La temporada de verano fue extraordinaria para Bariloche y un poco la culpa de que se haya extendido hasta entrado marzo la tuvo la primera edición del Festival de la Cerveza, que en un predio de la villa del Cerro Catedral convocó a miles de personas.

Fueron dos noches de fiesta de la que participaron más de una docena de bandas y DJ’s, food trucks con diversas propuestas gastronómicas y más de veinte cervecerías, locales y de otras localidades de Río Negro, entre las más conocidas y las no tanto. Además, durante esas jornadas de fiesta, cada cervecería presentó una cerveza elaborada especialmente para el Festival. Y algunas, las que tienen locales en la ciudad de Buenos Aires, pincharon en simultáneo esas cervezas para el público de la capital del país. 

Pero si bien la fiesta del cerro fue lo que más expectativas y público convocó, no fue lo único que el Festival de la Cerveza Bariloche tuvo para ofrecer. Durante toda la semana previa a la Fiesta, las cervecerías participantes abrieron las puertas de sus fábricas para recibir a los aficionados y curiosos y ofrecer visitas guiadas, catas y menús especiales.

Festival de la cerveza BarilocheSi sos aficionado o estás iniciándote en el mundo de la cerveza, eventos como este te permiten ingresar en la intimidad del arte de hacer birra y sacarte todas las dudas que tengas con los maestros y maestras cerveceras. 

En nuestro caso, que también somos cerveceros, el disfrute es doble porque además de catar las cervezas con los responsables de elaborarlas, podemos charlar sobre técnicas, procesos, insumos y equipamiento y, sobre todo, recorrer las fábricas que para nosotros son un atractivo en sí mismas. Por eso visitamos cuatro cervecerías icónicas: Berlina, Wesley, Patagonia y Manush.

Festival de la cerveza Bariloche

Visita a Berlina

Llegamos a Colonia Suiza con sol luego de recorrer unos 25 kilómetros desde el centro de Bariloche. Allí, al pie del cerro López, ocupando un imponente edificio de madera de inspiración suiza, está la fábrica de Berlina. Para ingresar al predio hay que pasar una tranquera que desemboca en el patio cervecero donde hay un fogón, mesas, hamacas, bancos y dos puntos donde se despacha la comida y la cerveza. Allí nos encontramos con Mili, la encargada de servir las pintas y, en esta ocasión, de guiarnos en el recorrido por la fábrica. 

Arrancamos por la sala donde se guarda y muele el grano, que ingresa desde un silo enorme cubierto por una bandera argentina que aparece en casi todas las fotos de la fábrica. Luego de la explicación de los tipos de granos que utilizan y los usos que tienen según las variedades de cervezas que se vayan a elaborar, pasamos al área de cocción. Allí nos encontramos con Franco (uno de los tres hermanos Ferrari, dueños de Berlina) al mando de los controles de las ollas, cocinando una Old Ale. 

Festival de la cerveza BarilocheTerminamos el recorrido acompañados por Franco, luego de pasar por la zona de fermentación y maduración, que está al aire libre. Y de allí, bajo una lluvia que de pronto empezó a caer, seguimos con la parte más interesante que fue la degustación de las cervezas.

Probamos varias de las once canillas disponibles: Golden Ale, Pale Ale, Amber Ale, las dos Stout (una de ellas Nitro), Hefeweizen (trigo), Belgian Blond Ale, una sour de maracuyá y una versión de la Old Ale que estaban cocinando durante la visita. ¿Nuestra favorita? La Old Ale, tradicional inglesa, oscura, maltosa y alcohólica. 

Visita a Wesley

Igual que Berlina, la fábrica de Wesley se encuentra al pie de un cerro, el Campanario en este caso, a la altura del kilómetro 15 de la Av. Bustillo. En el predio vive toda la familia Wesley (conocida en Bariloche por el servicio de cabalgatas) y también son tres hermanos los que llevan adelante la cervecería. En este caso nos recibieron Santiago y Martín y con ellos realizamos el recorrido. 

Descubrimos una gran inversión en equipos y tecnología orientados a reducir el impacto en el entorno, es decir, a un aprovechamiento más eficiente de la energía y los recursos utilizados en la elaboración de cerveza.

Festival de la cerveza BarilocheEl agua, el principal y más importante insumo del proceso de elaboración, proviene de una vertiente natural que está dentro de la propiedad. Se usa de manera natural y luego de todo el ciclo productivo se recicla para regar los campos de alfalfa que alimenta al numeroso plantel de caballos y otros cultivos de la chacra como la huerta, los frutales o el lupular. El bagazo (descarte del grano luego de la cocción) también se utiliza para alimentar a los animales y para compostar. 

A partir de este enfoque sustentable de producción salen cervezas muy bien reputadas que, por supuesto, pudimos degustar disfrutando además de un almuerzo al aire libre y de la compañía de aves de corral como gallinas y pavos reales que andan por el patio cervecero libremente y son parte del atractivo de la visita. 

El predio es muy espacioso. Dispone de un estacionamiento de gran capacidad, un salón amplio con las típicas mesas altas de cervecería y mesas y reposeras dispersas al aire libre para pasar un rato tranquilo y agradable en medio de un paisaje bellísimo.

