El Alto Valle de Río Negro viene cambiando su matriz productiva desde hace más de una década. Atrás quedaron los tiempos en que, desde los galpones de General Roca o Villa Regina, se vendían a toda la Argentina y se exportaban miles de toneladas de manzanas y peras. En 15 años, Río Negro y Neuquén perdieron más de 20.000 hectáreas productivas y otros países, como Chile, ganaron terreno en el comercio internacional.
La actualidad del mercado marca otro ritmo y, en ese sentido, son los jóvenes locales quienes comenzaron a moverse y apostaron a una salida alternativa para las bebidas originales del Alto Valle de Río Negro, que ya es mucho más que un lugar de vinos.
Uno de los ejemplos es el caso de Carlos Puricelli, Técnico Químico y en Alimentos y chef egresado de la Escuela Superior de Hotelería.
Habitante y productor de bebidas originales del Alto Valle de Río Negro, tras su paso por Francia y México volvió a su tierra, donde creó su propio restaurante (“Del Sur Espacio”) y donde nació el germen de su gran sueño: la destilería Del Sur Secret y Único Vermouth, que tiene en Cinco Saltos.
Ahora, en sintonía con su plan creativo, trabaja en propuestas personalizadas y se lanzó con bebidas insólitas como un aguardiente de vino. Recientemente, sorprendió a propios y ajenos con su última creación: el primer umeshu patagónico, un licor de ciruelas a base de sake.
“El umeshu es un licor macerado de ciruelas (ume), hecho con una variedad parecida al damasco. Se cosechan en verde en chacras orgánicas y luego se dejan en alcohol y azúcar por un año; parte de ese alcohol es sake elaborado por nosotros. Es una bebida que da notas a frutos secos, dulce y con acidez final. Tenemos una edición especial añejándose en barrica”, cuenta a Vinómanos.
Actualmente, la bodega de vermut ya está produciendo unos 8000 litros al año y quieren llegar a los 12000. Los destilados y vinagres son ediciones limitadas que se elaboran a pedido.
Las bebidas originales del Alto Valle de Río Negro
Manzanas deliciosas
Gianluca Vittorio Di Battista tiene 26 años, es abogado y trabaja en una empresa familiar exportadora frutícola. Acostumbrado a la vida en la chacra, decidió que era hora de innovar. Y para ello se unió a su novia, Malena Gordo Trapassi, de 24 años, estudiante de Ingeniería Química, quien investiga los mecanismos de destilación y el comportamiento de las moléculas volátiles.
Entre los dos, con los conocimientos y el ímpetu de ambos dieron vida a lo que hoy es Domenica Gin. La pareja de Allen se puso manos a la obra para transformar, gracias a la química, manzanas y peras en bebidas de perfil frutado.
Las altas concentraciones de ésteres (dan olor y sabor a muchas frutas y es por eso que son utilizados para hacer esencias, aromatizantes y perfumes) hacen que tanto la pera como la manzana local generen sabor y aromas únicos.
“Nuestro gin es frutado y altamente herbal. Se destila combinando 12 botánicos inspirados en la zona y reemplazando el agua de la maceración por jugo puro de frutas. Aunque en Europa del norte este tipo de bebida se destila macerando frutas generalmente como orejón, en el Valle contamos con la tecnología para disponer de fruta todo el año”, revela Di Battista a Vinómanos.
Su producción actual es artesanal y alcanza los 500 litros mensuales. Por ahora elaboran gin, pero quieren armar un proyecto para preparar Eau de Vie (una especie de aguardiente), calvados, licores y otros brandys. Estas bebidas originales del Alto Valle de Río Negro se pueden conseguir de manera directa en sus redes, o en las vinotecas más populares del Alto Valle.
Whisky made in Regina
La historia le dio el nombre de “Agua de la vida” y no es para menos: el whisky es una propuesta que acompaña a la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Pero ahora, desde hace apenas unos años, el Alto Valle cuenta con un nuevo referente con sello propio. Se trata del primer whisky single malt que llegó de la mano también de dos jóvenes valletanos.
