Un portón de madera, una barrica en la entrada y algunos pájaros dan la bienvenida a un refugio de bebidas espirituosas que en pocos meses disfrutarán los visitantes que lleguen a Las Compuertas, en Luján de Cuyo y que está lleno de sorpresas.
Hay que dar un toque de bocina, pero solo uno para que el ruido no estorbe el sonido de la naturaleza. No hay timbre. Parece que aún no quieren que nadie descubra el misterio de Andina Compañía Destilera.
Asombra tanta belleza. Es un ambiente de trabajo con botellas y barricas a la vista que está despertando. Ya desde afuera, al estacionar vimos un horno de adobe, con una altura que superaba la escala humana, una gran chimenea y una puerta de hierro con una palabra que denota el origen: Glasgow. Es el mismo dato que aparece en los portones del parque General San Martín.
Por un momento la construcción recuerda la casa de un hornero, y pienso en el maestro que creó esta obra de arte que hoy sirve para secar la cebada y para que otros maestros elaboren bebidas.
“Bienvenidos a nuestro lugar en el mundo”, nos recibe uno de sus dueños, Gabriel Williams, rodeado de madera, hierro, tierra y árboles. “La idea es que te sientas como en un pueblo, como en una industria que da la posibilidad al turista de recorrer el camino, las diferentes etapas productivas de los destilados, cada una diferenciada de la otra”, anticipa.
Andina Compañía Destilera: del campo a la botella
“Todo empezó en 2012 con la idea de destilar whisky, con mis dos hermanos. Encontramos la manera de seguir con la pasión de mi abuelo paterno y el bisabuelo que llegó de Inglaterra enviado por la Corona Británica para trabajar en minería”.
Y agrega: “El whisky tenía, y tiene, un papel importante en nuestra familia. Ya en 2013 lo planteamos como un estilo de vida, como un trabajo al que teníamos que dedicarle estudio, y también tuvimos que asesorarnos”, cuenta Gabriel, mientras caminamos por los senderos del lugar, en esta época, cargados de piñas.
El dueño de casa continúa, con entusiasmo: “Nos enamoramos del proceso del whisky, que es más elaborado que otros destilados, y aprendimos el manejo de la materia prima, por ejemplo, el uso de la cebada. No solo la semilla sino donde se siembra, qué tratamiento se le hace en el proceso de malteo… Fue un viaje de sabores, aromas y texturas. Un descubrimiento que fuimos haciendo casi de manera autodidacta, y con el tiempo tratamos de buscar la perfección de la mano de expertos elaboradores de destilados”.
Los productos de Andina poseen características únicas, con los conocidos beneficios del clima y del suelo al pie de la Cordillera de los Andes. El agua que utilizan en la destilería es totalmente natural de las surgentes del Valle de Uco.
Actualmente, elaboran diversos tipos de destilados: los vodkas Antártica (vodka clásico de centeno y trigo) y Narciso Negro (en sus versiones ahumado con turba, trufa negra, y papín andino); ginebra, absentas y vermouth Hierba Mala; gin Belladona (London Dry floral, de treinta y siete botánicas); pisco, brandy y calvados Diavolezza Montesina.
Estos productos se ofrecen en la tienda virtual dentro de la propia web, en puntos de venta de todo el país y también están en algunas barras de bares en CABA.
La arquitectura de las cosas
En Andina Compañía Destilera se respira una armonía que integra el mundo natural y el humano. La estética, muy cuidada, reluce en cada sala y objeto del lugar. Hay 14 alambiques, cada uno para un destilado específico, y algunos de ellos nacieron en el siglo XIX en París.
Es el caso de los charentais, para elaborar cognac. Otros son de la ex fábrica Cinzano, customizados o hechos en exclusiva, a medida. Hay otros alambiques especiales, para elaborar absenta. Mucha maquinaria europea, objetos de la posguerra como zorras de ferrocarril, herrajes, pailas, adoquines y puertas antiguas.
Los baños son vagones de tren que fueron utilizados durante la Primera Guerra. La madera, que representa el 90% de la construcción de la destilería, fue restaurada de una de las bodegas más emblemáticas del país.
En el salón que se destinará a recibir a los turistas se pueden ver muebles de diseño y de cuero, un mostrador que perteneció a una antigua farmacia francesa, un mueble del ex Correo Central de Buenos Aires. Es una gran sala con mesas, sillas y sillones alrededor de una chimenea de madera y piedra.
Quienes visiten Andina Compañía Destilera en primavera podrán disfrutar también de una charcutería que completará la experiencia de degustación gastronómica.
“Somos amantes del whisky, pero también de las antigüedades y de los objetos que tienen historia y carga cultural”, dice Williams. Su mirada abraza el lugar y su brindis, el recuerdo de sus ancestros.