Luigi Bosca Paraíso 2021

Luigi Bosca en el Paraíso: la nueva añada del vino más elegante de la bodega

Luigi Bosca Paraíso 2021 fue presentado el pasado 29 de octubre, en un cuidado evento que se desarrolló en los jardines de la casa solariega de la familia Arizu, en Mendoza.

Vinos, Notas de vinos

Vinos

¿Qué lleva a un vino al cielo de los vinos? En Luigi Bosca lo tienen claro: el trabajo meticuloso en la selección de los componentes, la cuidada construcción de un corte en el cual armonía y equilibrio conforman el corazón, y una arquitectura de líneas definidas que hacen que ese corazón le dé fuerza y vida a cada botella. 

De eso se trata Paraíso 2021, la tercera añada de este vino que rinde homenaje a la propiedad histórica de la familia Arizu, Finca El Paraíso.

El vino es un corte de base Malbec (70%) con Cabernet Sauvignon (26%), mientras que el porcentaje restante se divide en partes iguales entre Syrah y Merlot, todas uvas provenientes del Valle de Uco. 

Elaborado de forma tal que llega a unos 850 componentes –entre barricas, foudres y reserva de fruta– termina de amalgamarse en la mesa de cata. Que no quepan dudas, Luigi Bosca Paraíso es un vino de estilo: no persigue reflejar un terruño, ni expresar el carácter de un uva; por el contrario, ofrece un estilo, una interpretación de lo que, a juicio de Luigi Bosca, tiene que ser un vino argentino que emocione y distinga.

Luigi Bosca Paraíso es un vino de estilo
Luigi Bosca Paraíso es un vino de estilo.

Legado y vigencia

“En Luigi Bosca siempre buscamos hacer el mejor vino. Esa consistencia nos define desde nuestros inicios”, explicó Alberto Arizu (h), cuarta generación de la familia Arizu, durante la presentación del vino en Finca el Paraíso

Después aseguró: “Luego de muchos años de estudio sobre los viñedos y las zonas, logramos amalgamar en un solo vino todos los atributos que siempre soñamos: la pureza en la expresión de la fruta, la elegancia, la suavidad, la armonía y la complejidad. Así nació Paraíso, un vino que nos define desde nuestra identidad”.

El marco para el lanzamiento de la nueva añada fue la casa solariega de los Arizu, un chateau neoclásico y con detalles art decó construido en 1905 en el corazón de un gran paño de viña y olivos de la familia. 

Actualmente rodeada de 300 hectáreas, Finca el Paraíso representa el legado y la vigencia de la familia Arizu en la elaboración de vinos. 

Con un almuerzo para 50 invitados en los jardines de la residencia –elaborado con la mano de Pablo del Río, a cargo del restaurante de Finca El Paraíso– la presentación del vino fue también un momento perfecto para revisitar las tres añadas de Paraíso.

Los invitados en los jardines de la residencia.
Los invitados en los jardines de la residencia.

Así se disfrutaron la flamante 2021, la 2020 –el año en que la pandemia llegó a mitad de la vendimia y con la que hubo que lidiar– y la 2019, la primera, un año de manual, ligeramente fresco. 

Cada uno de los vinos ofrece una versión del año. La interpretación del equipo enológico para alcanzar la excelencia se observa en los muchos matices que acercan y que distancian cada añada de la otra. 

“Paraíso no es un vino que tenga un objetivo, no nace de una idea anterior. Es un vino al que hay que buscar entre lo mejor de cada año y componerlo de acuerdo al estilo que definimos para un gran vino”, dijo Pablo Cúneo, Director de Enología de Luigi Bosca, durante el tasting. 

Y agregó: “Es un vino único, que nace de la combinación de múltiples elementos. Para hacerlo empezamos degustando más de 850 vinos. Cada barrica, cada fudre o cada lote es un vino, y cada uno de ellos aporta una nota especial. Aquí es donde entran en juego la sensibilidad, el arte de elegir y de hacer las mezclas, un momento de creación que nos devuelve un resultado único y que nos identifica».

El lanzamiento de la nueva añada fue la casa solariega de los Arizu.

En el Paraíso

Desde finales de 2021 Luigi Bosca ofrece en Finca El Paraíso una experiencia gastronómica de lujo. Con el marco de la mansión y sus jardines como escenario, el viajero del vino puede hacer diversas actividades que tienen a la bebida nacional como centro. El restaurante y la flamante terraza de la casa son los puntos fuertes.

Con una gastronomía curada y ejecutada por Pablo del Río, en Finca el Paraíso se comen productos de estación con un twist de sabor. Y eso comprende desde espárragos blanqueados a liebres –a la que sirven braseada con una hoja de parra como decorado–, y desde quesos locales a chacinados hechos en la cocina, donde destaca un chorizo colorado que sirven con pickles elaborados por el equipo, entre otras delicias. 

De esas actividades, la visita a la cava subterránea es viajar en el tiempo. Allí, la familia Arizu tiene parte de su colección de 40.000 botellas, la mayoría desde la década de 1960. 

Para el evento de lanzamiento de Paraíso, los invitados pudieron probar Luigi Bosca Riesling 1988 –en plena forma, con vida y sabor–, junto con Luigi Bosca Icono 2005 (que fuera la primera añada de aquel tinto enjundioso), 2007 y 2010, en un giro de fruta madura y con notas balsámicas, como de tomillo, y una estructura ya domada por el tiempo.

Entre la vasta colección de la que hay solo una fracción en la cava de Paraíso, un vino llamó la atención de los presentes. En un cofre de diseño art decó, que emula las barandas de las ventanas de la casa solariega, se escondían un puñado de botellas sin etiquetas. Son parte del tesoro del ingeniero Alberto Arizu, quien guarda celosamente unas 50 botellas de un Malbec elaborado en 1912.

Alberto Arizu con un Malbec elaborado en 1912.

Para los pocos que esperaron en la cava hubo una oportunidad de oro para probar ese vino. Fue cosechado, estiman en la bodega, a la par que el Titanic se hundía para siempre. 

Esa suposición viene de que el Malbec conserva cierto azúcar residual, por lo que estiman fue cosechado tardíamente, hacia abril. El siglo de vida lo convierte en una suerte de jerez delicioso. Con sabor y una riqueza que da vida, al cabo de 112 años es una proeza en la botella.

Precisamente de elaborar vinos de guarda se trata la apuesta por Luigi Bosca Paraíso 2021. En eso, el corte de Malbec y Cabernet Sauvignon está largamente probado, con la salvedad de que ese año, y en el 2019, el estilo del vino alcanza un equilibrio muy virtuoso. 

Ni muy cargados de estructura, ni muy ligeros de taninos, con una pureza de aromas frutales –entre mora, ciruela fresca y cassis, con pizcas de especias y un delicado tono de cedro– y sustentados en la frescura propia de esas añadas, son dos tintos a los que convendría visitar dentro de una década o dos, por lo menos, para vivir una segunda plenitud. 

Este Malbec con sabor y una riqueza que da vida, al cabo de 112 años es una proeza en la botella.

¿Llegarán al siglo de vida? Es posible. Lo más seguro es que en ese momento ya estemos todos en otro paraíso.

Luigi Bosca Paraíso podrá adquirirse en la tienda online de la bodega y en Finca El Paraíso. El precio por botella es de $140.000 (IVA incluido) y se vende por caja de madera de 4 unidades.

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