bodegas en San Rafael

¿Qué bodegas vale la pena visitar en San Rafael?

Con más de 350 mil viajeros al año y un paisaje de viñedos y ríos, San Rafael es la ciudad del sur mendocino para maridar buenas copas con aventura.

Emiliano Rodríguez Egaña

Rutas del vino, Vinos

Grandes ríos, diques, montañas y un oasis de alamedas y viñedos en mitad del desierto. Esa es la promesa de San Rafael para le visitante. No es poca cosa. Ubicada a 232 kilómetros de Mendoza capital, la ciudad construida entre el río Diamante y el Atuel, atrapa por sus calles anchas y sumamente limpias, y porque la naturaleza está justo a la vuelta de la esquina. Canopy por laderas del cañón del Atuel, rafting por el mismo río, windsurf y kayak son algunos de los atractivos. Pero hay otro, más interesante para el viajero del vino. Lo que atrapa de San Rafael a quien busca una buena copa es la cercanía de las bodegas a la ciudad y la distinción de sus vinos: un Cabernet Sauvignon que siempre enamora, el Bonarda que se propone como una revelación en la zona y un Chardonnay, aromático, de elegancia singular.

6 bodegas para conocer

Las hay de todo tipo y tamaño. Sin ir más lejos, en un recorrido por cualquiera de sus circuitos abundan los carteles que invitan a una degustación entre espalderos. ¿En cuál detener la marcha? Hay que tener un dato en cuenta: la región está muy preparada para recibir al viajero. De modo que, apuntando a cualquiera cuyas marcas son reconocidas, es difícil pifiarle. Las que siguen son número puesto.

Casa Bianchi: el principal atractivo de esta bodega está en la producción de espumosos por método tradicional, igual que en la champange. En eso, es casi única en Argentina debido a la escala de su producción. Claro que la elaboración de tintos como Famiglia Malbec o Enzo también ameritan una parada. Con visitas guiadas que parten cada media hora desde el visitors center –con vista al viñedo- a lo largo del trayecto destaca especialmente la cava, con techo abovedado y la estiba de los grandes vinos en torno, conocida como La Cúpula. La visita es gratuita, dura una media hora y termina con una cata de vinos. Ideal quedarse y comer una picadita gourmet con los vinos de la casa. De lunes a sábado, de 9.30 a 12 y de 14:30 a 18 horas; domingos de 10:30 a 12 y de 14:30 a 17:00 horas. Informes, escribir a [email protected]

Alfredo Roca: bodega familiar, en ella todos los integrantes del clan Roca están comprometidos con la vid. Ese es uno de los principales atractivos. El recorrido es guiado, dura unos 40 minutos y está pensado para aquellas personas que no conocen de vinos. Va desde el patio de vendimia hasta la sala de degustación. En el trayecto, no es raro toparse con Alfredo Roca o su hijo Alejandro –enólogos responsables- y conversar con ellos sobre su pasión. Al final, ofrecen una degustación gratuita de un varietal. Para otros vinos, consultar el precio. Buenos ejemplares para tentarse son Dedicación Personal Bonarda y su par, Chardonnay. Las visitas son de lunes a viernes desde las 8:00 hasta las 15:30 y los grupos no superan las 20 personas.
Otro plan, si se viaja en grupo de más de 8 personas, es almorzar en la bodega. Sólo con reserva previa. Más información rocawines.com

Algodón Wine Estates: la entrada a esta bodega es impactante, con un callejón que cruza los viñedos y discurre junto a una cancha de golf. Desde el vamos queda claro que en esta casa van más allá del vino. Y ofrecen un restaurante de primer nivel y un hotel con ocho lujosas habitaciones, pileta, golf y tenis entre otros amenities. La arquitectura es moderna, con mucho concreto a la vista, acero inoxidable y una linda sala de barricas. Las visitas cuestan 45 pesos y parten a las 10 de la mañana hasta las 17 horas, de martes a sábados, e incluyen degustación al final del recorrido. Buenos vinos para probar son el Pinot Noir de la casa, también la Bonarda. Más info en: algodonwineestates.com.

Bodega Goyenechea. Está entre las más lindas del país, porque ofrece un viaje el tiempo. Establecida en 1868 como una colonia agrícola en el desierto, además de la vieja bodega de ladrillo visto y techos con tirantes de madera, hay una tonelería, una sala de máquinas donde estaba la caldera de vapor que daba vida y nervio a las máquinas. Mención aparte merecen las largas calles abovedadas con plátanos y el jardín de la casa. La visita incluye el recorrido por las inmediaciones y una degustación de un vino. Por ejemplo, Quinta Generación Cabernet Sauvignon, Centenario Cabernet Sauvignon y 135 Aniversario Malbec 2010. Otros servicios, consultar. Son de lunes a sábados y feriados de 10:30 a 17:45. Más información en goyenechea.com.

Bodega Iaccarini. Reacondicionada y abierta en  2011, a contar de una vieja bodega de 1903, Iaccarini se propone como una casa en la que la historia está presente. Cuenta con un museo de maquinaria antigua muy pintoresco, nutrido con las herramientas y máquinas que encontraron al comprarla, perfecto para el visitante con ganas de conocer sobre el pasado del vino. Y ese es el otro atractivo: bajo un viejo techo a dos aguas, cubierto de cañas y con tirantes de madera, los tanques de acero inoxidable le dan un aspecto vintage y moderno al mismo tiempo. Realizan visitas guiadas de lunes a viernes, 9 a 16 horas sin cita previa. Recorrido gratuito y termina con una degustación. Conviene probar los Bonarda, Vía Blanca y Iaccarini y Iaccarini Chardonnay. Más info bodegaiaccarini.com.ar

Dónde dormir

La ciudad tiene una buena oferta hotelera con diversos estilos. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo dormir en el centro que en los viñedos, ni en precio ni en capacidad hotelera. Dos sitios que vale la pena tener en mente:

Hotel Tower Inn & Suites: un cuatro estrellas ubicado en el centro, con las comodidades propias de su categoría y concurrido casino. Cuesta unos mil pesos la noche. Más info: towersanrafael

Andes Lands: es un luminoso Bed&Breakfast en una antigua casona de estilo inglés, cuya galería cerrada da a un lindo parque. Ideal para quien quiera descansar del ruido. La habitación ronda los 750 pesos. Más información: andeslands

Algodón Wine Estate: es una posada de campo con estilo en la que descansar y recorrer viñedos. Perfecto para quien guste del golf. Cuesta unos 2 mil pesos la habitación. algodonwineestates.com

Emiliano Rodríguez Egaña

Imagen: Algodón Wine Estate

Autor

  • Emiliano Rodriguez Egana

    Es el mejor cocinero del mundo para los que tenemos el gusto de sentarnos a su mesa. Capaz de cruzar la ciudad por unas ostras o de sudar la gota gorda frente a un caldero durante horas, para el resto de los mortales es un estratega de la comunicación digital, el marketing de contenidos y otros tantos menesteres. Trabaja desde hace más de 18 años en medios digitales. Es el responsable de que no fallen los códigos de Vinómanos (plataforma que fundó en 2013), donde también escribe sobre su pasiones como la cocina, las bebidas, los viajes y la sobremesa.

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