Nos encanta descubrir vinos nuevos y mucho más, compartirlos. Por suerte, la vitivinicultura argentina es una usina interminable que nos permite disfrutar de grandes etiquetas y seguir sorprendiéndonos con novedades. Esta vez nos enfocamos en 10 proyectos de pequeños productores que son ideales para los buscadores de curiosidades.
10 pequeños productores de vino
1. Bodega La Macarena, un reencuentro con La Rioja
Bodega La Macarena, un emprendimiento joven con un fuerte arraigo familiar en el Valle de Anguinán -a 7 kilómetros de Chilecito en La Rioja- rinde homenaje a Isidoro, el abuelo de Macarena Herrera, quien comenzó el cultivo de uvas en la década de 1970. Es una bodega moderna equipada con tecnología de vanguardia e integrada al paisaje de este valle ubicado entre las sierras de Velasco por el este y la sierra de Famatina por el oeste, una zona con notables variaciones térmicas.
Los vinos para descubrir esta bodega son Tinkunaco Torrontés y Tinkunaco Malbec, dos etiquetas que proponen elevar la industria vitivinícola de La Rioja. La Macarena valora la historia de la región, y Tinkunaco encarna la convergencia de generaciones en un solo proyecto, honrando tanto el legado del pasado como la visión del futuro.
“La Rioja tiene muchísimo potencial. Si bien hay trabajo por realizar en materia de industria, los vinos riojanos están a la altura de otros mercados importantes como Mendoza o Salta”, comenta Macarena Herrera.
2. CoeurSair, vinos con libertad, pasión y compromiso
CoeurSair es un proyecto innovador liderado por el enólogo Luis Coita Civit y el productor Pablo Prea. Sus vinos se inspiran en la figura del corsario, explorador de nuevos horizontes, y se caracterizan por su “máxima intervención”.
Utilizan uvas de zonas extremas de Mendoza, buscando altitud, viñas viejas y suelos restrictivos para expresar la singularidad de cada variedad. Sus primeros vinos son un Semillón de El Peral, un Sauvignon Blanc de San Pablo, un Grenache Rosé y un Pet Nat Grenache Rosé, estos dos de Alto Agrelo, cuyas etiquetas reflejan aventuras piratas y la búsqueda constante del terroir.
“Si bien utilizamos técnicas de elaboración que respetan la materia prima y que son consideradas naturales, nos define el concepto de vinos de máxima intervención porque desde que seleccionamos las uvas, pasando por el momento de cosecha y luego en bodega, intervenimos constantemente con decisiones sobre el destino de este vino”, explica Coita Civit sobre el trabajo minucioso que hacen.
3. Bizzotto Family Wines, vinos con mucha historia y poco cuento
Bizzotto Family Wines es el proyecto personal del experimentado enólogo Federico Bizzotto, que rinde homenaje a tres generaciones de tradición vitivinícola. Lanzado en 2021, busca continuar el legado familiar en la elaboración de vinos con uvas de alta calidad del Valle de Uco, Mendoza, en colaboración con Domaine Le Billoud.
La línea incluye ZZ Semillón, TT Blend, TT Malbec y ZT Rosé de Malbec y Cabernet Franc, todos de edición limitada. Estos vinos reflejan la pasión, el corazón y la identidad de Bizzotto, destacando su versatilidad y el equilibrio entre audacia y respeto por la tradición.
“Hacemos nuestros vinos con pasión, con corazón, y con sentido de pertenencia. Con una personalidad única pero un estilo versátil, buscamos ser audaces pero con criterio y respeto, volando bajo pero soñando alto, muy alto”, dice Bizzotto.
4. Tajúngapul Wines, vinos frescos y originales
Tajúngapul Wines, proyecto sin bodega ni enólogo propio, lanzó nuevas cosechas: Tajúngapul Malbec 2021, Tajúngapul de Montaña 2020 y Tajúngapul del Valle 2021. Fundado por el sommelier Leo Dal Maso y el farmacéutico Roberto Carluccio, el proyecto se centra en vinos fáciles de beber y con una excelente relación calidad-precio.
Creados en colaboración con diversos enólogos, estos vinos reflejan la amistad que inspiró el proyecto y se presentan con etiquetas atractivas. Las nuevas añadas incluyen un Malbec fresco, un vino de montaña con crianza en roble y un ejemplar profundo que encarna la tipicidad del Valle de Uco. Tajúngapul busca ofrecer vinos versátiles y de calidad.
“Pensamos un vino, pensamos su estilo y después buscamos un enólogo que sea apropiado para esa etiqueta. Cuando elegimos a un enólogo es porque en su naturaleza tiene un estilo que se adapta a lo que queremos”, cuenta Leo Dal Maso.
