Pocas veces en la vida el bebedor de vinos se encuentra con una tentación tan grande: probar a destajo ni más ni menos que la crema y la nata de los vinos locales, en una cata entre técnica y amigable, que busca sentar a una misma mesa a bodegueros, enólogos y consumidores. De eso se trata la Premium Tasting, cuya última edición cerró el viernes pasado en Mendoza, de la que participaron 420 catadores.
Organizado por el Hotel Intercontinental de Mendoza y creado por Nicolás Aleman, la Premium, como se la conoce, va por su 6º edición. En cada una de ellas, propuso un punto de acercamiento para entender de qué va la alta y la ultra gama local.
Para definir qué vinos participan, el criterio es simple: etiquetas que hayan sido puntuadas por catadores internacionales como Robert Parker, Stephen Tanzer y otros, por arriba de 92 y 93 puntos. En otras palabras, lo más reputado, que en el fondo se traduce en un amplio rango de precios de vino: entre las 33 muestras de este año se recorría una abanico tan amplio como el que va desde los 175 pesos para un blanco salteño hasta los 3750 para un tinto mendocino.
Conducida por la mejor sommelier de argentina Paz Levinson, y cuarta a nivel mundial, en compañía del sommelier Aldo Graziani y el periodista chileno Patricio Tapia, el recorrido planteado por los vinos permite deshojar algunas conclusiones útiles para los consumidores en busca de perlitas.
Pileteros de country
Es interesante observar que en la estratósfera de los precios se cuelan nuevos estilos de vinos. Lo que supo ser una monolítica oferta de tintos gordos y maduros, hoy propone también tintos delgados, de tensión y buen jugo. En ese sentido, uno de los descriptores más utilizados a la hora de referirse a estos nuevos vinos de “sed”, en el sentido que refrescan e invitan a beber, fue “piletero”. Claro que cuesta imaginar que alguien pague una botella de 600 pesos para descorchar en la pelopincho. Sin embargo, merece atención el cambio de estilo, propuesto por vinos como Ji ji ji (2015, $200), Concreto (2014, $630) y Demente (2013, $520), que son la antípoda de los estilos conocidos.
Al mismo tiempo, en Malbec hay un giro que se viene anunciando y que, al menos en los vinos de la Premium, se evidenció cabalmente: ofrecer sabores diferentes según el origen. En ese sentido, merece plena atención Salentein Reserve (2013, $200) para Los Árboles, Tunuyán; J. Alberto (2014, $630) Alto Valle de Río Negro; Primeras Viñas (2013, $530) para Luján de Cuyo.
Lo más interesante, sin embargo, es constatar que, finalmente, son cada vez más los tintos que no apelan al exceso y al impacto para seducir al consumidor. Por el contrario, vinos de cuerpo medio y andar suelto, de frescura y con texturas suaves, se llevaron buena parte de la cata, cuando en las últimos ediciones eran rarezas. ¿Cuáles? Tinto Negro La Escuela Malbec (2012, $350), Eggo Cabernet Franc (2015, $375), Zaha Malbec (2013, $430).
Clásicos maduros
En materia de estilos maduros, sin embargo, se observa una linda vuelta de rosca, en donde la madera deja de ser protagonista para abrir el juego hacia el sabor del vino: fruta madura y especias, poca vainilla y nada de humo. Así son, por ejemplo, Trivento Golden Reserve Cabernet Sauvignon (2012, $260), Trapiche Terroir Series Coleto Malbec (2012, $640), Casarena Owen’s Vineyard Cabernet Sauvignon (2013, $325), El vuelo del chamán (2012, $550), Nicolás Catena Zapata (2012, $1890) y Antología XXXV (2010, $3745).
Seminarios Premium
El día previo a la Premium Tasting, se realizó un día de seminarios sobre vinos. Tres marcan la cancha para el futuro. Uno, La nueva vida del semillón, sobre el redespertar de este blanco. Dos, Garnacha, más que nada sobre los estilos posibles para tintos ligeros, ya que de la variedad hay solo 22 hectáreas en Argentina. Identidad de Malbec por terroir, que presentó un estudio sobre las identidades aromáticas del varietal según las diversas regiones. Todos temas que darán que hablar.