A contra pelo de las estadísticas oficiales de consumo, el vino blanco da señales de estar más vivo que nunca en nuestro mercado. Basta observar los lanzamientos de las bodegas para esta categoría en los últimos meses que acercan vinos blancos modernos como fórmula para el despegue.
El principal driver detrás de esta tendencia son consumidores más experimentados que a menudo se aburren de todo lo conocido y buscan en las góndolas vinos que los sorprendan. Ante esto, si no hay algún tinto para lucirse en el asado del domingo saben que los blancos son la clave para dejar a los invitados con la boca abierta.
Básicamente por que ya no se trata solo de Chardonnay de clima frío o Sauvignon Blanc filosos. Hoy para lograr estos vinos blancos modernos se emplean cepas poco conocidas o hasta olvidadas en pos de un sabor original. Y si el diferencial no esta en el varietal lo será el método de elaboración que en varios casos se convierte en un contenido muy piola para compartir cuánto sabemos de vitivinicultura con nuestros amigos.
Si estas algo aburrido de los tintos y de los blancos más tradicionales busca entre estas etiquetas una buena excusa para recuperar el entusiasmo por el descorche.
Amansado Pedro Ximénez 2017 (90pts, $245).
Utilizada generalmente para la elaboración de vinos de mesa, la Pedro Ximénez es un cepa muy agradecida cuando se le presta atención. Basta probar esta creación de Juan Pablo Michelini elaborada con uvas de Tupungato, un blanco sencillo pero a la vez original que gusta por su perfil austero y frutal. Una acuerdo precio-calidad para tener en cuenta el próximo fin de semana.
Aniello Blanco de Pinot 2017 (91pts, $280).
La elaboración de vinos blancos a partir de cepas tintas no es muy común en nuestro país. Sin embargo, los pocos que hay merecen la pena. Entre ellos el de Aniello elaborado con uvas de Río Negro es de los mejor logrados y más sutiles. Sin caer en una acidez filosa es refrescante y despliega una aromática que combina cítricos y flores blancas con fruta roja fresca. Un combo muy sofisticado para un rango de precios accesible.
Las Perdices Riesling 2017 (92pts, $320).
Carlos Muñoz es un winemaker numerosas curiosidades en su haber como el primer blancos de Albariño o un espumoso sin degollar y tapa corona. Entre vinos blancos modernos que más lo entusiasman, el Riesling ocupaba un lugar especial por tratarse de un verdadero desafío en Mendoza. Finalmente le encontró la vuelta y se decidió a lanzarlo con una elegante presentación en sintonía con su perfil floral y paladar delicado.
Livvera Malvasia 2017 (93pts, $390).
Entre los enólogos sub35 a tener en agenda, Germán Masera es ideal para los que buscan vinos jugados. Siempre esconde algún secreto que definen un perfil especial a sus creaciones. En este caso elegimos un blanco que lo representa de punta a punta. Elaborado con uvas de un viñedo del Valle de Uco que descubrió y se ocupó de rescatar, es elaborado con hollejos, atento al paladar.
Zaha Semillón 2017 (93pts, $395).
Desde hace dos años Alejandro Sejanovich está enfocado en los blancos. Primero fue con un Chardonnay y más tarde con un exótico Marssanne, ahora es el turno del Semillón para el que busco las uvas de un viejo viñedo de La Consulta. Elaborado en barricas usadas y criado sobre lías, resulta un banco expresivo de perfil meloso y paladar firme.
Vía Revolucionaria Sauvignon Blanc Piel 2015 (92pts, $430).
Matías Michelini fue el primer enólogo local en lanzar un vino naranjo cuando presentó su Torrontés Brutal. Hoy lo hace con un Sauvignon Blanc que da cuenta de una mayor experiencia en esto de elaborar blancos como si fueran tintos, es decir, macerados en sus hollejos. Realizó cinco pasadas por el viñedo para lograr un perfil de buena tipicidad varietal y frescura sublime mientras que la vinificación en hormigón con las pieles y una crianza en barricas viejas dota a este vino naranjo de una complejidad creciente en copa.
El Esteco Blanc de Blancs 2017 (92pts, $437).
En esta bodega de Cafayate hace años que dejaron de lado los manuales más tradicionalistas para explorar en estilos más jugados con las uvas de la región. Así nacieron creaciones muy celebradas como la Criolla o el Torrontés de la línea Old Vines. Para este nuevo blanco el corte es muy llamativo, Marsanne, Roussanne, Viognier, Chardonnay y Torrontés lo que lo convierte en un vino único en el mercado. El resultado es sabroso, con buen cuerpo para un blanco y frescura bien lograda que lo convierte en un blanco muy fácil de beber.
Blanco de la Casa 2016 (93pts, $590).
Matías Riccitelli sabe provocar y para este vino convocó a otro experimentado provocador para el arte de la botella, ni más ni menos que al artista Marcos López. Esta vez la excusa es reinvidicar a los vinos de la casa con una formula que el winemaker define como el vino que a él le gusta compartir en su bodega cuando lo visitan. Es un blend de Sauvignon Blanc, Semillón y Chardonnay provenientes de Gualtallary, La Consulta y Las Carreras, respectivamente.
En cada zona busca la mejor expresión para los varietales y ante todo frescura y definición frutal. Fermentado en hormigón, propone un estilo moderno con cierto guiño vintage.
Breva Sauvignon Blanc 2017 (93pts, $600).
Andrej Razumovsky, propietario de Alpamanta Wines, es uno de los pioneros de la biodinámica en Argentina y de la elaboración de vinos naturales. Con sus Brevas, al blanco se suma un rosado de Syrah, fue el primero en llegar al mercado con un vino sin filtrar, de aspecto turbio muy curioso para los consumidores entrenados en beber vinos blancos modernos.
El Sauvignon Blanc es justamente eso, un blanco que se lo manipula lo mínimo e indispensable a fin de conservarlo puro y expresivo. Súper refréscate y fácil de beber, aporta una acidez profunda pero amable y un graso de boca exquisito.
Lagarde Guarda Sister’s Selection Sauvignon Blanc 2017 (93pts, $700).
Sofía y Lucila Pescarmona se involucran cada día más en los vinos de la bodega de su familia. Así nació Sister’s Selection, etiquetas que utilizan en los vinos que ellas mismas eligen de acuerdo a sus preferencias personales. En este caso es una edición limitada de 2550 botellas provenientes de un viñedo de Gualtallary que da como resultado un blanco fresco que fluye gélido y vibrante. Resultará fascinante para los amantes de los blanc elegantes y no precisamente pirotécnicos.