¿Quién no quiere a la Peque Pareto? Pocas personas generan admiración unánime como la que recoge esta deportista, quien fue Campeona Olímpica, Mundial y Panamericana de judo. Pero ahora, además, se le celebran sus triunfos reposteros: la ex atleta y traumatóloga, de 36 años, en paralelo a su buen desempeño en el reality MasterChef abrió Pareto Caffé en San Fernando, su bonaerense ciudad natal. Se rodeó de algunos de sus familiares y afectos más cercanos y nos contó con lujo de detalles cómo vive este nuevo desafío para el que cambió el judogi por el delantal.

Pareto CafféPareto Caffé: Like a Rolling Scon

A la hora de pensar el desarrollo del café, ¿cuánto influyó en vos la enorme exposición televisiva a partir del reality?

En realidad era un emprendimiento que veníamos pensando y construyendo, y luego surgió la propuesta de MasterChef. Pero no hubo una conexión directa, pese a que se fue gestando medio a la par. Hubo trabajo previo que estaba en marcha.

¿Qué roles desempeñás acá, en el café?

No tengo un rol particular: me pongo a lavar platos, a cocinar, a atender, a sacarme fotos con los clientes o me encargo de algunas cuestiones vinculadas con la mercadería. En cambio, el resto del staff está en el día a día. Vengo cuando puedo, sin ir más lejos hoy es sábado, hice mi parte médica y acá estoy. Sin embargo, al mediodía me voy porque tengo un partido de fútbol (risas) y vuelvo a la tarde. Pero siempre hay mucha gente detrás de escena.

¿En qué consiste la carta? ¿Cómo fue diseñada?

Fue armada en base a lo que a nosotros nos gustaba y consideramos que sería del agrado de los demás. Siempre tuvimos claro que, siendo una cafetería, queríamos lograr un buen café, acompañado de algo rico, dulce o salado. Como tenemos horario de corrido, ofrecemos almuerzos básicos más el menú del día. Lo vamos resolviendo a diario, porque queremos que sea lo más fresco posible. También contamos con opciones veganas y sin TACC para que todos puedan venir a disfrutar.

La carta de Pareto CAffé tiene algunos hits, uno de ellos, la famosa torta blanca (claras batidas a nieve, crema y chocolate blanco) …

(Risas) ¡De hecho, comenzamos a hacer la torta blanca porque la empezaron a pedir y pedir! No estaba en el menú inicial. Ahí si hubo impacto televisivo: ni yo la conocía antes de hacerla. Siempre que está, sale; estamos contentos, es la favorita de los clientes.

Otros que son muy requeridos son la key lime pie, orange pie y los scones dulces y salados, especialmente los rellenos: ¡con el de rúcula, queso blanco con ciboulette y jamón crudo están todos chochos! El scon casero hecho en el día hace la diferencia. Al principio pensaba que los scones eran bastante iguales en todos lados, pero me di cuenta de que no es así con la devolución de la gente, o incluso cuando llevo algo para compartir en mi trabajo.

Momentos salados y dulces

Siempre mencionás la importancia de tu familia como sostén emocional en tu carrera. ¿Cómo es la experiencia de trabajar con los Pareto? 

La idea de este café es que justamente sea algo familiar, más allá de lo económico: que podamos aprovecharlo, disfrutar de algo que nos guste.  Al marido de mi hermana le copó sumarse y de hecho también trabaja su mamá.  Además, están mi mamá, mi hermana y forman parte dos amigos míos de toda la vida, mi prima y una amiga de mi mamá que es como si fuese mi tía. Todos estaban buscando y necesitando trabajo: la pandemia nos golpeó a todos desde diferentes lugares. Me encanta el grupo humano que se formó: somos un equipo.

Me gusta venir y estar presente, la gente me cuenta que la acompañé en momentos duros de su vida, cosas que uno ni siquiera imagina… Tengo la chance de que me vuelva ese afecto. Te cuentan, por ejemplo, cómo les ayudó el especial que hice para la TV Pública con “gimnasia en casa”: nunca me hubiese esperado semejante devolución. 

Pareto CafféNo sólo te asocian a los momentos difíciles sino también a las grandes alegrías que brindaste a la hora de representar al país. 

Por supuesto, también está el otro grupo, el de los fanáticos del deporte. El que te dice: “Te seguí en todos los Juegos, te sigo desde Beijing”, o incluso niños que me hacen dibujitos. Todo eso es un extra.

¿Qué enseñanzas te dejaron tus experiencias como médica y deportista a la hora de emprender?

Que todo es prueba y error. El primer paso es animarse a hacer las cosas para ver si funcionan o no. Es muy importante intentarlo: no podés decir que no te sale algo sin haberlo intentado. En Pareto Caffé tenemos una cocinera y pastelera que es la que más sabe acerca de lo gastronómico, pero fuimos haciendo cursos, averiguando y aprendiendo sobre algo que siempre nos interesó.

Si bien hay mucho para mejorar, también hay otros ítems en que la pegamos y gustan: los productos, la vajilla y el ámbito confortable, por citar algunos. Lo deportivo me enseñó que, si un día estamos disconformes o frustrados con lo que no nos salió, es importante entenderlo y atenderlo para ver cómo mejorarlo. Eso lo aprendés fundamentalmente en la derrota.

En cada competencia sabía que se podía ganar o perder, pero es muy importante llevarse una enseñanza acerca del proceso. En medicina igual: cada vez que no tuve el resultado académico que esperaba, saqué un mayor aprendizaje. Esto incluso sucede con los pacientes; a veces puede complicarse un procedimiento sencillo… No lo digo yo que recién empiezo, sino mis grandes maestros. 

Pareto CafféDeportista de elite, médica, gastronómica. ¿Próximos desafíos?

Queremos atender bien a la gente y estamos en un lugar que nos está quedando chico. Estamos considerando ampliarlo, pero eso sería dentro de unos meses. Primero queremos estabilizarnos acá y dar una muy buena atención.

GPS 

Pareto Caffé, Constitución 1175, local 4, San Fernando. Lunes a sábados, de 9 a 19.