
Los vinos de corte son el desafío favorito de los enólogos. Lograr una expresión única a partir de la unión de cepas es un arte para el que los franceses tienen un don especial. De ahí que Cheval des Andes corre con ventaja de origen.
Nacido de la unión entre Chateau Cheval Blanc, el reconocido Premier Grand Cru “A” de Saint Emilion, y la bodega mendocina Terrazas de los Andes, Cheval del Andes es uno de los blend tintos más prestigiosos de nuestro país.
Su viñedo, ubicado en Las Compuertas (Luján de Cuyo, Mendoza), es manejado como un Grand Cru bordelés donde conviven cepas centenarias de Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot y el corazón de la fórmula, Malbec.
Desde su primera cosecha en 1999 Cheval es sinónimo de la unión del terroir mendocino y el savoir-faire francés. O como le gusta definirlo a sus hacedores, la máxima expresión del assemblage.
Para su elaboración el equipo mendocino comandado por Hervé Birnie-Scott trabaja codo a codo con sus pares franceses a cargo de Pierre Lurton, CEO de Cheval Blanc. Juntos controlan y crian cada uno de los componentes del corte hasta alcanzar la elegancia y carácter que este vino demanda.
La nueva añada, 2010 ($500), es la versión más nueva en la historia de este Grand Cru. Y su secreto, la composición del corte: 60% Malbec, 20% Cabernet Sauvignon y un toque de distinción, aportado por un 20% de Petit Verdot.