Cuatro veces al día tenemos la oportunidad de llevar un bocado a nuestros labios y descubrir un mundo de sabores, texturas, aromas y sensaciones. Pocas deben ser las personas que no anhelen el momento de sentarse a comer, más aún si se viene uno de nuestros platos favoritos.
Pero la magia de la comida no solo está en el gusto y el olfato, sino que también atraviesa la vista.
Y hay quienes tanto empeño le ponen a la parte visual que podés llegar a encontrarte con un plato perfecto, a punto tal que no quieras ni probarlo por no romper esa armonía. ¿Te pasó alguna vez?
Acá te mostramos 10 comidas que te la hacen difícil
Tortas que conmueven
Una de las áreas gastronómicas que más énfasis pone en la decoración de sus preparaciones es la pastelería. Hace poco te mostramos la capacidad de algunos genios de lo dulce para crear tortas hiperrealistas, pero no son las únicas que te va a dar pena cortar.
Parece que algún nostálgico pidió para su cumpleaños una torta que le recordara buenas épocas de la infancia y el pastelero se lo tomó muy en serio. Los recuerdos en la calesita de la plaza se materializaron en seis pisos de pura azúcar, con flores, volados, caballitos y tonos pasteles.
No importa qué tan frío tengas el corazón: parece difícil que te animes a meter el primer cuchillazo en esa obra maestra.
Si te gustan las series de época, donde las mujeres usan grandes vestidos y tocados en la cabeza mientras esperan que algún caballero pida su mano al padre, tenemos la torta perfecta para tu casamiento.
En este diseño predomina el verde, con una textura que simula un arbusto y que, a la vez, es un arco de entrada a ¿un castillo? Podemos imaginar que sí por los barrotes de entrada, adornados con oro. Digna de un cuento de hadas.
Dulces en su versión mini
No creas que son los numerosos pisos de una torta lo que la hacen difícil de comer. Es probable que las versiones miniatura también te presenten problemas.
Una tienda de snacks de Japón la rompió en sus redes sociales con unas mini tortas que parecen tejidas al crochet. No conformes con la esponjosidad propia de este pequeño postre, hicieron almohadones y carteras con una textura que simula lana. Y vos todavía aprendiendo a tejer a dos agujas…
Si lo tuyo es la naturaleza o el balcón de tu casa parece una selva, también hay opciones para vos, como estos cupcakes de cactus y suculentas. No te preocupes que no pinchan.
Estas pequeñas tortitas se venden en un local de Inglaterra llamado Kerry’s Bouqcakes, que se especializa en decorar sus productos con flores y otros tipos de plantas de tal forma que parezcan reales. Un jardín delicioso.
Barroco tal vez
Ya hicimos un buen repaso de dulces que te van a traer algunas dificultades a la hora de meter tenedor y cuchillo. Pero, ¿qué pasa con los salados?
Aunque te parezca que este tipo de cocina no requiere tanta ornamentación, hay quienes estudian y trabajan día a día para convertir sus platos en una obra de arte.
Joyce Mrad aprendió por su cuenta a cocinar y se autodenomina “arquitecta de la comida que crea obras de arte comestibles”. No muy humilde, sí, pero cada una de sus publicaciones en Instagram demuestran que es un título merecido.
Su estilo es romántico, pero no sobrecargado y suele elegir los colores pasteles, como estas pastas rellenas con forma de rosas y crema verde. Joyce prepara todo de forma casera: la masa de color fucsia, el relleno de ricota y nuez, y la crema de arvejas.
Dieta estética variada con frutas y verduras
No solo las harinas pueden ser una obra de arte. Hay quienes se dan maña para encontrar belleza también en las verduras.
Kathrin Koschitzki es una fotógrafa de comida que descubrió la forma de convertir lechugas y alcauciles en una hermosa flor. Bueno, es verdad, la parte comestible del alcaucil es una flor. Pero Kathrin logró hacerla aún más bella.
Además de dedicarse a la fotografía, es chef y deja algunos consejos sumamente interesantes para quienes reproduzcan sus recetas: la clave está en usar ingredientes de buena calidad, desde la harina hasta la carne.
Y no olvides que tanto los hornos como quien pone sus manos al cocinar funcionan de formas diferentes y personales. Así como cada fruta y verdura tiene distinto sabor según la zona, reconciliate con tu cocina y tus capacidades para crear.
Una cocinera que logró hacer magia con sus dotes es Ana Snow, que se denomina “apasionada chef casera” y comparte en su cuenta de Instagram recetas con verduras y frutas.
Ella es la muestra de que no hace falta mucho para lograr una obra de arte sobre el plato. Con algunas “colitas” de morrones de distintos colores y una burrata, obtiene una preparación sumamente atractiva.
El secreto está no solo en usar buenos ingredientes sino también en la escala de colores, que van del violeta al verde claro, pasando por rojo, bordó, naranja y amarillo. Todo sumergido en una pileta de aceite de oliva. Compro.
Emplatados mágicos
M0mmyEats (nombre bajo el cual elige hacerse conocida en Instagram) se dedica a los bienes raíces, pero no es su único talento. Sin ningún tipo de entrenamiento profesional en la cocina, logró la fama en redes sociales por sus emplatados.
Con recetas donde prevalecen los pescados y mariscos, esta cocinera amateur hace magia con poco y deja a más de un gastronómico de Palermo pasando vergüenza.
Por ejemplo, se luce con este plato que lleva tuiles -una galleta fina y crocante- de pimienta y limón con forma de hoja, acompañadas por rollitos de salmón ahumado, láminas de palta y finas tiras de pepino. Sin dudas el plato negro de fondo ayuda al contraste de colores.
Otra preparación que combina rollitos ahumados y hojas es la ensalada otoñal del restaurante del famoso chef Gordon Ramsay, dueño de su propia cadena, presentador televisivo y recordado por su habitual maltrato a los participantes de su reality. ¡Sí, chef!
Dentro del escueto menú de sus locales podés encontrar una ensalada que lejos está de ser vegetariana, con remolacha, pato ahumado, moras y hojas de flor capuchina. (sí, como ya te contamos antes, muchas hojas son comestibles).
Ante las obras de estos cocineros con talentos plásticos, la foto es obligatoria. Así que todos sus platos -como la venganza, pero más ricos- se comen fríos.