Espadas, justas, caballeros, doncellas, hachas, y también un montón de comida y bebida. Lejos de las ideas que predominaron durante años, la Edad Media tuvo su encanto, o varios. Y la literatura, el cine y la pintura ayudaron a conocer más sobre sus protagonistas, sus colores y sus costumbres.

En Argentina, el furor por el folclore y la mitología medieval no para de crecer. Al abrigo de producciones como El Señor de los Anillos, Juego de Tronos y Vikingos, fanáticos y fanáticas organizan ferias que recrean algunos de los aspectos más pintorescos de la vida en los reinos.

Desde vestuario y música hasta combates, pasando por títeres, artesanías y arquería, estos eventos son un verdadero y bullicioso viaje en el tiempo.

Su propuesta gastronómica acompaña: platos y bebidas de época, como cerveza ahumada, hidromiel y el fascinante Braggot, hechos especialmente para la ocasión, completan la experiencia.

Cerveza, hidromiel y braggot: dónde probar hoy los mejores vicios medievales 1
En Argentina, el furor por el folclore y la mitología medieval no para de crecer.

Así que estacioná tu dragón, separá un jarro para vos y acomodate en la taberna, que te contamos de este asunto. ¡Slainte!

Cervezas a la vieja usanza

Con menos de cinco años de vida, Somos Medievales es una referencia en el ambiente. Esta agrupación, que nació para ayudar a difundir eventos temáticos, ya tiene más de 60.000 seguidores en las redes sociales, organiza sus propias movidas y hasta produce la bebida y la comida de época que vende.

Uno de sus fundadores es Gonzalo “El Barba” Rodríguez, quien además elabora la cerveza “Somos Medievales”. Sus birras tienen una particularidad: son ahumadas. Esto se debe a que, en la Edad Media, el malteado de los granos y la cebada se hacía con leña.

Cerveza, hidromiel y braggot: dónde probar hoy los mejores vicios medievales 2
Con menos de cinco años de vida, Somos Medievales es una referencia en el ambiente.

“Yo hago birras ahumadas a propósito, usando recetas vintage, pero con la tecnología y los estándares de calidad de ahora, para que sean limpias, frescas y tengan tomabilidad”, cuenta.

Al igual que muchas otras, esta cruzada nació en pandemia: “Como nos teníamos que autosustentar, empezamos a buscar opciones y salió el tema de vender birra. Durante la pandemia, se dio todo para que yo me compre el bloque de cocción y que la organización tenga su propia producción de cerveza. De ahí viene la movida cervecera y las recetas, que son muy afines a la temática”.

Actualmente, elabora una porter hecha con whisky y chips de roble; una roja ahumada, que es “una birra muy parrillera”, en palabras de Rodríguez; y una lager ahumada de receta alemana, estilo Rauchbier. Cada una viene con su propia mitología: estética, flyer y un desarrollo histórico.

Por ejemplo, Gonzalo comenta que la rauchbier es una cerveza que se consumía mucho en festivales como el Oktoberfest y que está respaldada por una tradición mucho más vieja. “Buscamos por ese lado, con recetas tomables, pero que tengan su originalidad”, agrega.

No termina ahí el fanatismo. Para que la experiencia medieval sea completa, hay una estrella ineludible: el Braggot. Si te tira el mundo de la birra y querés dar un paso más, te presentamos este brebaje milenario de cuna cervecera.

Qué es el Braggot, una estrella medieval

Quizás nunca lo hayas escuchado nombrar, pero el Braggot fue una bebida muy popular en tiempos medievales.

Sintéticamente, se trata de un mix entre la cerveza y la hidromiel, bebida hecha a su vez a base de agua y miel. Los primeros registros lo ubican en el año 1.000 antes de Cristo, en el territorio que hoy ocupa Escocia.

¿Qué características tiene? “El Braggot no es tan amargo como una birra, pero tiene un dulzor moderado y respaldado con el poco amargor que le pone la parte cervecera”, dice Gonzalo.

Cerveza, hidromiel y braggot: dónde probar hoy los mejores vicios medievales 3
El Braggot fue una bebida muy popular en tiempos medievales.

Y completa: “Muchos productores de hidromiel la hacían muy licorosa, muy alcohólica, como si fuera un aguardiente, y la gente quería algo más tomable, algo refrescante. El Braggot vino a resolver eso: tomás algo semidulce, pero con la esencia de una birra. Es como una cerveza dulce”.

Apicultor y artesano, Jorge Pintos se acercó a la movida medieval como espectador. Hoy integra con orgullo Somos Medievales y cuenta que, si bien es una combinación, el Braggot no es un blend.

“No es que tenés hidromiel por un lado y cerveza por el otro, los metés en un tarro, revolviste y ya está. No, es algo más elaborado”, dice.

Durante la elaboración de la cerveza, se prepara la hidromiel y después, una vez que está todo mezclado, se manda a fermentar.

