
Una rockola brillante es lo primero que se ve al entrar al salón con luz tenue. A los costados, dos sillones con auriculares invitan a escuchar un tema Martini en mano, para disfrutar sin prisa.
Más allá, en la barra, un DJ hace sonar sus vinilos: rock, pop, cumbia, jazz, todo en su justa armonía. En una mesa, alguien pide unos mac & cheese y un plato de clam chowder.
La escena tiene algo de película, pero es real. El lugar se llama Víctor Audio Bar y abrió en febrero en Soler y Oro, CABA. Detrás del proyecto están dos pesos pesados de la gastronomía latinoamericana: los creadores de Tres Monos, el bar número 7 del mundo según The World’s 50 Best Bars 2024, y de Niño Gordo, la parrilla asiática que ocupa el puesto 34 en la lista de los 50 Best Restaurants de América Latina.
Es un bar, un restaurante, un espacio que propone el encanto de los listening bars neoyorquinos (inspirados en los Audio Bar de Japón) con una cocina que versiona los clásicos de la gastronomía yankee y una coctelería clásica que celebra a una estrella absoluta: el Martini.
Inspirado en el mítico sello RCA Victor, su nombre rinde tributo a una época en la que la música tenía peso, textura y presencia.
Una sociedad que se venía gestando
Detrás del proyecto de Víctor Audio Bar están los fundadores de Tres Monos —Seba Atienza, Charly Aguinsky y Gus Vocke—, reconocidos por su creatividad y precisión en la barra, y Niño Gordo —Pedro Peña y Germán Sitz—, creadores de una parrilla asiática que volvió a ser recomendada por la Guía MICHELIN.
La alianza, sin embargo, no es nueva: ya compartían proyectos como La Escuelita, un espacio de formación en gastronomía en el Barrio Mugica o el ciclo Calesita. Victor es la expresión natural de esa sinergia.

El lugar: un bar con estética de otro tiempo
Victor Audio Bar se inspira en la elegancia del diseño de los años ´50 y ´60, con maderas nobles, cuero, luces tenues y un diseño que remite a los clubes privados de la Nueva York de aquellos años.
La joya del espacio es su rockola con auriculares (dicen que la primera en el mundo): cada comensal puede elegir su tema sin romper el clima del lugar. Al fondo, un patio al aire libre ofrece la posibilidad de salir a otro universo en medio de la ciudad.
La música: protagonista con bandeja propia
En Victor, el sonido se vive. La cabina de DJ es parte de la barra y ofrece una experiencia analógica de alta fidelidad. La selección musical, curada por Pedro Peña, es distinta cada noche, pero no pierde la intención: que la música sea el hilo conductor.

Comfort food americano
“Queríamos que la cocina acompañara a la coctelería. Es un bar de Martinis y clásicos, así que buscamos una cocina americana elegante: sencilla, basada en excelente producto y bien ejecutada”, explica Germán Sitz.
La idea: una interpretación con productos locales de la cocina neoyorquina, simple pero con mucha técnica y sabor.
¿Qué comer? Además de los mencionados mac & cheese y clam chowder, hay platos para revivir emociones. Entre las entradas, varios homenajes: cocktail de langostinos, waldorf salad, hot dog (obvio, salchicha caserísima), papas fritas que salen con polvo cacio e pepe, kétchup, alcaparras y sour cream.
Entre los principales, se destacan el pollo frito con barbacoa, honey mustard, salsa verde, miel de jengibre, repollo -para compartir-; una hamburguesa infaltable que sale con cheddar, salsa y pickles y un repollo cajún con morrones asados, hongos, ciruelas y una salsa louisiana. Por supuesto, no falta la carne argentina: Rib Eye de 500 g con papas fritas.
A la hora del postre, los malvaviscos se roban todas las miradas. Llegan con fuego para quemarlos tal como si estuvieras en una peli yankee, con galletitas, chocolate y mermelada de naranja, para armar sanguchito. Una carta breve para disfrutar en modo bar.

La barra: el Martini en el centro de la escena
Si hay algo que define a Victor Audio Bar es su carta de coctelería, curada con precisión por el equipo de Tres Monos. “Queríamos invitar a la gente a redescubrir el mundo del Martini, rescatar los grandes clásicos y reivindicar su legado”, cuenta Sebastián Atienza.
Y agrega: “Mientras muchos bares apuestan por ingredientes exóticos y técnicas de vanguardia, nosotros decidimos volver a las raíces, pero con una ejecución impecable”.
La elección no es casual. Atienza explica que en Buenos Aires no existía un bar dedicado exclusivamente al Martini y a la coctelería clásica.
“Faltaba un espacio así. Además, a nivel global, el Martini volvió a ser uno de los cócteles más admirados. Es simple, elegante, sin azúcar, y tiene una mística que enamora a los bartenders y al público. Hoy -dice- está en plena tendencia en todo el mundo, y queríamos que Victor fuera parte de ese renacimiento”.
En la carta, que funciona como una línea de tiempo del Martini, se destacan:
- Martínez: el antecesor del Dry Martini, con Tres Monos Gin, Ginebra Llave, vermouth Cocchi Di Torino, Marrasquino y Bitter Angostura.
- Porn Star Martini: un clásico moderno con Smirnoff, Chandon, maracuyá y vainilla.
- 50/50 Martini: ideal para principiantes, suave y equilibrado.
- Espresso Martini: de los ´80 al hit actual.
- Wet, Dirty y Dry Martinis: para elegir el grado exacto de sequedad y personalidad.
Cada receta fue desarrollada tras una minuciosa cata y blending de vermouth, gin y vodka.
GPS
Victor Audio Bar. Soler 5130, CABA. Martes a sábados desde las 20. Reservas: victor-audio-bar.meitre.com IG: @victoraudiobar

GLOSARIO
- Martini: trago consagrado en la escena global. Se prepara con gin y vermouth seco, y generalmente se lo decora con, al menos, una aceituna. Desde hace años se acepta que puede hacerse también con vodka.
- Clam chowder: se conoce como chowder a una sopa espesada con harina y enriquecida con panceta, papas, cebolla. En el caso de la clam chowder, se le suman frutos de mar.
- MICHELIN: guía gastronómica creada por los hermanos franceses André y Édouard Michelin, fundadores de la compañía de neumáticos Michelin, para ofrecer información útil a los viajeros. Con los años se convirtió en un emblema de jerarquía gastronómica. Para restaurantes y chefs, recibir una estrella MICHELIN es un gran reconocimiento de excelencia.
- Comfort food: comidas elaboradas en base a alimentos que evocan sentimientos de nostalgia, bienestar y seguridad. Son platos simples, caseros y tradicionales que transportan a la infancia, a momentos felices con la familia o a recuerdos agradables.