“El pinot es muy caprichoso” fue por años una especie de lamento de la industria vínica local a la hora de presentar sus vinos elaborados con la cepa ícono de Borgoña. Con esta frase los bodegueros hacían referencia a las exigencias de esta variedad en el viñedo. Es sabido que el Pinot, cual diva, expresa su disconformidad sin vueltas en vinos alejados de su principal virtud: la elegancia.

Pero hay que ser justos, no todo era culpa de la uva. Este descargo que hacia referencia a los antojos del varietal, también se convirtieron en una excusa para elaborar Pinot Noir con perfil de Malbec. Una especie de estrategia de las bodegas para que la los vinos tengan aceptación en el mercado. En el backstage era frecuente escuchar que ese estilo de Pinot recargado era la coartada para evitar que el consumidor menosprecie a la cepa por su color ligero y cuerpo delgado en tiempos de vinos briosos.

Y si bien es cierto que a lo ojos de muchos consumidores el Pinot resulta curioso, lo cierto es que otros, interesados en ampliar su paladar, sentían una profunda frustración al encontrarse con vinos caudalosos y compactos cuando buscaba un tinto atéreo y aligerado como el que prometía la contraetiqueta.

Por suerte ni los consumidores ni los enólogos bajaron los brazos ante los que parecía una quimera y el tiempo logró resarcir a ambos bandos. Por su lado los winemakers le tuvieron paciencia Pinot y atendieron sus caprichos en los viñedos de clima frio y mediante elaboraciones menos intervencionistas. Mientras que los consumidores finalmente se encontraron con vinos ligeros, vivaces y sutiles que buscaban. Asi las cosas hoy los tintos de Pinot Noir son una tendencia en ascenso en la góndola con estilos para todos los paladares pero ante todo con buena tipicidad varietal.

Pinot para no pinoteros

Si sos de los que viene sumando desilusiones con este varietal lo ideal es que busques etiquetas que te permitan hacer las paces y aprovechar su sabor sutil. No conviene ir por los exponentes para fundamentalistas sino descorchar aquellos que proponen una transición gradual pero fiel al varietal. En este rango introductorio al Pinot Noir están los patagónicos Saurus (2014, $120) y Malma Finca La Papay (2015, $115) o el mendocino Críos Pinot Noir (2015, $120). Tres vinos de color rojo cereza brillante con una aromática de frutos rojos y negros fundidos con notas terrosas y de especias dulces aportadas por el roble. En paladar son de cuerpo medio y vivaces lo que asegura la reconciliación.

Pinoteo a precio lógico

Muchos consumidores entrenados en materia de Pinot Noir tienen claro que dar con un buen exponente cuesta unos cuantos pesos. Y es cierto por años los bueno Pinot se ubicaron en los estantes más altos de la góndola. Sin embargo, la metamorfosis de los últimos años permite dar con vinos francos y delicados sin necesidad de reventar la tarjeta de crédito. Hoy los hit en precio-calidad, con un perfil pinot-pinot que enamora son Altocedro Pinot Noir (2014, $225), Manos Negras Red Soil Select (2012, $230), Catalpa Pinot Noir (2014, $230), Humberto Canale Old Vineyard (2013, $220), 006 Aniello Pinot Noir (2015, $180) y Salentein Reserva (2014, $205). Todos alineados en frescura y altos decibeles de sabor pero sin exagerar y en sintonía con la elegancia que la cepa propone.

Paladares experimentados

Quienes nunca tuvieron reparo en invertir por los mejores Pinot Noir hoy están de parabienes. Básicamente por que hay una mayor disponibilidad de etiquetas que dio lugar a un amplio rango de precios que cubren espacios antes vacantes. Por ejemplo, Luigi Bosca Grand Pinot Noir La Consulta (2014, $380) y Salentein Single Vineyard (2013, $550) son etiquetas relativamente nuevas del mercado que dan cuenta de la renovación del sabor del Pinot en Mendoza, ideales para ocasiones especiales. Para completar esta lista no podrían faltar Marcus Gran Reserva (2013, $430) de estilo clásico y afable, Piel Negra de Bressia (2013, $535) con nervio y profundidad de sabor y Barda de Bodega Chacra (2014, $600), delicado como pocos en el mercado. Cada uno con su identidad y expresión, todos ofrecen un up-grade sensorial que los convierte en vinos ideales para atesorar en la cava o sorprender invitados en ocasiones especiales.

Pinot nerd

La tendencia de elaborar vinos extremos y alejados del mainstream que propone el mercado también se observa entre los pinot noir. De hecho es una de las cepas ideales para hacerlos ya que detrás de su carácter se enfilan muchos enólogos y entusiastas que no tienen reparos en correr riesgos en pos del sabor y la identidad del terroir. Por esto mismo algunos buscan en zonas que otros evitan o bien aplican vinificaciones menos convencionales. Para los nerds del vino los que se deben tener en cuenta son son, por ejempo, Revolver de Leo Erazo (2014, $280), desnudo y mineral, elaborado con uvas de Gualtallary, Costa & Pampa proveniente de un viñedo oceánico de Chapadmalal (2014, $220), Zorzal Eggo Filoso (2013, $375) fermentado en huevos de hormigón y con una acidez incisiva mientras desde El Cepillo, uno de los parajes más levados del Valle de Uco, Pintom (2015, $480) es un ejemplar exótico que sorprende con carácter y tensión.

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.