Entre las tendencias de largo plazo que definen hoy el vino argentino, el terroir y sus expresiones es una de las fundamentales. Cada vez son más las botellas que buscan reflejar su sabor en el espejo del suelo y el clima. Y cada vez más, también, es la curiosidad de los consumidores por penetrar en los misterios del terroir.
Uno de los últimos lanzamientos al respecto es el de Bodega La Celia. Con una extensa finca en el sur de Valle de Uco (380 hectáreas), la casa fundada hace más de 100 años había hablado poco hasta ahora de sus viñas y su terroir.
La Celia Terruños, la nueva serie de vinos, viene a darle forma en las botellas a una vieja relación que cultiva la casa con la región.
Establecida en 1890 en Eugenio Bustos, La Celia es una bodega pionera en la zona. Tanto, que la finca original fue plantada cuando no existían ninguno de los límites que luego trazarían el Valle de Uco: el paño de vid pisa parte de Paraje Altamira, La Consulta y Eugenio Bustos.
La Celia Terruños: las nuevas etiquetas
Terruños es una partida de tres vinos de alta gama y de edición limitada, que interpretan el secreto de cada una de los segmentos de la finca: un Malbec de Paraje Altamira, un Cabernet Franc de La Consulta y un Cabernet Sauvignon de Eugenio Bustos, los tres 2017.
Con crianza en roble de 24 meses y en botella de 18 meses, la casa interpreta el terroir en cada uno de los vinos La Celia Terruños. “Son producto de un arduo trabajo del equipo técnico”, dice Andrea Ferreyra, jefa de Enología de La Celia desde 2012, galardonada como la mejor enóloga en la 5ta edición del concurso SAKURA “Japan Women’s Wine Awards”.
“En el año 2013 iniciamos la etapa de estudios más profundos de nuestro viñedo, que nos llevó a caracterizarlo y subdividirlo según el origen del suelo”, se explaya.
Echando mano de estudios de conductividad eléctrica de suelo y explorando las diferencias dentro de una misma parcela, cosechando en distintos perfiles de madurez (fresco/maduro) y vinificando en bodega todo separado en pequeños recipientes, Ferreyra y equipo perfilaron el estilo y las parcelas de vino que deseaban elaborar.
“Así nacieron estos vinos, cuyo ADN es la mejor interpretación de nuestro viñedo en el Valle de Uco”, define. Tres exclusivos vinos cuya garantía de calidad viene dada por las pequeñas parcelas de Paraje Altamira, La Consulta y Eugenio Bustos, que les permiten sólo producir 2400 botellas de cada uno de ellos.
Los suelos
Uno de los grandes desafíos del Valle de Uco, al menos desde el punto de vista técnico, es la tipificación de los suelos. Como explica Guillermo Corona durante la presentación de los vinos La Celia Terruños, “a los suelos aluviales siempre se los clasificó como parecidos; pero en rigor es tal la heterogeneidad que ofrecen que aluvial no describe nada acerca de sus materiales”.
La finca de La Celia, plantada a fines del siglo XIX, se estableció sobre el cono aluvial del río Tunuyán, pero también sobre la llanura colmatada. Mientras que Paraje Altamira cubre la primera parte, La Consulta corresponde al área de transición y Eugenio Bustos, a la llanura. “Esa diferencia es la que queríamos reflejar con los nuevos vinos”, dice Ferreyra.
Los vinos
Al cabo de cuatro años de ensayos, los vinos La Celia Terruños estaban ya definidos. La cosecha 2017, que fue la primera seca después del ciclo 2015 y 2016 marcadas por el Niño, fue perfecta para empezar a trazar el futuro de estos tres ejemplares.
“Fue un año seco y con calor durante el verano, apenas anticipada, lo que nos permitió conservar el perfil de fruta”, dice Ferreyra. Criados en foudres de 2000lts, el único de los vinos que tiene trabajo de barrica es el Cabernet Sauvignon.
La Celia Paraje Altamira Malbec 2017 es un vino de color rojo con matices púrpura. A nivel aromático, logra la máxima expresión de refinamiento, marcado por sutiles notas florales. Sus 24 meses de crianza en roble aparecen en forma clásica, con descriptores especiados. En boca tiene entrada elegante, con presencia de taninos reactivos tipo tiza, en equilibrio con la madurez y acidez. Es de final persistente y vibrante.
La Celia La Consulta Cabernet Franc 2017, en tanto, con uvas cosechadas de forma manual, a la vista presenta un atractivo color rubí, con perfil aromático complejo de muchas capas en el que la fruta va cediendo lugar a los aromas de crianza, con notas de grafito y pólvora. En boca, se manifiestan los típicos taninos reactivos de la región, de final largo y persistente.
Por último, La Celia Eugenio Bustos Cabernet Sauvignon 2017 es definido por su atractivo color rojo, con tonalidad rubí. Se destaca su perfil aromático complejo, que es la sumatoria de todas las bondades que el vino ha tomado en su proceso de maduración, con frutos secos como la avellana, especias y regaliz.
En boca, es garantía de excelente estructura tánica, muy delicado y de final persistente.
Los tres vinos rondarán los $16.500 por botella y estarán presentes en el mercado argentino y de exportación. Ya están a la venta en la tienda exclusiva de La Celia.