5. A Corazón Abierto, microvinificaciones y precisión
El proyecto personal del enólogo Leandro Azin, A Corazón Abierto, nació en 2010 a partir de unas microvinificaciones en barrica. Desde ese momento, Azin se propuso elaborar vinos de alta gama con un estilo argentino, usando solo uva y barricas.
Las uvas son de la IG Los Chacayes y en los vinos se destaca la expresión del terroir enfatizando la transparencia, algo que se puede apreciar en etiquetas como a Corazón Abierto Etiqueta Negra Malbec 2018, a Corazón Abierto Etiqueta Blanca Malbec 2018, a Corazón Abierto Etiqueta Negra Cabernet Franc 2018 y a Corazón Abierto Gran Corte 2017.
6. Homo Felix y la felicidad de hacer vinos
Homo Felix es el proyecto personal de Patricio Eppinger en el que plasma su pasión por la viticultura y su vínculo con la naturaleza, trabajando con paciencia y dedicación para lograr vinos excepcionales. Su primer vino fue Homo Felix Gran Corte 2010, etiqueta que hoy ya cuenta con su edición del 2018 en la que combinan Malbec de Gualtallary con Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon de Alto Agrelo. La elaboración estuvo a cargo de Eppinger junto al winemaker Bernardo Bossi Bonilla y el reconocido agrónomo Marcelo Canatella.
Para 2024 prometen sumar un Malbec de Gualtallary, un Cabernet Sauvignon de Agrelo y un Chardonnay 2023 de Los Chacayes, enfocados en la relación entre suelo, planta y clima.
7. 3SAPAS, convirtiendo vino en vida
Esta nueva bodega mendocina nace de la mano de tres socios suizos interesados en elaborar vinos de calidad con un fuerte énfasis en la sostenibilidad. El proyecto se originó a raíz del amor por la naturaleza y la pasión por el vino, pero el principal objetivo de 3SAPAS es convertirse en una bodega “carbono negativa” y para esto se comprometieron a plantar un árbol por cada botella vendida.
Los viñedos están ubicados en Tupungato, Valle de Uco, y allí obtienen los frutos para un Cabernet Sauvignon, un Malbec Reserva y un Malbec Gran Reserva, todos con etiquetas que celebran la fauna en peligro de extinción.
8. Elefante Wines, amor por Pedernal
Juliana Rauek y Felipe Azcona se conocieron estudiando en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo en Mendoza, se enamoraron y decidieron instalarse en San Juan para formar una familia. En 2013 comenzaron a elaborar vinos artesanales hasta que descubrieron el Valle de Pedernal y las uvas de este terroir los conquistaron.
Por todo esto, ambos aseguran que Elefante Wines combina amor por la familia, el vino, la tierra y el Valle del Pedernal. Hoy cuentan con una bodega histórica en Santa Lucía donde conservan la esencia del pasado, mientras modernizan la producción de todas sus líneas de vinos: Elefante Blanco, Elephant Gun, Elefante (in the room), Un Elefante en un Bazar, Memoria de Elefante y A Través de mis Ojos.
Para todos los vinos realizan cosecha manual y son muy rigurosos en cuanto a la calidad y autenticidad, un rasgo que ya los convierte en referentes de la región.
9. Cimarrón Wines Co: agitando San Rafael
Esta bodega de San Rafael fue creada por el ingeniero agrónomo Lucca Stradella, quien sorprendió a muchos cuando presentó el primer vino cuya etiqueta fue diseñada con Inteligencia Artificial, Entre Gallos & Medianoche.
Recientemente Cimarrón Wines Co lanzó La Contienda San Rafael 2022, un Malbec que rinde homenaje al pasado vitivinícola de la familia fundadora, con raíces en la finca Doña Constanza Estate en Cuadro Benegas, San Rafael. Producido con uvas de viñedos orgánicos, el vino refleja el terroir único de la región, con un gran potencial de guarda y elegancia.
10. Bodega Kindgard, conquistando la Quebrada
Dirigida por Diana Bellincioni -enóloga que conocemos por su trabajo en Mil Suelos con Alejandro Sejanovich- junto a su primo Adolfo Kindgard y su esposa Mercedes, Bodega Kindgard está ubicada cerca de Purmamarca, a 2200 metros de altitud en plena Quebrada de Humahuaca (Jujuy). En la viña, plantada en 2019, cuentan con Malbec, Cabernet Franc y Syrah que dan vida a sus Copleras. Por otro lado, para la línea Sacha Tigre adquieren uvas de pequeños productores, como sucede con su exquisita Sacha Tigre Criolla Quebradeña. En un futuro cercano piensan extender el viñedo con cepas Garnacha y Riesling para aprovechar las condiciones extremas de la región.