Hace cosa de semanas Diane Keaton lanzó su propio vino al mercado norteamericano. La actriz, que supo encarnar personajes legendarios de comedia, desde Annie Hall en la película homónima a Annie Paradis en El club de las divorciadas, entró al mundo del vino con The Keaton. Así se llama su red blend y viene con una leyenda provocativa en la etiqueta: “Tinto robusto. Servirlo con hielo. Probalo”.
Los reaccionarios pusieron el grito en el cielo. “¿Cómo se atreve una actriz a lanzar su primer vino con semejante desafío explícito a la tradición?”, se sulfuraron. Keaton, con una sonrisa arrugada y sardónica, les contestó que ella desde siempre tomó el vino con hielo y que lo seguiría haciendo. Así la muestran las fotos, con un vaso ancho en el que unas rocas remedan icebergs en un mar tinto. Y confió: “me aficioné al vino con hielo en Nueva York, en los 70, cuando no tenía aire acondicionado y no quería renunciar a tomarlo por el calor.”
Lo importante del caso es la provocación y la simpleza lisa y llana con que sostiene su gusto frente a la sofisticación. No es la primera ni será la última marca que zarpa a la góndola con una propuesta helada. Hay, sin embargo, algo preciosamente urticante en su propuesta: se trata de reivindicar la práctica incorrecta, en nombre del gusto y uso personal.
Puestos a elegir, siempre será mejor tomar un tinto ligeramente diluido y fresco por el hielo, a dejar de beberlo. Para los más puristas, hay sustitutos plásticos, rocas de granito freezable y hasta chaquetas térmicas para las copas que evitan la dilución. Forman parte de una ortopedia tradicional disponible para corregir el gusto de cada cuál. En cualquier caso, como ofrecen hoy Chandon Délice o Norton Cosecha Tardía Rosado, a veces es mejor con abundante hielo para refrescarnos. En tiempos de primaveras heladas y veranos tropicales, la provocación de Keaton es más valiosa que las almidonadas verdades. A modo de remate, como salida de un guión de Woody Allen, dijo en la presentación : “el hielo no será sofisticado, pero tampoco lo soy yo”.
Y vos, ¿estás con el hielo o en contra?
Joaquín Hidalgo
Esta nota fue publicada en La Nación Revista el domingo 29/11/2015