En un contexto lleno de oportunidades y novedades para Etchart, la histórica bodega cafayateña, Sebastián Fernández se incorpora a la casa como primer enólogo, luego de su paso por Familia Zuccardi en la Bodega Santa Julia.
Fernández tiene experiencia en la Patagonia y el norte argentino, y trabajó en las bodegas Trivento y Salentein. Tras su vuelta de Cafayate, ingresó a Familia Zuccardi, donde se desempeñó 10 años como Jefe de Enología de Vinos, focalizado en la producción de tintos, orgánicos, naturales y fortificados.
Ahora, de regreso en el norte argentino, comienza una nueva etapa en su carrera para aportar sus conocimientos en Bodega Etchart, lugar que considera fundamental para su formación enológica.
Sebastián Fernández y el sentido de pertenencia
Sobre sus proyecciones para con la Bodega, Fernández tiene como objetivo lograr vinos que hablen del lugar y muestren todo el potencial que Cafayate y la Bodega tienen para ofrecer al mundo.
“Es un orgullo estar en un puesto por donde han pasado grandes enólogos que son parte de la historia del vino argentino”, aseguró.
El experto consideró que Etchart es una bodega trascendente. “Fue la primera -dijo- en vender Torrontés como varietal (y la que más produce en la actualidad) y donde arribó Michel Rolland para crear el icónico Arnaldo B”.

“Lo más importante de su historia es la gente. Es emocionante llegar tras 11 años y encontrarte con el mismo personal, las mismas costumbres… Tuve la suerte de trabajar en muchas bodegas de primera línea en Argentina y en el exterior, pero es realmente aquí donde entendí lo que es el sentido de pertenencia de las personas sobre los viñedos y sus vinos, y eso me ha ayudado mucho en mi camino”, reconoció.
En los últimos meses, Bodega Etchart, uno de los establecimientos vitivinícolas en operación más antiguos de Cafayate desde sus más de 165 años de trayectoria, marcó la agenda de la industria vitivinícola.
Es que la casa lanzó Etchart Single Vineyard y el restyling de su icónico Arnaldo B. Con esto, demostró que además de ser una bodega histórica, representa actualidad y apuesta por la innovación con productos ricos y únicos como su lugar de origen: Cafayate.
La conquista de paladares
La historia que comenzó como una aventura de un pionero y su intuición parece no tener final; sólo un continuo desarrollo. Año tras año, Bodegas Etchart elabora más de 6 millones de botellas que son comercializadas en la Argentina y en 30 países.
Hoy, la bodega suma 423 hectáreas plantadas, de las cuales el 40% son de Torrontés, un número que también representa más del 40% de la producción total de dicho cepaje en toda la extensión de los Valles Calchaquíes.
Con una capacidad de almacenamiento que supera los 11 millones de litros, produce un gran abanico de etiquetas en base a cepajes tintos y blancos, y su equipo enológico y agronómico experimenta constantemente con variedades muy poco frecuentes en el norte de la Argentina.

A través de las etiquetas de Bodegas Etchart, los vinos del noroeste argentino conquistan paladares en todo el mundo.
La interacción del clima, el suelo, la situación geográfica, la altura, los cepajes y el trabajo de cada una de las personas que forman parte del proceso de elaboración dan como resultado la expresión y la personalidad tan singular de los vinos salteños.
Al igual que sucede con todos los grandes terruños del mundo, el de Cafayate tiene características particulares que lo hacen único, como sus tintos y blancos.
La altura de más de 1.700 metros sobre el nivel del mar, la amplitud térmica, el suelo arenoso, el clima seco, la geografía montañosa que encierra el valle y el trabajo cuidadoso de sus viñedos son determinantes para el carácter de los vinos de Bodegas Etchart.
La altura hace que los vinos salteños sean más intensos en aromas, en color y en personalidad: tintos y blancos expresivos y muy diferentes a los que se elaboran en los demás terruños del país.
