La semana pasada se presentó la primera cosecha de “Primogénito Sommelier” un blend elaborado por las ganadoras del último concurso “Mejor Sommelier de la Argentina”, Flavia Rizzuto, María Mendizábal y Paz Levinson. Convocadas por Bodega Patritti para emprender este proyecto, las sommelier trabajaron codo a codo con los enólogos de la casa, el residente Nicolás Navío y el consultor Mariano di Paola. ¿La idea? Rendir un homenaje al oficio de las botellas e invitarlas a crear una con su sello distintivo.
El equipo formado por los sommeliers y los enólogos, luego de catar diferentes vinos, eligieron seis muestras seleccionadas y en todas había una base de Cabernet Sauvignon. El corte final tiene 40 % Cabernet Sauvignon, 25% Malbec, 25% Merlot y 10% Cabernet Franc es el que ahora ve la luz con la cosecha 2012 y estará en góndola a $ 495.-.
Bodega Patritti elabora vinos de alta calidad desde 2003, está ubicada en el Valle de San Patricio del Chañar, Patagonia Argentina. Desarrollan las variedades Malbec, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot, Cabernet Franc, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Torrontés.
El vino tiene un fin benéfico: el 15% de la recaudado por la venta de sus 3300 botellas va a las arcas de la Asociación Argentina de Sommelier, a fin de financiar los estudios de otros amantes de los vinos.
Cada vez más trabajos
Los sommeliers hoy trabajan desde el servicio a la consultoría, pasando por la degustación hasta la comunicación del vino. En los últimos años, sin embargo, se volcaron a la elaboración de la mano de enólogos famosos. El vino de Patritti se inscribe en esta tendencia.
Entre los sommelier que ya presentaron vino propio, Paz Levinson, candidata de Argentina a quedarse con el título de Mejor Sommelier del Mundo en el próximo Mundial de Sommelier (Mendoza, del 15 al 20 de abril próximos), elaboró “Paso del sapo” en la cosecha 2012. Un Chardonnay producido con uvas del paraje homónimo en Chubut, cuyo labor neológica estuvo a cargo de Matías Michelini.
También Agustina de Alba, mejor sommelier de Argentina en dos oportunidades, elaboró el suyo en dupla con otro Michelini, Juan Pablo. Inspirados en los Illia Kuriaki, la dupla de sommelier y enólogo hicieron un blanco de base Riesling. En el 2014 salió a la luz como “Blanc de Alba”, hoy un vino difícil de conseguir.
El sommelier Roberto Romano, quien fuera el hombre de los vinos en Tarquino, produjo su vino. Desde el 2008 había soñado con hacer un tinto animado por conversaciones que había tenido con referentes de la enología. Llegando el 2013, junto a David Bonomi, crearon la marca “Barocco” en donde debutaron con un Viognier, un Malbec y un vino de Corte prometiendo un cuatro vino para terminar de representar los elementos de la naturaleza: Agua, Fuego, Tierra, Aire.
Emiliano Rodríguez Egaña