Fast food gourmet: 8 nuevos lugares de comida al paso para ir a conocer volando
Fast food gourmet: 8 nuevos lugares de comida al paso para ir a conocer volando. En Buenos Aires, florecen este otoño las ventanitas de sabores informales y exquisitos. Mirá esta guía para tentarte con ideas para que disfrutes de un rapidito gastro bien seductor.
En un mundo donde el acelere es moneda corriente, hay una cuestión a la cual los porteños no renuncian: comer. Aunque sí la adaptan a la urgencia cotidiana. La respuesta del sector gastronómico a tanto apremio es una innovadora conjunción entre el fast food y un menú gourmet.
Se sabe que nuevos (y no tanto) bares y cafés de Buenos Aires habilitaron sus ventanas a la calle, donde el take away y consumir en la vereda son tendencia. Pero acá te ampliamos la carta, con panadería, taquería, pizzería, lonchería, wine bar y otros sitios donde hacer un touch and go foodie.
Comida al paso en Buenos Aires
Un laboratorio que fermenta
Todo comenzó en 2020, cuando Rodrigo Gutiérrez se encontró con un local en una esquina del barrio porteño de Núñez. “Me gustó mucho la situación que se generaba en ese local cerca de las vías. Me pareció muy romántico, y empecé a pensar qué podía haber ahí”, dice.
Así nació Cuadra Madre: una pequeña panadería originalmente ubicada en O’Higgings y Campos Salles, que ahora cuenta con otras dos sucursales en Saavedra (CABA) y Maschwitz, en zona norte.
El nombre “cuadra” hace referencia a la parte de las panaderías que comúnmente está atrás del salón de venta, y es donde se elaboran las masas. Pero en este caso está al frente y a la vista de todos.
La apertura de Cuadra vino acompañada por el comienzo de la cuarentena, y la disposición del local tipo ventana se potenció con el aislamiento para generar una atención sobre la vereda, que aún hoy se mantiene.
Tiempo después llegó Guey. Originalmente iba a ser una pizzería, pero cuando Rodrigo vio el local (en Av. Congreso 2000) cambió de parecer. Entonces, apareció otra ventana a la calle pero que en este caso ofrece tacos, burritos y quesadillas.
“No sentía que fuera un local bueno para hacer una pizzería, no calzaba con la idea que tenía. Me pareció que era un lindo lugar para un street food. Para mí los proyectos calzan con los lugares. Si matcheás bien, se potencia mucho”, explica, resumiendo fácilmente la esencia de Fermento.
Fermento es un proyecto, un laboratorio, donde lo gastronómico y el diseño van de la mano. Nació cronológicamente en medio de Cuadra y Guey, de la mano de Rodrigo, su hermana Agustina, el chef Marcelo Gazzia y la jefa de pastelería Camila Piñero Oña.
“Funciona como una familia. Siempre parece todo muy artesanal y casero en el desarrollo de la experiencia. Se siente esa esencia que tiene desde el origen”, dice Rodrigo sobre este trabajo grupal.
Finalmente, encontraron su lugar para también poner una pizzería: Anti. Es pizza de masa madre entregada a través de una ventanita, con mesas en la vereda para quien quiera disfrutar la calma del barrio de Nuñez (Iberá 1981).
Además de sus dueños, lo que tienen en común estos lugares es que no existe el servicio a la mesa. Te podés sentar si hay alguna disponible, pedir para llevar o, con onda muy teen, ranchear en la vereda. “La dinámica es muy descontracturada”, asegura Rodrigo.
Café con limón y sal
Barragán (Oroño 1195) es un café de especialidad y lonchería. También puede ser entendido como “una cafetería mexicana”, según explica Francisco Vessena, chef y parte del grupo fundador.
Es una propuesta nueva en el barrio de Caballito que invita a combinar café con tacos, quesadillas y tortas, con un giro de autor. “La diferencia con un café porteño es el menú. Acá resaltan las especias, las frutas tropicales como el coco, el maracuyá y el mango, y el maíz”, dice el chef.
