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Corona-vinos: beber a puertas cerradas pero con delivery

La pelota no se mancha, y el mantel no se ensombrece: te contamos cómo echar luz a tu pasión por los vinos en estos oscuros tiempos de cuarentena.

Vinos, Notas de vinos

Vinos

Es como si hubiera que aprender las rutinas de nuevo. Habrá pocas o casi ninguna salida hasta que haya un panorama más claro con el coronavirus. Mientras tanto, muchas series, reuniones íntimas y descorches domésticos. Así las cosas en tiempos de bebidas y coronavirus.

Pero como siempre que hay que abrir botellas en casa, el criterio para elegirlas es difícil. Y en tiempos de virus, crisis financiera e incertidumbre, no es un tema menor. Claro que hay maneras y maneras de sobrellevar estos días de angustia, y desde Vinómanos queremos que este tiempo no echa sombra sobre los manteles ni sobre las copas.

Apocalipsis

Es invisible pero causa pánico, tanto o más que los fantasmas. El asunto es que esta corona puede caer con el peso de las monarquías sobre los hombros de los pobres hombres y mujeres de a pie. Viajeros o comerciantes del mundo saben que, como en el medioevo, una tos seca puede hacer tambalear los mercados. Y sí, entramos todos en pánico. Parece que se viniera el fin del mundo: caen las bolsas, se desploman las acciones y no queda siquiera el consuelo de los besos.

Ya se sabe que en ese tipo de circunstancias hay dos posturas morales: una, la de no abandonar el barco mientras la banda sigue tocando, la actitud Titanic; la otra, saltar a los botes y sálvese quien pueda. 
En materia de vinos, los primeros descorcharán todo lo bueno que se pueda. Se trata de brindar con las mejores botellas, total, nada de esto quedará y con los ojos vidriosos y la garganta enjugada con lo mejor, afrontar lo que venga. Los segundos, en cambio, en plan de escape descorcharán lo justo. Una copita y ya, hay que guardar por si acaso la semana que viene hiciera falta otro plan.

Si hay que votar, estamos con los primeros en tiempos de bebida y coronavirus: beber lo más rico es una actitud estoica que, además, hará más llevadera la tormenta de malas noticias y temores. Aquí el listado de vinos por si llega el fin del mundo.

Pasar la cuarentena

El cuento se repite. Nos habíamos ido de vacaciones a Europa; venía de un business trip; estuvimos reunidos con unos primos que llegaron de Italia. Fin del cuento: la cuarentena, con sus rincones llenos de pelusa y los tiempos de pensamientos sin sal, llega para instalarse. Es verdad, ahí están Netflix y las otras plataformas, también los libros (dato curioso, o no tanto: las librerías vendieron igual que en Navidad el fin de semana del 14 de marzo) e internet para infoxicarse un poco.

Pero también puede haber un puñado de buenas botellas para tener a mano y ponerle sabor a las comidas solo, viendo por la ventana el mundo para el que hoy somos tan peligrosos como sospechosos. Y apechugar. Así, copa en mano, tantear si aparece fiebre, si la tos es húmeda o seca, si con el correr de los días algo sucede o no pasa nada. En todo caso, una cosa es segura: no se puede ni se debe salir si se tiene algo de responsabilidad civil.

Entonces, una opción es el delivery de vinos desde internet. Hay varios, desde Espacio Vino a Bon Vivir, desde Vinos y Espirits a Viners, Armesto, Siete Spirits, Eno Garage y Tonel Privado (con cuotas y envío a todo el país). También las propias bodegas que hoy venden y entregan puerta a puerta, desde Bodega Bianchi a Susana Balbo Wines, pasando Chakana, Roca Wines, Lacoste de Los Andes, Lurton Wine Shop, Lagarde entre otras.

Por suerte, en este mundo globalizado que hoy pasa factura también están Rapi o Uber que cumplen bien su cometido de ángeles de la guarda al traer y llevar un rico Malbec.

Para que no tengas la tarea de pensar qué vinos comprar, en este listado están los mejores para embeber la cuarentena.

Así vinene la mano en tiempos de bebidas y coronavirus.

Curados al fin

El verbo es maravilloso: curar. En nuestra lengua tiene un doble sentido que aplica a la perfección. Por un lado, podemos estar curados de una enfermedad, de un dolor o de una herida compleja o tan sencilla como la de un corte de papel. Por otro, también se puede estar curado por la bebida, que es una forma sanitarista y a la vez antiséptica de hablar de embriaguez en tiempos de pandemias.

Hay, sin embargo, otro uso que aplica tangencialmente. Se pueden curar los cueros y los pepinillos, las maderas y las hojas de tabaco, como también se pueden curar el ánimo y el corazón. Es en este último sentido en el que hoy una botella de vino puede arrimar un poco de sabor y embriaguez para hacernos sentir mejor. No es poca cosa la magia del vino en estos tiempos en que la cura es un deseo y también una responsabilidad.

Bebidas y coronavirus

El vino tinto tiene muchos beneficios probados. Sin embargo, su alcohol no alcanza a combatir al virus. Prevenir contagios y seguir los consejos de la OMS (mantener un metro de distancia interpersonal, lavarse las manos a menudo, desinfectar las superficies comunes, toser o estornudar en el pliegue del codo) deberían formar parte de un plan razonable antes que intentar soluciones caseras.

En cualquier caso, una única recomendación: no compartir copas puede ser una medida saludable hasta que vuelvan los tiempos de dar y recibir y termine el mix de bebidas y coronavirus.

Imagen: proyectovino

Autor

  • Joaquín Hidalgo

    Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).

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