El Braggot es una bebida ideal para el calor, porque se toma frío. Tiene el cuerpo de una cerveza y la graduación alcohólica de una hidromiel. En su preparación se pueden incluir distintos ingredientes.

“El último que hicimos es rubio, con jengibre. Pensamos elaborar una bebida refrescante para el verano, y por eso agregamos el jengibre, que le da ese gusto alimonado”, comenta Jorge.

Pintos se encarga de abastecer de miel a las ferias de Somos Medievales. Tiene colmenas en Ministro Rivadavia, al sur del conurbano bonaerense.
“Empecé con las ferias medievales como espectador. Participar es como tocar el cielo con las manos. Estás entre grandes artesanos que hacen cosas maravillosas, que en otros lados no las vas a conseguir”, sintetiza.
Hidromiel y la tradición vikinga
Hay más. Si pasás por una feria medieval, tenés que probar la hidromiel. Antiguamente, cuando era imposible procesar el azúcar, se acudía a la miel como endulzante natural. Al ser un producto de fácil acceso, era común usarla en muchas preparaciones.

La hidromiel es una bebida fermentada, que se hace -como dijimos- a base de miel y agua. Es, además, uno de los antecedentes de la cerveza y un emblema de los pueblos vikingos.
Somos Medievales tiene su propia marca: “Monachus” (monje, en latín). Está basada en un personaje de la película Robin Hood, protagonizada por Russell Crowe.

Uno de sus responsables es Rodrigo Rivera. Rodrigo fue cervecero. En base a esa experiencia, se formó en la elaboración de hidromieles.

Hizo un viaje a Cafayate, Salta, y a través del INTA conoció los secretos del vino. Desde entonces, aplica el mismo método en Monachus. En la actualidad, produce cerca de 300 litros por mes.

“La hidromiel es un fermento de miel con agua y tiene una graduación alcohólica de 8 a 10 grados. Es una bebida milenaria. No solo la hacían en Europa, sino también en Egipto. En América existía, pero tenía otro nombre. En definitiva, son fermentos naturales, que se producen por accidente”, explica Rodrigo.

Rivera cuenta que la hidromiel se puede hacer con la miel fermentada de manera natural, o pasteurizándola y agregándole levadura. Su elaboración lleva entre cuatro y cinco meses.

“Nosotros implementamos el proceso del vino a la hidromiel. Le agregamos frutas, especias, cereales y otras mieles”, detalla.

Por ejemplo, Monachus tiene una hidromiel que está hecha con miel de caña y naranja. Todos los productos de la marca se comercializan únicamente en las ferias de Somos Medievales.

Cerveza, hidromiel y braggot: dónde probar hoy los mejores vicios medievales 4
La hidromiel es un fermento de miel con agua y tiene una graduación alcohólica de 8 a 10 grados.

“Si la hacés de manera natural, se prepara la miel con el agua y con el tercer ingrediente que quieras (frutas, cereales, especias). Si vos sabés de dónde viene la miel -en mi caso, directamente de un apicultor-, mejor, porque aprovechás todas las propiedades que tiene”, comenta Rodrigo.
Y amplía: “También tenemos con remolacha, con centeno, cebada y maíz, y otras que vienen con especias, como eucalipto, clavo de olor, cedrón o menta. Depende lo que estemos buscando y de la temporada”, cuenta el productor.

Ahumados y hasta café

Para acompañar estos brebajes, las ferias cuentan también con platos de época. Por ejemplo, un emprendimiento llamado “Ahumados Medievales” se encarga de hacer sándwiches de cerdo con chucrut o cebolla caramelizada.

Cerveza, hidromiel y braggot: dónde probar hoy los mejores vicios medievales 5
Las ferias cuentan también con platos de época. Por ejemplo, un emprendimiento llamado “Ahumados Medievales”

“Las ventas son cada vez mejores. La gente habla muy bien de lo que hacemos. Hoy estamos en la época de ampliar y agregar variedad. También hacemos cosas dulces, strudel, pastelería”, se entusiasma su responsable, Gonzalo Rodríguez.

La gente de Ahumados Medievales, inquieta como caballero de cruzada, está ahora tratando de desarrollar un café “con personalidad propia”.

“Me gustaría laburar un buen café, que sea una experiencia distinta a tomar un café en cualquier lado. Tenemos vinos y licores, además”, invita Rodríguez.

Bueno, viajero/a, si llegaste hasta acá, seguro te quedaste manija (o escudo). Ahora ya sabés: ni vos ni tu paladar necesitan del Delorean para darse una vuelta por el pasado. Basta con ensillar al dragón y señalarle tu destino.

Dicen que nació un 30 de marzo, pero él no se acuerda. Es periodista en Ámbito Financiero desde el 2014. Estudió comunicación en la UBA y colaboró con diversos sitios literarios y periodísticos. Actualmente trabaja como columnista en el programa radial Dale Luz al Instante, donde reseña libros y música. Cree en Hemingway.