Ya descubriste que te gusta el vino y también te diste cuenta que no es lo mismo en cualquier copa. Así es que hace rato te da vueltas en la cabeza reemplazar las que tenés en casa –anchas, de borde grueso y tallo retacón– por otras más lindas. ¿Pero cuáles?
El universo de las copas de vino es inabarcable.
Están las marcas internacionales de renombre, como Riedel, Chef & sommelier o Scott Zwiesel, o las más chic, para entendidos, como Zalto, que son las que despeinan los paladares de la sommelerie mundial. Es verdad: son hermosas, delgadas de sección, livianas y hasta flexibles.
Y están algunas de fabricación nacional que son muy buenas, algunas bien estilizadas y resistentes, pero menos conocidas y mentadas. Nos gusta el trabajo de R-Cristal y San Carlos, particularmente. Aunque en plan más robustas podés dar con Rigolleau o El Progreso. Todas funcionan bien y lucen los vinos.
El punto está en entender qué necesitás para emprender una compra que funcione según tu presupuesto y objetivo. Entonces, conviene responderse tres preguntas básicas:
¿Son para todos los días o para ocasiones especiales?
En cualquier casa hay un aparador con copas heredadas de algún ajuar. Son en cristal trabajado y tienen algún color y destaques nacarados. La realidad es que si esas copas llegaron a sobrevivir al paso del tiempo es porque nunca se usaron. Por lo que preguntarse acerca del uso que uno le va a dar a las copas es clave para estimar cuánto va a gastar. Sino, dejarás un lindo set de copas para tus nietos.
Para la diaria, es decir, para tomarse una copa de vino en las cenas o para batallar un asado entre amigos, invertir en copas importadas y de cristal top no sirve. Se romperán fácilmente con en cualquier descuido y, además, tampoco aportarán mucho más que otras copas a la situación.
Nuestro consejo es que inviertas en copas sin tallo, como el copón de GEO Bazar (12 unidades, $700 pesos), o bien en los copones Arcoroc Cabernet de 450 cm3, que lo pagás 540 pesos las seis unidades, o el clásico de R-Cristal, de la línea irrompible, con cristal doblemente templado, cuyo modelo Cabernet de 470cm3 cuesta uno 560 pesos.
Ahí tenés para entretenerte y ponerle color a la mesa. Para ocasiones especiales, es decir, una cada tanto, a menos que seas un invitador serial de cenas en casa, es mejor apuntar un poco más arriba. ¿La razón? Sencilla: la ergonometría –es decir, la forma aplicada al uso– de algunas copas es muy superior a otras. Y en esa cancha se ven los pingos. Puestos a elegir, tenés dos planes simples.
Riedel, cristal austríaco, ofrece una línea de copas elegantes y de sección muy delgada, en la línea Ouverture, la más económica y a la vez elegante. El copón ronda los 500 pesos en tiendas digitales locales. Pero en tiendas internacionales, onda Amazon, conseguís un pack de seis por 50 dólares y uno de doce por 80. Con envío a domicilio. Y hacés diferencia.
El otro candidato es Spiegelau, que también propone uno lindos modelos y más accesibles. Ídem cristal austríaco, propone algunas diseños atractivos. Por ejemplo, las copas Style Series, que son cónicas y de gran porte. En el mundo se consiguen por unos 40 dólares el pack de 4, mientras que la típica copa tulipán Bordeaux ronda los 170 pesos la unidad aquí, tanto en Tonel Privado como en SieteSpirits, con más diversidad y otros precios.
¿Cuántas copas conviene comprar?
El número afecta directamente el presupuesto. Y si bien todos los que amamos el vino tenemos en mente una mesa llena de copas lindas, como las muchas fotos que vemos en Instagram, comprarlas no necesariamente es la mejor ecuación. Por ejemplo, si uno organiza un meeting para 15 personas en casa y quiere que todos tengan por lo menos dos copas de vino, lo ideal es alquilarlas y listo. Copones tipo Cabernet que pagarías 170 pesos la unidad, los alquilás por 12, 15 pesos máximo. Y no lavás (que es el costado oscuro y poco comentado de las copas).
Pero si hacés comidas de seis, ocho personas, es mejor comprar unas 12 a 18 copas, así tenés back up. Acordate que las copas son duraderas, pero también frágiles. Y al cabo de una linda cena, de charlas agitadas y revoleo de codos, lo más probable es que tengas una copa menos por vez. Así es que mejor nunca comprar lo justo, sino te quedarán juegos rengos.
¿Una copa universal o diferentes copas para tipos de vino?
Es verdad que el vino cambia de expresión según la copa que se use. De eso hablamos en esta nota tiempo atrás. Lo cierto es que en la medida en que todos usen la misma copa en una comida, no habrá variaciones. Entonces, lo más sano es comprar un modelo de copas intermedio: los copones de 450 cm3 y más son algo holgados para blancos, mientras que las copas de menos de 350cm3 son algo apretadas para los tintos. En ese rango hay que moverse para dar con la copa universal.
Pero puestos a vestir una mesa con diferentes copas, antes que comprar una de blancos y otra de tintos, conviene tener una universal y otra de espumosos, que no son fácilmente reemplazables. Ahora bien, las copas para burbujas ofrecen más diversidad de formas que en materia de vinos tranquilos.
El dato que no falla es evitar todas las copas cuyo ecuador sea menor que la boca. Pueden ser copas flautas o bien un tulipán estilizado. Dos buenos productos, son: Blades de San Carlos y la copa R-Cristal de una sola pieza, que las podés comprar a unos 150 pesos la unidad o más, según dónde.
Como extra, hay unas copas algo frágiles aunque bien estilizadas, de Cristalería Bohemia, que a la fecha se ofrecen por 6 unidades a 490 pesos en Mercado Libre.
Darse un gusto
En general uno compra copas para armar una mesa. Sin embargo, para todos aquellos que gustamos del vino, disfrutamos más de beberlo que de mostrarlo. Por eso, nuestro consejo es comprar el set de copas para la mesa, claramente, pero comprarse dos o tres copas especiales para uno. Sería el mimo cotidiano que hace que, cada vez que abrís una botella en casa para darse un gusto egoísta, tengas a mano la máquina perfecta para completarlo.
En ese plan, hay dos copas que vale la pena comprar, aún a riesgo de gastar un dinero extra.
Una, la copa Zalto Denk’Art Universal. Es lo más bonito y estilizado que hemos visto: con 23 cm de alto, la copa forma un cono delicado y tan etéreo que parece sostener al vino en el aire. El pack de dos lo encargás en Amazon por 116 dólares.
Dos, Riedel tiene un pack de cuatro copas, cada una para un tipo de vino, que alimentará el nerd que todos llevamos dentro. Bajo el nombre de Riedel Veritas Tasting Set, comprás una copa para cortes Bordeaux, una para Bourgogne, otra para Blancos sin madera y para Chardonnay con roble. El chiche se paga 120 dólares en tiendas de afuera. Acá no lo hemos visto.
Un último consejo
La mayoría de las copas de vidrio o cristal templado resisten el lavado automático. Sin embargo, en plan conservar las copas lindas que hayas comprado, lo mejor es tomarte el tiempo y lavarlas a mano.
Secalas sobre un repasador de algodón limpio y guardalas ni bien estén listas. Es un laburito, pero así evitarás roturas.