Se accede por una escalera angosta que baja hasta 10 metros bajo tierra. Un túnel bien iluminado conduce a la reja que protege –bajo llave– el tesoro mejor guardado de Bodega Norton: su cava histórica.
A Michael Halstrick, el dueño de casa, y a David Bonomi, el enólogo de Bodega Norton, les gusta hablar de este lugar como la “biblioteca”. Y tiene sentido, porque aquí se guardan las cosechas más antiguas de Norton, un museo vivo de la industria vitivinícola del país donde se conservan intactas botellas de Merlot de 1982, Malbec de 1974, Tannat de 1944 y más.
Ahora, la estrella es su Semillón 1959, el vino blanco calificado con 100 puntos por Zekun Shuai, el crítico responsable para Argentina de JamesSuckling.com. Es la primera vez que se puntúa un vino histórico argentino.
Cómo es el Norton Semillón 1959
Se trata de un vino de 64 años que es una auténtica reliquia y que ahora se exhibe montado con orgullo en el centro de la cava. Quedan apenas 850 botellas que no están a la venta ni tienen precio.
Norton Semillón 1959 es un vino muy importante por muchas razones. Una de ellas es que a pesar del tiempo transcurrido mantiene su frescura, su excelente acidez y complejidad, lo que demuestra que los vinos blancos argentinos tienen un potencial de guarda increíble.
Otra: que la industria vitivinícola tiene la espalda bien ancha desde hace rato. ¿Por qué necesitamos que sea un crítico extranjero quien nos haga reconocer la fortaleza de nuestros vinos?
Ya te habíamos contado sobre el Semillón argentino en otras oportunidades: podés profundizar sobre la relevancia de esta cepa, que supo ser la variedad blanca con mayor superficie plantada en el país para luego ser arrancada en pos de priorizar uvas tintas.
Hoy, cuando los blancos marcan de nuevo la cancha, vuelve a cobrar interés por su evolución con nuevas técnicas de elaboración y por su estilo singular (un vino dorado, untuoso, con gran volumen en boca).
¿Cuáles son los hilos conductores entre aquél vino de 1959 y los Semillón que se elaboran hoy? ¿Qué aprendimos? ¿Qué debemos mantener intacto?
En el cóctel de presentación en sociedad del Norton Semillón 1959, en la casona original de la bodega en Luján de Cuyo, Mendoza, le preguntamos todo esto al enólogo David Bonomi.
Entrevista a David Bonomi
¿Qué te emociona de este Semillón 1959?
Todo. Cuando yo empecé a trabajar en Norton en 2002 me sorprendí con lo que había en la cava histórica de la bodega. Me llevó tiempo entender todo lo que Norton es como productora de vino desde hace tanto tiempo. Además, tuve la suerte de cultivarme con vinos de otros lugares del mundo con mucha historia, así que lo primero fue sorprenderme con su capacidad de seguir vivo después de 64 años.
La cava despertó mi curiosidad, me puse a investigar qué y cómo se había hecho este Semillón (y otras cepas); quise entender qué había pasado con el Semillón en la Argentina, cómo había pasado de haber sido una cepa tan importante a prácticamente ser erradicada en Mendoza y en todo el país.
¿Cómo es la historia de esta cepa?
El Semillón era la única variedad blanca que había allá por el 1900, junto con tintos como el Malbec, el Tannat y el Cabernet Sauvignon. Así se conformaban los vinos de Norton en el principio. El Semillón se vinificaba como varietal y era muy relevante. Después, en la década de los ´70, ya se empieza a plantar Chardonnay, Chennin, Sauvignon Blanc, entre otras, pero realmente nuestra variedad blanca soporte en esa época era el Semillón.
¿Qué entendiste cuando pudiste probar este vino tan antiguo?
La importancia de contar con antecedentes, de revisar parte de la historia para encontrar sentido en lo que hacemos hoy, es algo muy lindo. Me permitió hacerme más preguntas, comprender cómo se elaboró este vino increíble con técnicas y herramientas disponibles en aquella época y que hicieron que tuviera esta excelente conservación.
Lo que confirma que ya se hacía buen vino en aquellos años…
Claro, pensá que, en ese entonces, no se vendían los vinos del año. Hoy estamos muy acostumbrados a hacer un vino blanco y rápidamente sacarlo al mercado, pero en esa época los vinos permanecían en la bodega para salvaguardar un poco la economía de la próxima cosecha, porque uno no sabía cómo iba a venir, qué cuestiones económicas podían afectar. Era una forma de sostener la supervivencia de la bodega.
Se tardaba entre dos a cuatro años en salir al mercado. Mientras tanto, el vino iba evolucionando en la botella. Entonces tenían que tener una concepción muy importante en su forma de elaborarlos para que en el momento oportuno de la crianza y de ponerse en venta no pasara absolutamente nada. O, mejor dicho, los vinos se conservaran y fueran mejores.
Esta cava es hoy una referencia fundamental para el vino argentino.
Sí, nos gusta decir que es como una biblioteca que le ha dado unas condiciones muy importantes a este lugar para sostener sus tesoros. Esto es lo que le llama la atención alguien que viene de afuera, como es el caso de James Suckling.
¿Es la primera vez que un vino histórico recibe calificación? ¿Por qué se abrió ahora?
En el exterior están acostumbrados a calificar y disfrutar vinos antiguos que hayan sido muy bien conservados. En Argentina esto no era habitual, de hecho, no había antecedentes, porque siempre se puntúan los vinos del año. Y creo que el mensaje más importante es este: incentivar a otros productores que también tienen un valioso capital histórico como lo tiene Norton. Porque el objetivo es guardar parte de lo que tenemos para que otras generaciones en el futuro se emocionen con lo que estamos haciendo ahora, tal como nos pasa hoy con el Semillón 1959.
¿Qué más hay en la cava de Norton?
De lo más antiguo que tenemos incliue Tannat del 44, Cabernet de 1950, Tinto de Corte del 1962 y 1963; después Malbec del 74. Hoy pudimos completar la colección entre 1944 y 2021; pero la idea es seguir cultivándola. Es nuestra historia. Y es algo tan valioso que no hace falta que un extranjero deba decirnos que tenemos entre manos un capital único e irrepetible, porque son muy pocos los vinos en el mundo que logran vivir de esta manera.
¿Cómo es el Semillón actual? ¿Qué puentes se abren con el estilo del pasado?
Yo creo que estoy conservando el mismo estilo, porque utilizo un método de vinificación prácticamente igual a aquella época; pero con todas las herramientas tecnológicas nuevas que me permite saber qué va a pasar con el vino. Soy muy respetuoso de la elaboración y espero lograr lo mismo que hicieron nuestros precursores.
¿El Semillón tiene chances de volver a ser protagonista entre los blancos argentinos?
Creo que sí, porque es una de las variedades blancas con un poder de longevidad único; es una delicia que se caracteriza por sus notas a miel y frutos secos cuando evoluciona, y tiene acidez más elevada cuando es de altura (como pasa con el que plantamos en Valle de Uco). Hoy hacemos vinos varietales y también lo utilizamos como base de espumantes, justamente por su aporte de volumen en boca, que es lo más bonito que tiene: esa redondez, esa untuosidad muy particular de esta cepa que perdura en el tiempo.