Una es Nadia Salazar, Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, quien encabeza el proyecto desde hace 6 años, responsable de los procesos de producción y de ajustar cada etapa de principio a fin.
El otro integrante de esta dupla es Cristian Catanzaro, Analista de Sistemas y Técnico Electrónico, quien se ocupa del área de desarrollo, mantenimiento y puesta a punto de los equipos utilizados en todo el proceso de producción, además del trato con los proveedores y clientes. Son pareja y socios.
Todo comenzó durante la formación de la Licenciatura en Tecnología de los Alimentos en la Universidad Nacional del Comahue, donde tuvieron oportunidad de aprender los procesos de elaboración de las bebidas originales del Alto Valle de Río Negro más populares, como la sidra, la cerveza y el vino.
Fue allí cuando sintieron la necesidad de sumergirse en el mundo del whisky, y así nació Rarakun, con sede en Villa Regina.
“Utilizamos las mismas técnicas de elaboración del whisky escocés, producido íntegramente con cebada malteada argentina. Son partidas limitadas de botellas numeradas. No poseen aditivos ni colorantes y no realizamos filtrado en frío. Algunas notas de cata son particulares. En nariz muestran un perfil agradable a madera, chocolate y fruta fresca. En boca este whisky es liviano, maltoso, con presencia de madera, caramelo, vainilla, y con un final medio”, describe Nadia.
La cebada que usan es nacional, producida y malteada en Santa Fe. El agua proviene del río Negro que costea el Valle, potabilizada y filtrada. Este whisky cuenta con dos años y medio de añejamiento en barricas.
Hay una primera etapa en barricas de roble americano ex bourbon de 100 litros, durante dos años, y la segunda etapa, el finish, también se da en barricas de roble americano ex bourbon, pero en este caso de 50 litros y durante seis meses.
Durante 2022 agotaron la partida de 450 botellas. “Este año esperamos llegar a 1000, luego 2000 e ir escalando hasta llegar a las 10.000 botellas, siempre manteniendo la primera calidad. Además, estamos trabajando en una presentación más chica de nuestro whisky, que es una alternativa muy solicitada”, remarcaron.
La que vendían tenía 750ml y un 40% de Alcohol By Volume (ABV), y por ahora no cuentan con stock.
Método Champenoise para una sidra especial
En este original proyecto, la protagonista es una familia. María Florencia Calderón, de 29 años, es la titular de este emprendimiento de bebidas originales del Alto Valle de Río Negro y trabajó en varias bodegas del Valle, como Humberto Canale y Fabré Montmayou, ambas con sede en General Roca, y en Chacra, en Mainqué. Ahora cursa el último año de la carrera de Enología.
La otra pata de la empresa está a cargo de Adriana Luccioni, la mamá de Flor, que tiene una vasta experiencia de más de 40 años en la industria sidrera, junto con su esposo, Víctor Calderón, también reconocido en el área.
Este proyecto es muy nuevo ya que todo se inició en el 2021, en la primera Fiesta de la Sidra. Quisieron participar con un producto distinto y elaboraron espumoso de peras que tuvo muy buen recibimiento. En abril de 2022 lanzaron formalmente el emprendimiento al que bautizaron con el nombre de Krusha (pera en búlgaro).
Elaboran en su establecimiento ubicado en General Roca, una zona donde todavía abundan los álamos y las chacras. Por ahora, el espumoso se comercializa en la ciudad y en la bodega.
“Nuestra propuesta de valor es diferenciarnos con un producto regional, artesanal y organolépticamente distinto. Esto se logra mediante determinados tipos de peras y a través del método Champenoise, es decir, con segunda fermentación en botella”, argumenta Alicia, en charla con Vinómanos sobre estas bebidas originales del Alto Valle de Río Negro.
Para su versión dulce natural utilizan 50% de peras Williams Bartlett y 50% de peras Packham’s Triumph. Las primeras tienen una pulpa blanca amarillenta, tierna y jugosa, mientras que las Packaham’s poseen una carne blanca cremosa consistente, textura fina aromática y ligeramente dulce.
El Valle sigue siendo Alto. Pero ya es muy distinto.