Chardonnay de altura

Chardonnay de altura: el blanco que reinventa el paladar clásico de la variedad

Los Chardonnay de altura ofrecen un perfil de elevada frescura, cuerpo medio y expresión aromática frutal y flora. ¿Cuáles probar para darse un gusto?

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Contra muchos pronósticos Argentina está escribiendo un nuevo y exitoso capítulo en su historia vitivinícola con sus Chardonnay de altura. Hasta no hace mucho eran pocos los expertos internacionales que le tenían fe a los terruños y winemakers locales a la hora de producir otra cosa que no sea Malbec y sus satélites.

Sin embargo las cosas cambiaron en los últimos tres años, en especial de la mano de la fría y desafiante cosecha 2016.

Como si fuera poco desarrollar blancos de nivel mundial, hoy algunas bodegas se animan a apostar por los Chardonnay, vinos que tienen como referencia indiscutida a Borgoña y Napa Valley. Alejados del perfil californiano, gordos y con madera evidente, hoy los mejores exponentes locales ajustan la brújula con Francia como nuevo norte, basados en los fríos Chardonnay de altura.

Agendate los diez vinos a continuación y descubrí el nuevo perfil del Chardonnay local.

Casa Petrini Chardonnay 2016 (92pts, $235).

Presentada en sociedad a comienzos de año por su enólogo Ariel Angelini, esta bodega de tintos soberbios, de Malbec, Tannat y un blend, también sorprende con sus blancos. Todos elaborados con uvas de un viñedo ubicado sobre el margen del río Las Tunas, Tupungato, en Valle de Uco. La clave está en sus suelos pedregosos que le permite al Chardo lograr una expresión franca y típica de matices cítricos, tonos florales, tropicales y de cera. También convienen buscar Invisible Chardonnay 2016 ($194), otro de manual a un precio para aprovechar.

Marcelo Pelleriti Signature Chardonnay 2016 (92pts, $290).

El creador de Lindaflor Charodnnay, uno de los primeros chardo deluxe argentinos suma entre sus vinos personales tres blancos, además de este Chardonnay hay un Semillón y un Blend de Blancas. Para el caso del Chardonnay recurre a uvas de Vista Flores y realiza un corte de un vino fermentado en acero y otro que reposa seis meses en roble usado. De este modo conserva la frescura varietal con nota de frutos blancos, cítricos y manzanilla mientras que en boca es un vino de buen graso y frescura tirante que realza sus sabores. Un blanco de perfil lata gama pero muy amigable al bolsillo.

Cadus Vista Flores Appelation Chardonnay 2016 (94pts, $415).

El rumbo tomado por Cadus, el spin off alta gama de Nieto Senetiner, de la mano de Santiago Mayorga no deja de entusiasmarnos con sus tintos y ahora sorprendernos con este blanco. Proveniente de Vista Flores, Tunuyán, es un blanco elegante y delicado donde el equilibrio es protagonista. Aromas de lima, fruta blanca, durazno blanco y piedra húmeda en armonía con un delicado fondo ahumado.

Escorihuela Gascón Gran Reserva Chardonnay 2015 (93pts, $430).

Gustavo Marín es un histórico hacedor de Chardonnay, en esta nueva etiqueta pone el foco en la expresión de Luján de Cuyo para dar vida a un blanco clásico y elegante de rica tipicidad varietal con perfil frutal y aportes tostados del roble y frutos secos. Al paladar es untuoso acidez fresca. Medio de boca franco y sobrio que repite fruta con sabor de miel y manteca.

Otra Piel Gualta Suelo Chardonnay 2015 (93pts, $470).

Sin dudas uno de los Chardo más curiosos del país. Hasta acá nada nuevo para un vino elaborado por Andrea Muffato y Gerardo Michelini quienes se animan siempre a un vuelta de rosca extra en sus etiquetas. En este caso  elaborado como tinto, es decir, en contacto con las pieles por un mes y en ánforas subterráneas. De modo que resulta súper complejo con tonos oxidativos delicados que definen su complejidad junto a los aromas de piel de naranja y Cointreau, paladar amplio con acidez filosa. Un vino único para paladares intrépidos.

Finca Ferrer 1310 Chardonnay 2016 (93pts, $570).

La bodega mendocina del grupo catalán Freixenet es una de las pioneras en Tupungato, donde planto viñedos a comienzos del 2000 con la intensión desarrollar un amplio porfolio de espumantes. Ahora también producen vinos tranquilos de alta gama desde un cuartel ubicado a 1310 meros, es decir, Chardonnay de altura, donde cuentan también con Pinot Noir. Este Chardonnay súper refrescante, de acidez firme y sabrosa, junto a notas de fruta blanca, flores, manteca y miel. Un vino con un futuro enorme.

Casa Boher Gran Reserva Chardonnay 2016 (92pts, $620).

Elaborado con uvas de Los Árboles, origen muy preciado del Valle de Uco a la hora de hablar de Chardonnay de altura, el novedoso blanco de Alejandro Pepe Martinez Rosell resulta expresivo, con buena tipicidad varietal, manzana verde, cítricos maduros y dejos tropicales y un aporte evidente de la crianza que suma notas de caramelo, avellanas, almendras y dejos ahumados de whisky. En boca es amplio y sabroso, con fluir graso de sabores francos. Un vino de final prolongado con perfil clásico que sabrán disfrutar los paladares más conservadores.

Puramun Reserva Chardonnay 2016 (93pts, $650).

Pepe Galante es un maestro del Chardonnay reconocido incluso internacionalmente por algunas de sus etiquetas elaboradas en sus años al frente de Catena Zapata y hoy en Salentein. De algún modo, Galante interpreta como pocos a esta uva blanca y en su vino personal se nota que aún tiene algunos ases en la manga. Elaborado a partir de un blend de viñedos del Valle de Uco resulta expresivo con buen caudal frutal y tipicidad. En boca es amplio y sabroso con una acidez marcada que contrasta y realza al vino en su final.

Finca Los Nobles Chardonnay 2016 (93pts, $650).

A veces hay clásicos que las bodegas prefieren no alterar, así como en futbol se afirma que equipo que gana no se cambia. Sin embargo, en familia Arizu decidieron que era hora de hacer un twist en su blanco más emblemático. Es por esto que la cosecha 2016 llega con una frescura novedosa y más protagonismo de la fruta. Un Chardonnay que de algún modo comienza a transitar por un carril directo hacia el viejo mundo por su complejidad, delicadeza y frescura.

Zuccardi Fósil 2016 (95pts, $1050).

Desde hace tiempo Sebastián Zuccardi insiste en que no se puede hablar del Valle de Uco a secas sino de sus diferentes rincones con la mayor precisión posible. En realidad ya no lo dice, lo hace y lo embotella. Sus últimas creaciones son verdaderos vinos que transmiten el lugar y en este caso se aprecia la frescura extrema y austeridad que supone un clima frío de montaña como el de San Pablo a 1400 metros de altura. En boca es lineal con textura seca y final largo, un blanco que abre la puerta a una nueva dimensión.

Autor

  • Alejandro Iglesias

    Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.

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