La propuesta gastronómica es la típica de las cervecerías: papas fritas, hamburguesas, empanadas, tacos y sandwichs. Nosotros pedimos un sandwich de cordero braseado y probamos casi todas las cervezas que había en canilla, sobre todo las lupuladas, que son el fuerte de Wesley: la más vendida es una APA muy rica, super aromática y moderadamente amarga. También probamos una Hazy APA, NEIPA, IPA, Porter, Scottish, Brown Ale y Golden Ale. ¿Nuestras favoritas? Brown Ale y NEIPA.

Las cervezas de Wesley se consiguen solo en Bariloche y alrededores. No les interesa el sistema de franquicias ni la expansión territorial.

Visita a Patagonia

Kilómetro 24.7 es el nombre de la Session IPA de Patagonia, una de sus cervezas más emblemáticas, y es, también, la altura de la Ruta 77 donde, desde 2016, está la cervecería, en la localidad de Circuito Chico. 

Desde la entrada, para llegar a la fábrica, tuvimos que atravesar un enorme jardín con árboles gigantescos, plantas, flores y un pequeño lupular. La fábrica se encuentra unida al salón restaurante, desde donde se tiene una vista espectacular del lago Moreno. De hecho, el lugar más popular de la cervecería es un patio cervecero exterior que se corta en un acantilado que tiene en la primera línea una hilera de reposeras con vista hacia el espejo de agua y las montañas. 

Festival de la cerveza BarilocheEl lugar está repleto de gente, tanto adentro como afuera. A nosotros nos recibe Valeria, maestra cervecera jefa de la fábrica, y con ella hacemos la recorrida por las instalaciones y charlamos sobre el trabajo que llevan adelante. 

Esta fábrica de Bariloche es muy pequeña y solo se dedica a hacer cervezas experimentales que únicamente pueden beberse allí. Por lo general, se enfocan el agregado de productos naturales regionales como lavanda, pino, hongos, rosa mosqueta o sauco, entre otros. 

Del total de doce canillas permanentes con todos los estilos de Patagonia, siempre hay cuatro o cinco con las cervezas experimentales que son creadas por Valeria y su equipo de trabajo. Durante estos años, pasaron por las canillas del salón alrededor de un centenar de recetas diferentes. 

Luego de la visita guiada que resultó super interesante, pasamos a la parte más esperada de todo esto. Valeria nos guió hasta la sala de catas y degustaciones, pequeña y acogedora, con predominio de la madera. Hay dos mesas altas con banquetas y un gran ventanal que ofrece una vista espectacular del paisaje que rodea a la cervecería.

Probamos, junto con unas exquisitas empanadas, tres cervezas diferentes elegidas por Valeria: una Mild Ale (estilo histórico inglés) que emulaba los sabores de una torta galesa y en la que destacan los frutos rojos. Es liviana y de bajo alcohol. La otra fue una Porter con marcadas notas a chocolate y café, de buen cuerpo, 6% de alcohol y elaborada con chips de roble. La tercera fue una Hazy Neipa, hiper lupulada, liviana, sabrosísima y muy aromática, elaborada con un lúpulo experimental. ¿La que más nos gustó? La Mild Ale. 

La carta de las degustaciones es exclusiva y diferente a toda la gastronomía que se sirve en el lugar. Puede ser un tapeo o un menú de varios pasos según el servicio de visita guiada que se contrate. 

Recuerden: si visitan Patagonia no dejen de pedir las cervezas experimentales que se elaboran allí. Es una buena ocasión para ampliar las fronteras del paladar. 

Visita a Manush

Nuestra excursión a Manush no fue a la fábrica sino al local que tiene en el centro de la ciudad de Bariloche, porque queríamos conocer el menú especial que habían preparado para la semana cervecera. Y por supuesto, probar cerveza.

Nos ubicamos en el piso de arriba, cerca de las ventanas, para ver cómo caía la lluvia en la fría noche barilochense. Adentro el ambiente era cálido y la iluminación tenue. El lugar estaba repleto. Pedimos las primeras cervezas, una Kolsh y una APA, mientras llegaba la entrada: una tabla con chips de batata y plátanos, grisines, pasta de zanahorias y una cazuelita con queso de cerdo con porotos a la vinagreta. 

Festival de la cerveza BarilocheEl menú siguió con otros dos platos: salmón acompañado por pastas rellenas con salsa de mascarpone y zucchini, y garrón de cordero con puré con salsa de oporto y chauchas. La particularidad de este último plato es que fue marinado durante cuatro días y cocinado a baja temperatura durante varias horas.

Para cuando llegaron la hamburguesa de cordero y la fainá con crema de palta y langostinos, pedimos dos IPAs: una West Coast IPA y una Old Classic IPA. 

Cerramos la noche con una Stout nitrogenada para acompañar un postre colosal: mousse de chocolate con base de brownie, espejo de chocolate, helado casero de crema americana y café.

¿La cerveza que más nos gustó? Kolsh y West Coast IPA. 

Y así llegamos al final de este viaje, satisfechos por lo que pudimos aprender y probar y por la posibilidad de traerte un poco de esta experiencia inicial de un Festival que promete convertirse en fecha obligada del calendario cervecero nacional.

Es Lic. en Comunicación Social por la U.N.L.P. y cervecero. Trabajó alrededor de 15 años como periodista de viajes y turismo colaborando en los principales medios gráficos de Argentina y escribiendo en su propio blog. También colabora escribiendo reseñas literarias para Fundación La Balandra y hace su propia cerveza en San Antonio de Areco.