
Con el inicio de la vendimia 2025, Mendoza vuelve a ser protagonista en el mundo del vino. La combinación de clima favorable y prácticas innovadoras ha generado grandes expectativas en la industria.
Para conocer de primera mano qué se espera de esta cosecha, conversamos con Alejandra Riofrío, enóloga de la bodega Navarro Correas, quien compartió su visión sobre el proceso y los desafíos que enfrentan tanto la vitivinicultura argentina como la casa.
Vendimia 2025: madurez excepcional
¿Qué diferencia a la vendimia 2025 de otras?
Esta cosecha proviene de un verano con temperaturas altas durante el día y la noche, por lo que se adelantó entre 7 y 10 días, un fenómeno que se ha vuelto cada vez más frecuente en la región. Sin embargo, la sanidad de la uva es excelente, lo que hace prever una cosecha con gran potencial.
¿Cómo impactan las variaciones climáticas en el perfil sensorial de los vinos de este año?
Los días calurosos ayudaron al desarrollo de los polifenoles, lo que permitirá obtener vinos con gran carácter. La primavera del 2024 se presentó con temperaturas moderadas que favorecieron un cuaje uniforme de la vid. A diferencia de otros años, en los que las heladas y el granizo pusieron en riesgo la producción, esta temporada fue más estable. Las altas temperaturas favorecen al perfil de fruta madura, colores intensos y taninos robustos. Por eso esperamos vinos con cuerpo, maduros y de gran color.
Recientemente Navarro Correas presentó en el mercado el restyling de sus espumantes. ¿Cómo serán los de cosecha 2025?
Los Chardonnay este año presentan una madurez excepcional, y en ellos va a prevalecer la fruta y la acidez. Tendremos espumantes frescos, aromáticos, de muy buen balance.

¿Qué estrategias implementa Navarro Correas para garantizar la calidad en un año de cosecha abundante?
El compromiso de trabajar con los mismos productores año tras año nos permite tener un conocimiento del desarrollo de las plantas y en función de esto se planifican cuidadosamente las cosechas para hacer un procesamiento rápido de la uva. Además, estamos incorporando innovaciones que mejoran la calidad y eficiencia, con nuevas tecnologías en la vendimia y producción. La cosecha mecánica nocturna, cada vez más utilizada en la bodega, permite recolectar la uva en el punto justo de maduración y reducir la necesidad de refrigeración. Y la introducción de nuevas levaduras en las variedades tintas busca evitar la aparición de microorganismos no deseados y lograr fermentaciones más precisas.
Perspectivas excelentes
¿Cuáles son las tendencias en el consumo de vinos que están influyendo en la producción actual?
El mercado se ha inclinado hacia perfiles más frescos, frutados, con menos graduación alcohólica.
¿Cómo ves el futuro del vino argentino en los mercados internacionales?
Indudablemente el mercado seguirá creciendo, sobre todo en el segmento medio de precios, impulsado por nuestra variedad estrella, el Malbec. El 2025 será un año clave para consolidar mercados estratégicos como América latina y Reino Unido. Además, la eliminación de impuestos en ciertos segmentos representa una oportunidad para potenciar la media y alta gama.
¿Qué perspectivas tiene a tu criterio el mercado de vinos espumantes para la Argentina?
El consumo va incrementándose debido a que hay excelentes espumantes en el mercado con muy buena relación precio-calidad. Pero no solo por eso: también porque se han generado nuevas ocasiones de consumo y se utiliza como base en la coctelería.
