Gracias a que la categoría de Caberent Franc varietales en Argentina es relativamente nueva podemos destacar que un gran número de sus vinos son orgánicos, biodinámicos o sustentables.
Esto responde a que los viñedos fueron desarrollados en los últimos 20 años, momento en que la vitivinicultura argentina ya había asumido un fuerte compromiso con el medioambiente.
Gracias a esto, nos sorprendimos con que 22 de los 170 vinos que catamos para el Informe Cabernet Franc están elaborados con uvas certificadas orgánicas, o bien a partir de viñedos donde no se utilizan químicos y están a la espera de lograr la certificación.
Obvio que, sensorialmente hablando, podemos destacar matices producto de las prácticas con las que son elaborados, más allá de un tratamiento natural del viñedo.
Son vinos que se elaboran con levaduras nativas y mínima intervención, y en varios casos ofrecen un estilo fresco y ligero a raíz de crianzas en roble no invasivas o, incluso, realizadas en concreto. El carácter del terroir se beneficia con estas practicas orgánicas o sustentables.
Pero la conclusión más importante es que nos entusiasma mucho ver que el cuidado por el medioambiente se ha instalado como una práctica clave en las bodegas argentinas. Y si los resultados están en sintonía con estos 22 Cabernet Franc</strong>, es imposible no ilusionarse.