Y agrega: “Es muy novedoso y rico el picante con el café. A pesar de que a priori parece que no, combina muy bien todo. Más aún por el enfoque que le dimos, que recuerda a sabores latinos y mexicanos”.
Además de sus sabores, parte de la novedad de Barragán es la disposición del local. Si bien hay mesas adentro y afuera, una importante parte de su público aprovecha la barra que da directo a la calle para comprar.
La propuesta involucra platos típicos mexicanos como los tacos al pastor (con carne de cerdo) o la torta tres leches, aunque hay otros más internacionales como el carrot cake especiado, llevado hacia los sabores de México.
El local está atravesado por la arquitectura de Luis Barragán, un mexicano que se hizo conocido por su estilo moderno, el color y la luz natural. “Es algo que te envuelve. También la música del local, con boleros mexicanos. Es una experiencia completa”, dice Francisco.
Una degustación personalizada
Cru Deli & Wine es el proyecto de cuatro amigos que, cuarentena y cuatro meses de construcción de por medio, lograron abrir su propio bar de vinos en Palermo, Bonpland 1670.
“Comenzó siendo un proyecto tranquilo, un bar no muy grande con una fiambrería adelante y una sala de cata. Y se convirtió en mucho más”, cuenta Melina, una de las integrantes de “Los cuatro fantásticos”.
La idea del bar es que todo gire en torno al vino y que quienes vayan puedan hacer su propia degustación. ¿Cómo? Gracias al sistema tipo dispenser con 20 picos diferentes que pusieron cerca de las mesas.
“Podés elegir tres medidas: la más chiquita de degustación, un vuelo o una copa. Entonces podés probar un poco de cada una y conocer más etiquetas, sin comprar la botella entera”, explica Melina.
Aunque este bar sí tiene servicio a la mesa, lo más probable es que estés mucho tiempo parado, yendo a probar todas las variedades de vino que ofrecen esa noche. El resto del menú está pensado para acompañar la degustación de bebidas alcohólicas.
“Si bien la carta es sencilla, tiene mucha variedad de sabores, texturas y estilos, respetando la premisa de que el vino sea protagonista. El concepto en torno al menú es tapeo gourmet, que la gente pueda compartir”, comenta.
Para estos cuatro amigos, el vino es una excusa “para disfrutar y conocer gente. Muchos clientes se sienten como en el living de su casa”, dice Melina, que muchas noches recibe a la gente en la puerta.
Dato no menor: Cru ofrece agua con y sin gas de manera libre, a través de un dispenser que está al lado del vino, para generar conciencia sobre un consumo responsable.
Y algunos más
Muchos locales se han adaptado a esta modalidad para darle más libertad al comensal y ofrecer comida al paso en Buenos Aires. Por ejemplo, Anafe, un restaurante del barrio de Colegiales, habilitó recientemente La Ventana, donde sirven tragos, vinos y algunas cositas para picar.
Y en abril empezó con un ciclo en el que las jefas de cocina de otros restaurantes cocinan en su ventana. Te contamos un poco más de su propuesta acá.
Crux Café es una novedad del barrio de Caballito, donde las infusiones para llevar y un rol de canela te hacen compañía mientras esperás el colectivo.
En Villa Crespo, Cancha invita a probar pizza al horno a leña con sabores atípicos: gírgolas, kimchi, peras, higos y más. Hay que ir temprano.
La oferta es variada y se adapta a cualquier ritmo de vida: para llevar, si estás apurado; o para ranchear en la vereda, si tenés margen para algo de relax. Lo bueno es que si la agenda impone su tiranía, ya sabés donde comer rico a toda velocidad. Listo, aquí un panorama bien nutrido de comida al paso en Buenos Aires.
Licenciada en Comunicación Social de la UBA. Periodista de política, moda, tendencias y algo más. Co-fundadora del portal digital Miniteando. En su tiempo libre, teatro, cine y farándula. Prácticamente adicta al mate.