctica, decisión que asegura frescura filosa y prolongada. Despliega aromas almibarados que recuerdan a cocktail de frutas y a melón dulce. En boca es ágil, franco y largo. Un vino ideal para el aperitivo veraniego o para servir junto a tempura de camarones o empanadas fritas de queso de cabra.

Ricardo Santos Semillón (2014, $135). Cuando pocos confiaban en el potencial de este varietal, el wine maker Ricardo Santos apostó fuerte y se ganó el titulo de Mr. Semillón por esta latitudes. Encontrar alguna botella añejada de este vino, elaborado con uvas de un antiguo viñedo de Perdriel (Luján de Cuyo, Mendoza) asegura una experiencia inolvidable. Si bien su color siempre es amarillo intenso, sus aromas resultan profundos y frescos con buen caudal de frutal. Recuerda al durazno blanco, las manzanas y peras. A medida que evoluciona gana en matices cítricos maduros y miel. Paladar amplio y graso que se vale de una acidez justa que aporta nervio. Una porción de merluza negra al vapor con vegetales o piezas de niguiri con salsa de soja y wasabi, lo convierte en un descorche ideal para una cena de pareja.

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Vía Revolucionaria Semillón Hulk (2014, $140). Como la mayoría de las creaciones del enólogo Matías Michelini, este vino tiene un vuelta de tuerca que lo hace diferente: está embotellado sin filtrar y arrastra borras que le aseguran longevidad. Su expresión es sutil, fragante. Paladar tenso y ligero en el que contribuye su baja graduación, 10,5%. Cualquier tapeo o tabla de quesos es excusa para descorcharlo, preferentemente helado.

Martino Old Vines Semillón (2014, $160). Este vino es elaborado con uvas provenientes de dos antiguos viñedos, uno de Luján de Cuyo y otro de Valle de Uco. El promedio de edad de las plantas es de setenta años, un verdadero tesoro enológico. En su estilo es un blanco old school, con aromas de frutos blancos maduros y dejos de miel. Paladar voluminoso que pide compañía de terrinas o patés.

Nieto Senetiner DOC Semillón (2014, $170). La única etiqueta Denominación de Origen para un blanco mendocino es producida con uvas de un viejo viñedo de Vistalba, en Luján de Cuyo. Los seis meses de crianza en barrica le aportan, además de un fondo especiado y leve tostado en nariz, un buen volumen de boca que define su estilo amigable y versátil. Cumple con el pack de aromas frutales y logra ser un buen compañero de quesos semi blandos y encurtidos.

Finca La Anita Semillón (2013, $215). El bodeguero Manuel Mas es otro fanático de este varietal y no solo lo embotella como varietal sino que también lo utiliza en el corte de su blanco ícono, FINCA. Resulta complejo, del tipo que logra buena evolución, y reúne aromas florales con buen presencia de frutos blancos maduros. Ataca amplio, mientras que el centro de boca es refrescante y casi etéreo. Original e ideal para acompañar platos de aves con salsa cremosos.

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Tomero Reserva Semillón (2013, $250). en la bodega de Carlos Pulenta este blanco solo se embotella cuando el año asegura que el vino podrá hacer frente al tiempo. Básicamente por que lo mantienen entre tres y cuatro años en bodega antes de lanzarlo al mercado. La cosecha actual es complejo en aromas, que van del hinojo a la miel y las avellanas, aunque es en la boca donde gana plena relevancia: de andar fluido y pausado, su frescura justa lo convierte en un tinto ideal para comer, por ejemplo, un tartar de salmón.

Mendel Semillón (2014, $250). Roberto de la Mota es responsable que muchos le pongan el ojo al Semillón. Esta etiqueta de su autoría sirvió de voto de confianza para revalorizar antiguos viñedos de este varietal. En su caso elige uvas de Altamira, Valle de Uco, cultivadas hace unos setenta años. Es el más elegante y refinado de la góndola local. Cautiva con aromas herbales, cítricos y de miel fresca mientras que en boca la acidez ayuda a equilibrar su fluir graso de sabores firmes. Final largo con regusto de hierba fresca.

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Alejadnro Iglesias

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