libro de Federico Kukso “Frutologías, Historia política y cultural de las frutas”,

Un libro para no mandar fruta: historia integral de esos alimentos

Las frutas tienen un relato político y cultural que las envuelve, y a lo largo de los siglos a veces fue para regalo, a veces para conflicto. Acá, un lanzamiento editorial que es más que un postre.

Joaquin Hidalgo

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¿De dónde vienen las frutillas? ¿Por qué el mango es un objeto diplomático? ¿En qué momento de la historia la pera fue la reina del mundo y luego pasó a ocupar un lugar secundario? ¿Cuál es el origen de los cítricos? ¿Por qué la manzana es el símbolo del pecado? 

Esas y otras preguntas del estilo son algunos de los disparadores que usa implícitamente el periodista científico Federico Kukso para guiar su nuevo libro “Frutologías, Historia política y cultural de las frutas”, publicado recientemente por Taurus.

En un despiste, se diría que las frutas poco tienen que ver con el vino. Pero en este nuevo libro de Kukso –también autor de otra joya, “Odorama, Historia cultural del olor”– el periodista desgaja el mundo de las frutas con los temas que rodean siempre dos enigmas fundamentales de aquella bebida: uno, estético, el gusto como motor de la historia; dos, los procesos económicos, políticos y sociales que se suceden detrás de un simple mordisco a una manzana o un sorbo a una copa de vino.

 

Frutologías: el poder del gusto

 

Por ejemplo, de entrada Kukso narra con pluma inteligente el origen de las frutillas. Cómo, un 7 de enero de 1712, un explorador francés comenzó su viaje por América con el doble propósito de documentar las fortificaciones coloniales españolas en el continente, pero también encontrar productos y bienes comerciables. 

¿Cuál es el origen de los cítricos?

Sobre el primer aspecto del viaje de Amádee François Frázier quedaron buenas muestras documentales. Sobre el segundo, pocos sabemos hoy que le debemos el sabor de las frutillas.

En ese viaje, Frázier se enamoró de las frutillas silvestres (Fragaria chiloensis) que cultivaban en la araucanía, con esmero, los pobladores de la zona. Llevan cientos de años eligiéndola la más sabrosa, aunque no la más colorada. 

Cuando abandonó Concepción, en 1714, Frazier llevó consigo semillas de vuelta a Francia. Esas frutillas no dieron frutos. Nadie sabía entonces que la planta tenía distintos sexos y Frázier había llevado sólo frutillas femeninas. 

Recién cuando esas frutillas se cruzaron con una variante de América del Norte (Fragaria virginiana) fueron polinizadas. Del cruce, nacieron las primeras frutillas modernas (Fragaria x ananassa). Y el mundo del sabor cambió para siempre.

Historias como esta, o la del robo del kiwi desde China hacia Nueva Zelanda y cómo Nueva Zelanda la convirtió en fruta nacional, o la de cómo el coco se volvió un paisaje playero a nivel global, se cuentan en el bien documentado libro. 

Un descubrimiento fortuito de una variedad, su multiplicación y la aceptación por parte de un mercado creciente; o cómo la codicia de los investigadores del siglo XIX y XX llevaron a introducir más de 20.000 especies vegetales nuevas en Norteamérica, cambiando el paisaje de los gustos, para siempre.

Con el vino, pasó algo muy similar. Detrás del éxito de las variedades francesas, detrás del mundo conquistado por el Merlot o el Cabernet Sauvignon, hay también otro mundo de sabores que pierden espacio o quedan relegados. 

Basta que un nuevo sabor llegue al mercado –como pudo haber pasado con el Malbec– para que la chispa del gusto lo encienda.

Tapa del libro de Federico Kukso.

La batalla genética

Detrás de la enorme transformación que trajo la era de los descubrimientos, como llaman los historiadores al período que inicia la Conquista de América, el mundo dejó de ser el que era. 

El ingente intercambio de sabores y productos entre distintos puntos del globo antes inconexos arrojó una revolución del sabor. 

Kukso da buena cuenta de ellos en Frutologías, en particular sobre el ananá y su camino de ascenso mundial y el dominio de la banana y la transformación social de los países que la cultivan.

De todos esos procesos, Kukso realiza un pormenorizado detalle. En particular sobre el trazado de apropiación genética que conllevó, así como las desigualdades que acarrean en el mundo actual las patentes sobre estos materiales, como sucede con la quínoa, o la batalla mundial contra los hongos de la banana.

Kukso narra con pluma inteligente el origen de las frutillas.

Entre las muchas historias que se cuentan en Frutologías, la de la manzana del pecado merece especial atención. En el Antiguo Testamento no la mencionan. Pero en la traducción al latín que realizó la Iglesia católica para su divulgación, reemplazó el genérico de fruto colgante por manzana, porque en latín malus tendría el doble sentido de manzana y maldad. 

En este libro extraordinario por su erudición y detalle, Kukso navega con soltura entre la divulgación y el dato preciso y científico. 

Imprescindible para el amante de las frutas, para el bebedor de vinos y para el curioso ocasional que se hace preguntas simples al preferir una pera williams a una packams, Frutologías es un libro necesario para entender el intrincado mundo del sabor, la estética y la política, aplicado al simple acto de quejarse frente a la falta de gusto de un tomate.

Autor

  • Joaquín Hidalgo

    Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).

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