
Todo indica (los Golden Globes, los SAG y los BAFTA, que ya la ignoraron olímpicamente, además de las predicciones de los especialistas y la desoladora sensación de que es cosa juzgada) que El irlandés, la magnífica obra de Martin Scorsese, no va a ganar el Oscar a Mejor Película este domingo en el Dolby Theatre de Hollywood. Qué remedio. Sin embargo está ahí, en la omnipresente Netflix, brillando en cada uno de sus 209 minutos.
El irlandés está basada en el libro de no-ficción I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt, y atraviesa varias décadas –sobre todo las de los ’60 y ’70– a bordo de una épica scorsesiana modélica. Amarga reflexión sobre el paso del tiempo y lo que éste hace hasta con los hombres más poderosos, cuenta la historia de Frank Sheeran (Robert De Niro), un matón a sueldo que fue protegido del gángster Russel Buffalino (Joe Pesci) y mano derecha del líder del Sindicato de Camioneros, Jimmy Hoffa (Al Pacino), hasta el mismísimo momento de la desaparición del gremialista en 1975, hecho que después de 45 años aún no ha sido resuelto.
Plagada de detalles de producción deslumbrantes, como corresponde a un filme de presupuesto millonario (buena parte de sus 9 nominaciones al Oscar se la llevan los rubros técnicos, chusméa más abajo), tiene, también, un lugar para el vino. Y no es un sitio menor el que ocupa la noble bebida. Especie de prenda de comunión entre Sheeran y Bufalino, cada vez que el dúo se reúne para una parla mafiosa, sobre la mesa hay una botella de tinto, dos vasos bien servidos y un gran pan que cortan en trozos y mojan en el brebaje.
Las etiquetas no están elegidas al azar. Según pasan los años –lo documenta un artículo firmado por Ben O’Donnell y Eszter Balogh en Wine Spectator– los personajes beben siempre el mismo supertoscano: Castello di Gabbiano Chianti Classico, solo que en diferentes añadas: 1948, 1955 y 1962. Por supuesto que no estaba contemplado conseguir las botellas originales, por lo que se contrató a History for Hire, una firma de diseño de utilería de Los Angeles, que se basó en las etiquetas reales para recrearlas.
Siguiendo con las etiquetas, en la gala de homenaje a Sheeran, con la trama ya ubicada en los ‘70 (una secuencia que es pura tensión y donde comienza a sellarse la –mala– suerte de Hoffa), en la mesa que ocupan los capos mafia Bufalino, Angelo Bruno, Tony Salerno y Tony Provenzano se luce un Riesling de Charles Krug, la icónica bodega de Napa Valley. Lujos que podían darse esos hombres sin problemas presupuestarios.
Más bebidas en la pantalla
Y hay más, aunque en estos casos no se trate de vinos. En el carro de bebidas que el personaje de De Niro tiene en su casa se alcanzan a divisar botellas de Jameson y Glenlivet; y en la graciosa escena donde los amigos de Hoffa se las arreglan para consumir alcohol en una reunión con el sindicalista (un abstemio que no permitía que se bebiera en su presencia), se “cala” una sandía que se completa con whisky J.P.Wiser y ron Bacardí. La elección no es inocente: Hoffa también odiaba las sandías.
Lo que no odiaba el hombre cuyo cadáver jamás fue encontrado y la justicia dio por muerto en 1982 –la película ofrece una pista de su destino, pero no será revelada aquí– era el helado. Y El irlandés, en los momentos de transición donde toda película intensa debe “respirar”, hace hincapié en ello. No importa que fuentes un poco más confiables que el libro que la inspiró (por caso, dos extensas biografías, según cita Heather Schwedel en Slate) aseguren que el fanatismo de Hoffa por los helados no era tal o esté, en todo caso, exacerbado: es regocijante ver a un hombre acostumbrado a las luchas más encarnizadas derretirse ante su postre favorito.
Ahora bien, si tenés pensado mirar la entrega de los Oscar este finde (copa en mano, por supuesto), andá tachando de esta lista las que correspondan a El irlandés.
9 nominaciones al Oscar
• MEJOR PELÍCULA
• MEJOR DIRECTOR
• MEJOR ACTOR SECUNDARIO (Al Pacino)
• MEJOR ACTOR SECUNDARIO (Joe Pesci)
• MEJOR GUIÓN ADAPTADO
• MEJOR DIRECCIÓN DE ARTE
• MEJOR FOTOGRAFÍA
• MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO
• MEJORES EFECTOS VISUALES